YVONNE-AIMÉE DE MALESTROIT
Diciembre 2015
Soy la hermana Yvonne Aimée. Hermanos y hermanas, recibid las bendiciones
de Cristo, aquí y en todas partes.
…Silencio…
He tenido pocas ocasiones de expresarme a vosotros, en relación con algunas
de mis hermanas. Vengo hoy, en un momento elegido, del desarrollo de la
historia de la Tierra y especialmente vengo, como portadora de la Vibración
KI-RIS-TI. Desde luego, no voy a
explicar todo lo que significa porque mi propia encarnación y todo lo que se ha
dicho tras mi muerte, corresponde exactamente a mi fusión y unión mística con
Cristo, en mi última encarnación. Voy a expresarme también en la Presencia del
Espíritu del Sol y del Coro de Los Ángeles para hablaros directamente al
Corazón, en el lenguaje del Corazón.
Algunos aspectos relativos a la unión mística con Cristo, han sido
comunicados por mis hermanas
Estrellas. Hoy, esa unión mística se
refleja y se graba directamente en vuestra carne, en vuestras células y en
todas las parcelas de vuestra conciencia. La Matriz Crística, la Matriz Solar,
como se ha llamado en estos últimos tiempos, o el Principio Crístico, es la
matriz de la Libertad. Es, exactamente, la superposición y la fusión, así como
la transustanciación de la materia en Espíritu, de lo efímero en lo Eterno.
Esos aspectos que se han vivido y experimentado a través de todas las
estructuras vibrales que se os han explicado y que habéis vivido y vivís todavía,
os sitúan de lleno, con vuestra conciencia y vuestro cuerpo, en los pasos de
Cristo, en sus virtudes más históricas y más nobles, yo diría, como un ideal.
Hoy, y en los tiempos que se instalan en la Tierra, seréis cada vez más, los
que viváis o no, los procesos de enfoque, llamados “Luz Vibral”, en las
estructuras despiertas en vosotros como en las nuevas estructuras desconocidas
para vosotros que se actualiza hoy en la misma material y, por tanto, se graba
en vuestra carne. El cambio de forma y de dimensión que os afecta a todos,
puede dejar en vosotros un regusto o un sentimiento de pérdida.
Vuestros acercamientos a Cristo no es tanto, adorar a Cristo como un
Salvador exterior, sino con una Presencia interior. Esta es accesible por la
percepción de vuestra propia conciencia desde el proceso de reversión última de
la conciencia, o si preferís, el nacimiento espiritual del Cara a Cara con la
Matriz de Eternidad, representada por Cristo que os ofrece vivir la ligereza,
la Libertad, la Alegría, el Amor y la certeza inquebrantable de la superioridad
de vuestro Êtreté sobre la vida encarnada, sea la que sea.
Hasta estos días, en términos temporales, todas y todos, os hemos insistido
en la necesidad de vivir lo que se os ofrece para vivir, en vuestra vida cotidiana
y en todas vuestras relaciones en este mundo. Hoy, las circunstancias han
cambiado y lo que era válido hasta ahora, no lo será más, porque en un momento
dado que yo diría que está sincronizado con cada hermano y hermana y la Tierra,
despiertos o no, vibrando o no, podréis descubrir los elementos relativos a la
Matriz Crística, en la conciencia y en este cuerpo.
Esto modifica, como sabéis, tanto vuestras necesidades y vuestros deseos,
como el propio funcionamiento habitual de vuestra conciencia y de este cuerpo
en el que estáis. Cristo, como lo hizo durante mi encarnación, os quiere en
totalidad para tomaros por la llama del Amor y por el Fuego del Amor; por la
nueva mirada que muchos habéis descubierto en el Amor incondicional
expresándose hacia toda conciencia, toda situación, toda relación o todo
contacto transdimensional. Hoy os aparece el hilo conductor hasta vuestra
Eternidad. Hoy, la Inteligencia de la Luz, el Manto Azul de María, toda la
Confederación Intergaláctica de los Mundos Libres, os llaman, no para alimentar lo que mantiene lo efímero, ni
para un discurso, ni para una conminación, sino por la evidencia de la propia
conciencia.
Sois muchos para observar, que en los momentos en que llegáis a encontrar
la Paz de una manera o de otra, a pesar de tener que resolver a veces problemas
incluso vitales, que os recuperáis en estos momentos de Paz, por una afluencia
de Luz que viene a haceros sentir la ligereza y la Alegría, independientemente
de las circunstancias de vuestra vida. No hay para esto, una experiencia nueva
o una petición nueva, si no es, responder según vuestra libertad a la
conminación imperiosa de la Luz que se volverá cada vez más apremiante.
La conclusión es la siguiente, cualquiera que sea el tipo de inclinación de
la Conciencia que podéis vivir o podréis vivir: la Inteligencia de Cristo, de
la Matriz Crística, la Inteligencia del Amor y de la Luz, os conduce, de manera
inexorable, a ir hacia la ligereza y no ya a sucumbir en lo que es denso, ya
sea por vuestros recuerdos, por las imágenes percibidas, por la atención que
dirijáis hacia cualquier fenómeno que se desarrolla en el exterior. Hay como
una invitación de la Luz a penetrar cada vez más profundamente, en el estado de
Gracia y en el estado de Gracia no puede subsistir, nada de lo que pertenece al
pasado, de vuestro pasado o de la historia del mundo.
Vosotros sabéis que la Libertad se encuentra en el presente y no depende de
ninguna historia pasada, ni de ningún futuro. Aunque el futuro de la Liberación
colectiva, esté registrado ahora, de manera indeleble en la materia, y de
manera colectiva. Como ya se ha dicho, las nuevas aclaraciones que se os hacen,
os permiten o no, atravesar ciertos elementos resistentes de vuestra
conciencia, de vuestra memoria y de vuestro cuerpo.
Hoy, el impulso de Cristo, el Manto Azul de la Gracia, os induce a
liberaros de todo lo que os estorba. No como un rechazo de la vida, sino como
una realización de la vida en Cristo y en la Luz.
Muchas de mis hermanas os hablaron de la Vía de la Infancia, de la Vía de
la Unidad, de las diferentes visiones. La última gracia de la Luz, en los
tiempos del Evento, es permitiros ser liberados, ya no de la depredación sino
de todas las sujeciones a vuestra historia personal. Desposar a Cristo, es
convertirse en Cristo, con lo que dejáis de ser la misma persona y dejáis de
llevar la misma vida. Ya no hay – y lo reitero – llamada de la Luz sino
conminación de la Luz. Esto deriva a la
vez de la intensidad de la Luz y de los tiempos que le corresponden vivir a la
Tierra en estos días.
Tened presente que lo que es luminoso es simple, fácil, liviano y gozoso.
Todo lo que tiene que ver con conflicto, persona, memoria o lo que sea del
pasado es pesado y abrumador y eso os aparecerá de manera más y más fulgurante
en vuestras vidas.
Cristo os quiere por entero y no a medias. Os quiere para restituiros a
vosotros mismos, restituiros a la Verdad, no a la que creéis vivir en este
mundo sino a aquélla que sois, más allá de este mundo. Es
a la vez la sensación de poder elegir pero es ante todo la resultante de
vuestra asignación vibral y también del efecto de la Gracia directa de María
previamente a su Llamada donde, como Ella os dijo, estáis llamados de otra
manera antes de la llamada colectiva a través de la colocación encima vuestro
del Manto Azul de la Gracia, que os hace vivir la Gracia ya no a ratos, ya no
cuando las circunstancias lo permitan, sino
independientemente de toda circunstancia e independientemente también de
toda obligación relativa a la vida en este mundo.
Es ahí donde debéis ser claros con vosotros mismos y claros con el Amor
porque nadie podrá sustraerse de la Verdad. Las conminaciones de la Luz – hoy –
pueden a veces obligaros a adentraros por entre medio de los elementos
resistentes de la persona. Afirmaos en nosotros, estamos en vosotros. Afirmaos
en la Estrella, en el Anciano, en el Arcángel o en el ser de Luz que sea que
resuena en vosotros, según las afinidades, sabiendo que todas aquellas ayudas
que están disponibles y accesibles hoy os conducen al final a Cristo y a
vuestro propio maridaje con vuestra eternidad.
El Fuego vibral, como lo llamáis con nosotros, va a poner fin al fuego
vital. El fuego vital – al interrumpirse – corresponde a lo que fue llamado por
María y otros muchos la estase. Durante la estase – aunque haya resistencia –
llegará un momento cuando ya no haya nadie. Ya no habrá identidad, ya no habrá
forma, habrá el origen, el Alfa, que no puede ser cuantificable, ni medible, ni
ubicable, y sobre todo no por la persona que pueda seguir presente.
La vibración Cristo, la Estrella KI-RIS-TI cuya vibración llevo, la Puerta
KI-RIS-TI detrás de vuestro corazón, en la espalda, así como la cruz
constituida entre las cuatro Puertas del sacro, corresponden precisamente a la
actualización de Cristo o del Verbo en la materia. Eso participa de lo que fue
llamado el Verbo Creador o la co-creación consciente, soportado y apoyado en la
manifestación por el Espíritu del Sol y el Coro de los Ángeles.
El único alimento posible pasa a ser más y más el Fuego vibral y la Luz,
que vienen naturalmente y sin esfuerzo a apartaros a la vez de las imágenes y
de las memorias residuales de vuestro histórico personal, aportando – lo
reitero – la liviandad del Gozo y la manifestación del Amor incondicional, que
es un Amor que se expresa independientemente de vuestra voluntad,
independientemente de vuestros humores, de vuestra historia o de vuestras
emociones e independientemente de la persona, del objeto o de la situación que
vivís. Es un Amor que emana espontáneamente de vosotros, que requiere cada vez
menos esfuerzo y cada vez menos preguntas.
Los hay – entre las hermanas y los hermanos de la Tierra – que no conocen
estrictamente nada de lo que se refiere al Espíritu y que viven sin embargo
como Espíritus. La primera traducción de esto es la manifestación de ese Amor
impersonal e incondicional, que ya no depende de ninguna circunstancia y que es
un Fuego abrasante de Amor, que nada detiene. Esto forma parte de lo que
acompaña al Evento. Esto forma parte, como lo dijo María en varias
oportunidades, de las últimas gracias.
La Gracia no puede cesar nunca, fuere cual fuere el momento y fuere cual
fuere la historia pero hay contingencias y sincronicidades materiales y
espirituales que se entremezclan íntimamente. Los signos de vuestros cuerpos
carnales sólo son resistencia o recibimiento de la Luz, ya no sólo en las doce
Puertas o en los nuevos cuerpos sino en cada célula de vuestro cuerpo como en
cada parcela de vuestra conciencia, llevando ya no sólo al estase o a la
beatitud sino a la claridad interior de quién es Cristo más allá de la persona.
Es el modelo de la Libertad. Es el modelo donde nada falta. Esto no es
propiedad privada de los cristianos o de los católicos sino que pertenece a la
humanidad en su conjunto. Lo que vivís en estos momentos con más o menos
lucidez y evidencia es la fusión con Cristo.
Algunos pueblos exógenos a la Tierra se expresaron antes que yo en relación
al ajuste final entre lo efímero y lo Eterno con vistas a la transustanciación
de la misma materia, ésta con la que vivís, con la que trabajáis, con la que
construís las relaciones, los edificios y todo el conocimiento científico que
os permite trabajar la materia a través de la materia.
Hoy en día algo nuevo se está sustituyendo, que no requiere ni esfuerzo ni
perseverancia sino solamente una ambientación, un reconocimiento apreciable –
como lo vengo reiterando – a través de la liviandad y la paz de la Infancia y
la certeza de quienes sois.
La Estrella KI-RIS-TI forma parte del Triángulo de la Tierra. Es el momento
cuando el Alfa se reúne con la Omega y eleva la Omega más allá de AL. Es el
momento cuando salís de los círculos temporales, de los círculos memoriales,
cuando salís de toda limitación interior. Esto es el preámbulo a lo que fue
llamado, en el evangelio de Juan y en el Apocalipsis de San Juan, el momento
cuando vuestras túnicas son lavadas en la sangre del Cordero, conduciendo a la
Resurrección del Espíritu.
Vais también a comprobar – de no ser el caso todavía – que – cuando el
Espíritu está – elegir en la materia no hace sentido, aunque hubiese todavía
dificultades en liberaros interiormente de la materia. No olvidéis, en este
período, que es la Inteligencia de la Luz – a través del Manto Azul de la
Gracia, a través de las vibraciones, a través de la acción en la misma
conciencia – la que libera y os da a ver la materia por lo que es, llevándoos
también, como lo dije anteriormente, a responder a la conminación de la Luz y
ya no sólo a un llamado de la Luz conduciéndoos a instalaros más y más
profundamente en eso que no conoce el tiempo y en eso que ya no conoce nada de
la necesidad de este mundo en su fuego vital.
KI-RIS-TI, la Matriz Crística de Libertad, el Coro de los Ángeles y el
sonido de las Trompetas vienen para agrietar lo que puede quedar de muralla en
el seno de vuestra materia, que sea la enfermedad - para aquellos que estarían
interesados por ello, os recuerdo y os invito a leerlo, durante mi última
encarnación tuve innumerables cánceres, todos curados por el milagro de Cristo
en mí, sin esfuerzo y de manera espectacular, visible y tangible. Es esto la
transmutación de la materia. Cuando mi cáncer de estómago me hacía vomitar
sangre, esta sangre se transformaba en flores al tocar el suelo. Muchos fueron
los testigos que pudieron verlo.
No tenía el propósito de hacer algo espectacular, sino más bien de dar el
testimonio de la acción de la Matriz Crística con cualquier materia. Apunto
también como anécdota, que cuando mi cuerpo fue exhumado, estaba intacto y
bañaba en agua de rosas. Todo esto era sólo la manifestación y la prueba de
Cristo en mí y de nuestro Amor, que sólo es el Amor de la Eternidad, poniendo
fin a cualquier amor efímero ligado a las condiciones de este mundo.
En el tiempo de la Gracia del Manto Azul de María, al igual que para la
auto-curación tal como os fue estipulado por el Comendador de los Ancianos,
tenéis todos, sin excepción alguna, la posibilidad de vivirlo. El Verbo se hace
carne también en vosotros y la carne se ilumina. No sois esta carne, y sin
embargo esta carne es el soporte de vuestra Ascensión. Es pues completamente
normal que asistáis, vosotros también, a vuestros propios milagros interiores.
Quizás no de la misma manera para todo el mundo como lo fue para mí, pero
diría, que de manera silenciosa observaréis muchas transformaciones cada vez
más evidentes, de vuestra conciencia por supuesto pero también de vuestra
materia. Esta auto-curación procura finalmente revelaros la realidad de la Luz,
nuestras vibraciones, las de todas las Estrellas, y de los Ancianos y de los
Arcángeles, en vuestra propia estructura.
Estamos allí también, diría yo, en una manifestación más densa de lo que
había sido descrito o vivido por vosotros en estado de Unidad, en estado de Sí
y tal como pudo narrároslo mi hermana Gemma, mi vecina. En la época de Teresa y
en la época de Gemma, el Amor lo consumía todo, incluso el cuerpo, y
desencadenaba lo que llamáis la muerte, lo que era para estas hermanas y como
para tantas otras, sólo la salida hacia la verdadera vida.
Hoy y en estos tiempos especiales, las cosas son un poco diferentes, porque
con conciencia o no del Sí, de la Unidad o de la Liberación, el cuerpo es
transmutable. Os recuerdo que casi ya no hay separación entre lo efímero y lo
Eterno. La Luz se densifica, no solamente sobre vuestro cuerpo de Êtreté, no
solamente en algunos lugares privilegiados de la Tierra, sino que recrea de
manera formal las líneas de Liberación que os han sido comunicadas por uno de
los pueblos implicado con estas estructuras de Luz.
Estas líneas de Liberación están también en vosotros. No es propiamente
hablando la estructura del cuerpo de Eternidad, no es propiamente hablando la
Matriz Crística o Cristo en sí, sino lo que puede quedar de interacciones, de
resonancias o de antipatía entre lo efímero y lo Eterno en vosotros, pero
también sobre cada estructura de este mundo y sobre cada relación de este
mundo.
Insisto en ello porque la llamada de la Luz va a hacerse cada vez menos a
través de pequeños toques, cada vez menos por sincronicidades o por la fluidez
de la Unidad. Es la co-creación consciente, el Verbo Creador, que actuará cada
vez más instantáneamente, sin esperas y sin demoras, en vuestra conciencia y en
vuestras mismísimas estructuras efímeras. Cada uno de vosotros es de alguna
manera su propio sanador. Cada uno de vosotros puede recurrir a la Luz, sea
cual sea la forma, sea cual sea la especificidad, para demostraros a vosotros
mismos que la materia no está ya fija y que la forma ilusoria se deshace.
Esto es vivir el Manto Azul de la Gracia. Es en esto también que muchos de
vosotros os volveréis unos seres de Luz entregados a vuestros hermanos y
vuestras hermanas que no afrontarán con el mismo estado, si puedo decirlo así,
el período del Acontecimiento y el período final de los 132 días.
Vuestro papel como Hijos de la Luz y de la ley del Uno, es hoy de suma
importancia, para vosotros, para cada hermano y cada hermana que se encuentra
en vuestro camino. Medid vuestras palabras, porque la palabra se hizo Verbo y
lo que emitís está acompañado de Luz. Que sea por el pensamiento, por las
palabras o por las emociones. De manera a que vosotros mismos sintáis,
directamente, en vuestra carne, los momentos en que el Amor está allí, delante,
por todas partes, y cuando el Amor no está del todo allí, creando entonces una
disonancia en vosotros como en la relación.
Hoy, dicho de otra manera, el mejor modo de vivir vuestro cuerpo, vuestras
vidas, vuestras relaciones, es de seguir, no sólo las líneas de menor
resistencia, sino de no resistir más a la evidencia de la Luz. Porque no hay
ningún precio que pagar y absolutamente nada que perder. Sólo la persona y el
ego pueden concebirlo así, pero no el Amor. Hay pues efectivamente una
revolución de la conciencia y un vuelco de la conciencia, vivida por la conciencia común en cuanto a
manifestaciones que no son de este mundo. No hablo solamente de nuestros
hermanos Vegalianos, ni de nuestras naves, ni siquiera de las entidades de la
naturaleza, pero atañe a la totalidad de los sectores de vuestra vida sean
cuales sean.
Os animo pues, cuando ocurra, si no ha ocurrido ya, o si vuelve a ocurrir,
lo que será el caso inevitablemente, de veros con claridad, en lo que resiste y
en lo que responde a la llamada de la Luz y a la Gracia. Ahí tampoco, no es
para juzgar nada del presente, del pasado o del futuro, ni de ninguna relación,
sino para transmutarlo por la Gracia misma y no por vuestra voluntad, no por
vuestros propios medios sino por medio del Cristo.
No se trata de experiencias o de nuevas enseñanzas, se trata simplemente de
vuestro cara a cara individual y colectivo que empieza, y ha empezado. Os
permitirá estar, si no está hecho ya, conformes con la Verdad, con la
Eternidad. Acordaos que no requiere de ningún esfuerzo porque en cuanto haya
esfuerzo, la persona está, y hay fuego vital; mientras que si entráis en la
Evidencia, el fuego vital se apagará, la persona desaparecerá cada vez más
fácilmente.
Ahí está el sentido profundo de poner su Espíritu en manos del Padre, ahí
está el sentido profundo y la plena puesta en practica de lo que el Arcángel
Anaël había explicitado, hace mucho tiempo, sobre el llamado Abandono a la Luz,
lo que es de hecho ahora el abandono a vosotros mismos, en la Verdad de la
Eternidad y ya no en una verdad relativa a las circunstancias de este mundo.
Así como el
Comendador os lo dijo, con un cierto humor, hasta ahora había dos sillas. Ahora
no hay más sillas, no hay incluso más trasero que sentar. Esto vuelve también a
deciros, y esto ha sido dicho y repetido, que todas las referencias que os
confortaban en una seguridad cualquiera, material, afectiva, alimentaria,
térmica u otra, no valdrá realmente nada más y no tendrá ningún efecto. Es
entonces efectivamente, en este período de transición, un cambio total de
paradigma que desemboca en la Eternidad, donde nada de lo que es antiguo puede
quedar, porque lo que es antiguo no existe en el seno de la Luz, que esto sea
vuestra historia o karma.
Los últimos
elementos que os aparecieron, para la mayoría, durante este año, la visión de
los orígenes estelares o linajes estelares, a vosotros como para cada hermano y
hermana, aunque sea por pizcas, es hoy incluso superfluo, o en todo caso se
hará extremadamente rápido. Sólo quedará la Verdad y la Luz.
Hay realmente
un final. Pero realmente, al mismo tiempo, una Resurrección, una transustanciación.
El paso de un modelo cerrado a un modelo abierto donde sólo el Amor y la
co-creación consciente se expresan. Estáis todos convidados a esto y es incluso
más que ser convidado, es uno imperiosa necesidad de la Luz hacia ella misma.
Los defectos, las taras, las memorias que puedan quedar, serán barridas por el
Acontecimiento, liberándoos concretamente y no solamente interiormente, es
decir en la carne y en la materia, de todo encierro y de toda ilusión de ser
una persona. Este es el papel de la
Estrella KI-RIS-TI, de intervenir sobre la materia mientras que el ángel Uriel,
el ángel del Último Retorno, realiza en vosotros la Unidad primordial de la
Vida, la Unidad del Amor, la Unidad de la Luz.
Muchos de
entre vosotros se van a ver decepcionados en su proyección de un mundo mejor en
el seno de la materia. Muchos no tendrán la posibilidad de vivir esto durante
la estasis, pero lo vivirán con más posibilidades después de la estasis.
Recuerden que cada cosa está exactamente en el lugar justo; no puede ser de
otro modo, porque la Luz está en todas partes. Aliméntense de Luz. Aliméntense
de vuestra Luz. Aliméntense de la relación-Luz entre cada hermano y hermana, y
entre vosotros y los pueblos de la naturaleza pero también con los Elementos.
Las otras vías de alimento se cierran ellas mismas con la preeminencia del
Fuego vibral sobre el fuego vital y eso, a nivel colectivo.
Entonces por
supuesto hay palabras terribles en este mundo, y estoy bien situada por haberlo
vivido en mi última encarnación, durante la segunda guerra mundial. Las
palabras “guerra” y “terror” cuajan al hombre. Hoy, esto será profundamente
diferente porque hay realmente superposición de estos dos modos de
manifestación: la guerra y el terror, y el Amor incondicional, al mismo tiempo,
en el mismo espacio, depende de que vosotros mismos seáis el Cristo.
Esto será
evidentemente mucho más fácil para los de entre vosotros que ya son liberados
vivientes, para aquellos que han vivido el Sí, y tanto más fácil ahora en el
proceso de Transito y de Resurrección ilustrado por vuestras nuevas capacidades
de auto-curarse y a entrar en Eternidad, ahí donde todo es ligero, evidente y
todo es Amor. Sois quienes viven estas experiencias y estos estados. Ellos no
están ahí para reducir o forzaros, sino que están ahí para afirmaros en la Luz.
El
sufrimiento solo será una oportunidad más de instalarse en Cristo. Mi vida fue
un ejemplo. No busqué el sufrimiento, se impuso a mí. No procuré sobrevivir ni
de curarme. Sólo tenía una palabra en la boca y en el espíritu: el Cristo. Y
vais a descubrir, cada uno de entre vosotros, que podéis vivir exactamente la
misma cosa.
Lo que puede
oponerse, es simplemente lo que pueda quedar de adhesión en vosotros, a vuestra
persona, a lo efímero, a las circunstancias de la edad o de las enfermedades.
Pero todo esto sólo os pertenece a vosotros y no a cualquier encierro
colectivo, ya que las líneas de Liberación se reemplazan ahora íntegramente, y
de manera cada vez más evidente, a las líneas de predación y a todo lo que es
resistente. Hay también, por supuesto, un peso de las costumbres, el peso de
los condicionamientos y el peso también de las necesidades de la vida en este
mundo. Pero incluso estos pesos desaparecen porque la Luz hace desaparecer todo
lo que es oposición y contradicción.
La Luz os insta a
vivirlo y a demostrároslo a vosotros mismos, no es que necesitéis de pruebas,
sino que ver la manifestación de esto es mucho más gratificante y os aporta aún
más estabilidad, si puedo decir, en la transición en curso.
No os voy remitir a las
frases de Cristo que ya han sido pronunciadas innumerables veces, respecto al hecho de salvar o perder, porque
en definitiva no hay nada que salvar y nada que perder. Es la ilusión de la
persona.
Todo lo que le dije en
este lapso de tiempo ahora va a desembocar en vosotros, en el silencio de mis
palabras, por la Gracia de María y por el Coro de los Ángeles, en presencia del
Cristo.
A los que me leyeron
hasta aquí, que me escuchan o me escucharán, olviden todo lo que acabo de
decir. Cierren los ojos y déjense llevar por la Verdad de Cristo.
... Silencio...
Soy hermana Yvonne Aimée,
Estrella KI-RIS-TI. Rindo gracia a vuestra Luz, a vuestra acogida y os digo a
cada uno, soy un otro “tú”.
Tú y nuestro
Padre sois Uno, Tú y Cristo sois Uno, porque el Verbo se hace carne de nuevo en
cada uno de vosotros, Hijos Ardientes del Sol, hijos del hombre.
Hermana
Yvonne Aimée os saluda.