SRI AUROBINDO
Mayo de 2016
NB: esta canalización es extraída de un
conjunto de canalizaciones que acompañarán nuestra resurrección en este mayo.
Soy Sri Aurobindo. Hermanas y hermanos encarnados,
instalémonos en primer lugar, si lo quieren, en el Silencio previo a la
conciencia de la Resurrección.
…Silencio…
Vengo a vosotros, acompañado del Espíritu del Sol y
del Coro de los Ángeles, en el corazón del Uno. Mis palabras no necesitarán ser
numerosas, se trata, sobre todo, para cada uno de vosotros, de instalarse en
este Silencio, a través de la comunión de nuestros corazones, y de dejar
instalarse lo que está a vuestra puerta.
Las primicias de vuestra Resurrección están
efectivamente aquí. En vuestra Presencia, en vuestra Ausencia y en vuestro Silencio
se disipan los últimos velos del confinamiento. Desde ahora en adelante la Luz
y su Inteligencia tocan y penetran cada parcela de vuestra conciencia y de
vuestro cuerpo, realizando la junción de Puerta a Puerta, de Estrella a
Estrella, de la verdad de la Luz y del principio mismo de vuestra Resurrección.
Mi presencia no está pues destinada a daros
aclaraciones suplementarias o complementarias, sino más bien de permitiros,
dondequiera que estéis, de dejar emerger, dejar florecer la conjunción del masculino
sagrado y del femenino sagrado, dándoos la posibilidad de manifestación cada
vez más precisa del andrógino primordial acoplado al Verbo Creador, ambos en
resonancia con lo que fue vinculado y llamado el 11º cuerpo y el 12º cuerpo.
La junción y la coordinación del andrógino primordial
y del Verbo Creador finalizan el encendido de vuestra Merkabah
inter-dimensional, de vuestro vehículo ascensional, y esto, de manera cada vez
más extensiva y cada vez más visible, tal como ha sido descrito por Ma Ananda
Moyi.
Existe un cierto número de elementos previos, si puedo
decir, a la manifestación de vuestra Resurrección, antes incluso de la Llamada
de María y antes del momento colectivo de la Liberación de la Tierra, a nivel
de vuestras conciencias.
En el espacio de mis silencios, por la Gracia de la
Luz, del Espíritu del Sol y del Coro de los Ángeles, esto se despliega ahora
mismo, dándoos una muestra o la totalidad de esta vivencia.
Hace más de seis años, había evocado largamente la
fusión del Éter y la Obra al Azul. Hoy, así como esto os ha sido explicado por
los Ancianos, esta alquimia toca a su final, revelando vuestro cuerpo de gloria
y vuestra inmortalidad, poniendo final, de manera irremediable, a todo
sufrimiento, a toda separación, así como a toda muerte.
El simple hecho de llevar vuestra mirada y vuestra
atención sobre los respectivos emplazamientos del 11º cuerpo y del 12º cuerpo –
situados, os lo recuerdo, en su punto de emergencia, al nivel del labio
superior, y por encima de la bola de la nariz – os da a vivir esta
Resurrección. Así que, en este instante como en todo instante, os es posible,
más allá de los síntomas y señales dados por nuestra hermana Ma Ananda, de
facilitar la instalación de lo que ha sido descrito.
La fusión del 11º cuerpo y el 12º cuerpo puede dar un
cierto número de sensaciones sobre vuestra cara, sobre los cuales no es útil de
retrasarse porque nada reemplaza vuestra vivencia y la evidencia de este
vivido. Más allá de los signos y de los síntomas descritos por Ma Ananda, se
produce un mecanismo localizable, para los que viven las vibraciones, a nivel
de la Corona de la cabeza. La Corona, constituida por la conexión de las doce
Estrellas, va a desplazarse y a elevarse hacia la pequeña Corona de la cabeza.
La Inteligencia de la Luz – en el momento más oportuno para cada uno de
vosotros, y lo más tarde en el momento de la Llamada de María – os eleva, no
para retiraros de vuestro cuerpo, sinoo para abrirla a sus nuevas bandas de
frecuencia, a sus nuevas manifestaciones.
En el silencio, en el soplo de vuestra respiración
calmada, se eleva la Corona radiante de la cabeza.
…Silencio …
En esta percepción se vive y puede vivirse el conjunto
de los elementos comunicados por Ma.
…Silencio …
Es en el ajustamiento final entre lo efímero y el
Eterno que se producirán los signos que precederán a la Llamada de María, así
como la Llamada de María. Esta nueva abertura, si puedo decir, es lo que os sacará
de manera definitiva, si aún no está hecho, de la ilusión de la persona, de la
ilusión de este mundo y de la ilusión de toda historia, concretando el regreso
a la Eternidad y, sobre todo y, ante todo, el regreso a la Libertad. No
solamente interior, como fue el caso para los Liberados Vivientes, sino de
manera íntegra y total.
En esta densidad nueva, porque se trata bien de una
densidad, la densidad de la Luz reemplaza la densidad del cuerpo.
Es en este estado y en esta conciencia que resucitáis.
Así como pudo decirlo nuestro Comendador, la mariposa ha nacido. Ella seca sus
alas y prepara su vuelo, creando lo que ha sido llamado el alumbramiento y la
salvación, dándoos a vivir la realidad de vuestra eternidad, la realidad del
Amor, no soportando ninguna condición de este mundo ni ninguna limitación de
este mundo, haciéndoos vivir en vuestra humanidad y en vuestra humildad, el
hecho de que no sois de este mundo, sino que estáis sobre este mundo. Es así
como salís de manera definitiva de toda dualidad y del dualismo inexorable de
este mundo encerrado. Es en esto que encontrareis la fuerza para recorrer lo
que queda a recorrer hasta el vencimiento de esta dimensión.
Cualquiera que sea el tipo de manifestaciones
inesperadas ya ocurridas o por venir en lo que está a vivirse, es ahí donde se
sitúan el último Transito y el Regreso final, el reajuste y el realineamiento
de la conciencia y de esta esfera terrestre con la Luz de la Fuente, y con el
plano de manifestación creado hace mucho tiempo por ciertas entidades creadoras
de mundos.
La llamada a esta Resurrección se hace cada vez más
urgente en cada uno de vosotros como en todas las estructuras de este mundo y
de esta sociedad. No es más ahora cuestión de elección, excepto en las últimas
Gracias Mariales, sino más bien concretización y manifestación de cada una de
vuestras propias verdades.
…Silencio …
En el silencio del instante presente, esto se celebra
en vosotros.
Esta elevación vibratoria y esta elevación de la
Corona de la cabeza es un mecanismo pre-ascensional, dándoos en cierto modo por
anticipación la certeza inquebrantable, por lo vivido, de lo que sois.
En lo que está por vivirse, hay solo un Silencio.
Hasta si unas formas pueden aparecer, y unos colores, como esto ha sido
explicado, en el momento en que entráis como ahora en vuestra alineación en el
Corazón del Corazón, entonces no quedan más que una certeza y una Evidencia de
lo que sois, sin que esto sufra la menor interrogación, y la menor pregunta. En
este estado interior, vuestra persona se diluye, los mecanismos de
funcionamiento de la persona se asientan y se apagan de ellos mismos,
reemplazados por la vacuidad de la plenitud que no es de este mundo. Esto es el
sentido de mi intervención aquí mismo, como para cada uno de los que escucharán
y leerán esto.
…Silencio …
El canto del Espíritu suena tal vez en vuestras
cuerdas celestiales, en el Canal Marial, en vuestras células, pero cualquiera
que sea la manifestación o la ausencia de manifestación, esto no molesta en
nada la emergencia de lo que ocurre.
El movimiento es pues un movimiento del exterior hacia
el interior, cónyuge del mismo movimiento del interior hacia el exterior,
aboliendo así, como esto ha sido explicado, la última separación y los últimos
sufrimientos.
El corazón órgano, el corazón vibral y el corazón
energético participan también en este levantamiento de las últimas
separaciones.
… Silencio…
Si
percibís las vibraciones, sea cual sea la intensidad, vuestra conciencia
permanece clara. Ella va más allá de la identificación con la vibración – ya
que la conciencia es vibración – y permite que estéis en la antesala del Último.
La
Última Presencia es un punto de equilibrio en el Corazón del Corazón. La
Resurrección ya se olvidó de las etapas anteriores, revelándoos entonces de
manera lúcida que jamás hubo etapas anteriores, salvo en el seno de la persona,
en el seno de una historia temporal ligada al confinamiento y a los diferentes
ciclos pasados, para algunos de vosotros, en el curso de dichos períodos.
La
Morada de Paz Suprema os conduce naturalmente a vuestra Resurrección.
Hasta
ahora y de manera más y más regular podéis beneficiaros con nuestro aporte, con
nuestra comunión, para vivir vuestra disolución y desaparición y regresar, al
seno de la persona, colmados y saciados de Luz. Para muchos de vosotros hasta
ahora, aquello no duraba de forma permanente porque el momento no había
llegado. Ahora bien, el momento ha llegado de no estar más frenado o retenido
por ninguna circunstancia ligada a este mundo. Si vuestra humildad,
vuestra transparencia lo permiten, el acceso a esta estabilidad se da
naturalmente. Ya no se trata siquiera de un posicionamiento o de un punto de
vista de la conciencia, poniendo fin a la especie de dicotomía entre la persona
y el observador, así como la experiencia de la Libertad, el Absoluto. Es
justamente la desaparición de esas barreras, de esas reticencias, de esos
últimos velos, lo que posibilita la reunificación total de vuestro ser, en este
mundo y a través de este mundo. Esto es mucho más importante que todas las
revelaciones vividas y experimentadas hasta ahora. Es el momento de vuestro
sacrificio, el momento del don total a la Fuente, a lo que sois.
En
cada uno de mis silencios, en su duración, esto se manifiesta a fin de que se
establezca y permanezca en vosotros.
… Silencio…
Es
en esta Resurrección, más allá de todas las manifestaciones descritas por Ma y
por otros, cómo vivís realmente la Liberación, antes siquiera de la Liberación
colectiva, sin siquiera transitar por la percepción de lo que era necesario
hasta ahora: la Onda de Vida, el Canal Marial, las Coronas radiantes. La
Eternidad ocupa todo el espacio y no deja subsistir, durante la experiencia,
ningún vehículo, ninguna forma y ninguna identidad, dándoos a vivir entonces,
de manera integral, el Amor-Luz sin condiciones, amplificando vuestra
sabiduría.
En
esta vivencia instantánea, no quedan posibilidades para observar, para
racionalizar, para creer o no creer. Solamente queda aquello que ocupa todo el
espacio, todos los tiempos y todas vuestras formas.
… Silencio…
En
ese espacio no hay ningún esfuerzo de cualquier estructura efímera que sea.
Existe, por supuesto, el estado de Gracia y, al mismo tiempo, densidad y
liviandad pues uno no difiere del otro en vuestra eternidad.
… Silencio…
El
sonido puede seguir guiándoos, la vibración de la Corona también pero incluso
estos elementos os parecen lejanos, os parecen no relacionarse con lo que está
ahí.
Incluso
mis palabras, mi identidad y mi presencia os parecen insignificantes comparados
con lo que se vive.
… Silencio…
El
silencio llena la inmensidad.
… Silencio…
El
aliento también se hace más y más lejano. El esquema corporal parece
diluirse.
… Silencio…
Las
referencias habituales de la posición de vuestro cuerpo y de vuestra conciencia
se alejan también.
… Silencio…
Mis
palabras os parecen salir tanto de vosotros mismos como de mí como de todas
partes.
Ya
nada puede ser localizado ni siquiera existir. Las referencias habituales en
este mundo, en cuanto a tiempo y espacio, se fusionan y se alejan.
… Silencio…
Toda
idea, pensamiento o vivencia de la persona se alejan también.
… Silencio…
Y
ahí, ningún sentimiento, ninguna idea, ninguna percepción. Sólo esto.
… Silencio…
Todo
está a la vez, y al mismo tiempo, lejano y cercano. Hasta la distancia queda
abolida.
… Silencio…
La
conciencia misma ya no queda mantenida ni retenida por cualquier elemento que
sea.
… Silencio…
Ahí
donde estás quedas incapacitado para definir y para nombrar. Solamente subsiste esto.
… Silencio…
Ningún
pensamiento, ninguna idea puede aparecer y emerger.
El
Amor-Luz llena todo.
… Silencio…
Una
paz desconocida aparece.
… Silencio…
Y
ahí, seguramente, te reconoces, parcial o totalmente.
… Silencio…
Ya
ninguna palabra sirve, ni siquiera es deseable.
… Silencio…
Permanece
así mientras no hay nadie.
… Silencio…
Soy
Sri Aurobindo y bendigo esto. En las circunstancias que desees, podrás
instalarte como quieras en esto.
… Silencio…
Así
es el Amor, sin objeto y sin sujeto, sin relación con causa alguna ni con
resultado alguno.
… Silencio…
Mis
saludos para ti, que lo has vivido parcial o totalmente. Tu corona de gloria
recupera su lugar en tu persona, en ese cuerpo viviente, efímero como
eterno.
…
Silencio…
Toma
todo el tiempo y ocupa todo el espacio que la Inteligencia de la Luz juzgue
necesario. En adelante no necesitarás ni de nosotros, ni de ti, ni de nadie
para reconocerte y vivirlo.
Saludo
tu esencia, saludo a la Fuente, te saludo estés donde estés y permanezco en
silencio.
…Silencio…