MIKAËL
4 de junio de 2017
Soy Mikaël, Príncipe y
Regente de las Milicias Celestes. Bien amados Hijos de la ley del Uno, que la
Paz y el Fuego del Amor estén en vosotros.
…Silencio…
Intervengo en este día de
Pentecostés como tercer componente de la nueva tri-Unidad. Tal y como os he
anunciado, hace ya numerosas semanas que las aguas de la Tierra están siendo
sembradas y que la Tierra misma está siendo arada. Hoy, en este día de
Pentecostés, por la gracia del Espíritu Santo, por la gracia del Paracleto, por
la gracia de la nueva tri-Unidad, siembro vuestros códigos vibrales en
resonancia con la eternidad de vuestra Presencia en este mundo.
Ha llegado el momento de
dejar alejarse lo que sólo pasa. Ha llegado el momento de acoger el Espíritu de
la Verdad, acompañado de mi espada, cortando y alumbrando lo que todavía podría
necesitarlo en el seno de vuestra Presencia.
Acojamos juntos, si queréis,
al Espíritu de la Verdad, generando entonces, en este día y en los días
siguientes, una potencia sin igual de la percepción del Fuego Ígneo en vuestro
pecho y en el Espíritu de vuestra cabeza, bajando al Corazón del Corazón,
realizando la unión final del efímero y del Eterno en vuestra Presencia.
Las reglas y la dualidad
inherentes a este mundo, se encuentran hoy en vías de transformación, por el
hecho de la intensidad del Espíritu presente en la tierra y de la intensidad de
las partículas adamantinas que han llevado, hasta vuestra intimidad, el Fuego
del Espíritu.
La Unidad, principio de toda
vida libre, se manifiesta en el mismísimo seno de la dualidad residual de este
mundo en extinción, con el fin de dejar sitio a la verdadera Vida en la
Eternidad. Lo que sucede en vuestra tierra hoy, es decir en vuestro cuerpo
físico, está directamente ligado y unido a la acción de los cuatro Elementos ya
presentes desde hace muchos años en vosotros, a los cuales se ha añadido ahora el
Éter primordial, realizando la última etapa de la fusión de los Éteres en el mismísimo
seno de vuestro cuerpo de carne. Así, la transubstanciación celular, material,
ha empezado para muchos de vosotros, permitiendo a la Luz no estar frenada por
la existencia de vuestra materia, independientemente de cualquier noción ligada
a vuestras envolturas sutiles.
La perforación de las capas
aislantes de vuestro cuerpo finaliza hoy, dando a cada uno la libre posibilidad
de entregarse al Espíritu de la Verdad, con el fin de dejar que la Luz, en
totalidad y en exclusividad, guie vuestros pasos y vuestra vida.
En esta etapa, en este
día y en los días siguientes a la Pentecostés, se realiza en vosotros, por esta
transubstanciación, la emergencia de las nuevas leyes llamadas leyes del Uno,
aquí mismo en este mundo ahí donde estáis, dándoos a percibir, a vivir, a sentir,
lo que ocurre en este cuerpo de carne según si estáis alineados con el Espíritu
de la Verdad o alineados con vuestro personaje.
Esta especie de
confrontación es una resolución de los últimos antagonismos a veces presentes
todavía en algunos de vosotros, correspondiendo a la costumbre y a la adhesión a
este mundo, de la manera que sea. Esta nueva mirada, este estado último de la
conciencia manifestada en este mundo, viene literalmente para consumir los
últimos obstáculos a la emergencia de la Luz en el seno de vuestra carne, como
de vuestro corazón.
Así se realiza la
totalidad de la Nueva Eucaristía, haciendo desaparecer una forma ilusoria,
reemplazándola por la forma eterna del cuerpo de Êtreté. Las manifestaciones
ligadas a esta alquimia ocurren en vuestro cuerpo con una intensidad jamás
observada hasta la fecha. La modificación de las necesidades ligadas a la
corporeidad de la carne, desaparecen unas tras otras, con el fin de permitir a
vuestra Presencia tomar todo el sitio y todo el espacio.
Por la gracia del Fuego
Ígneo y por la gracia del Paracleto, este proceso alquímico alcanza ahora la
totalidad de vuestra vida efímera, que sea en vuestro cuerpo, en vuestras
envolturas sutiles como en vuestro entorno.
Este cambio de reglas y
de manifestaciones, en el mismísimo seno del efímero y antes de la Llamada de
María, os ofrece la posibilidad de ver claro todo lo que no se había visto todavía
para muchos de vosotros. Se trata aquí también, como fue especificado durante
las Teofanías, de un ajuste extremadamente fino permitiendo, lo esperamos, para
un número muy grande de vosotros presentes en la carne, de vivir este paso en
las condiciones más tranquilas, más ligeras y más felices posibles.
Acordaos que en estos
tiempos de Gracia y de Teofanía, ya no hay más tiempo de trabajar en la
historia personal de ninguna manera, sino de realizar vuestro corazón. Ya no
hay más tiempo de buscar la menor causa para la emergencia de lo nuevo que no
depende, os lo recuerdo, de ninguna causa ni de ninguna reacción, sino que es
la expresión del libre juego de la conciencia, aquí mismo en este mundo que vive,
durante este mes, sus últimos sobresaltos de resistencia de lo que es dual.
Estáis invitados, en este
día de Pentecostés y durante todo el mes de junio de este año 2017, a dejar
morir lo que se aleja de vosotros. No hay nada que perder, sólo hay que ganar
la verdad de la Eternidad, sin esfuerzo, a partir del momento en que no existe
en vosotros ninguna pregunta, ni ninguna interrogación acerca de la realidad de
la Luz o la verdad de lo que vivís.
Encomendar el Espíritu en
las manos de la Eternidad, es aceptar, sin mirar atrás, lo nuevo y lo
Desconocido, que no es ni un anhelo, ni una esperanza sino que ya es, para muchos
de vosotros desde hace muchas semanas, una verdad inquebrantable e inalterable
que se desvela a vuestro ritmo. Este ritmo que habéis vivido, que es el vuestro
durante las Teofanías y hasta este jueves incluido, será reemplazado,
progresivamente o brutalmente según el avance y la sincronicidad del desarrollo
de la escena final, con respecto a las señales celestes, a las señales terrestres
y a las señales humanas.
Os incumbe, en cuanto
finalicen las Teofanías programadas por la Confederación Intergaláctica de los
Mundos Libres y por María misma, de vivir en Teofanía permanente y perpetua. Constataréis,
si adoptáis esta regla de estar en Teofanía perpetua, que el aligeramiento, la
ligereza, la serenidad y la fluidez serán vuestro pan de cada día del que no
podréis despojaros, provocando que nada de lo que es pasado pueda atraer de
nuevo vuestra conciencia, de la misma manera que ninguna proyección en un
futuro hipotético pueda estorbar la realización de la Eternidad en el seno de vuestro
instante presente.
Si os parecen existir, a
pesar de la presencia del Manto Azul de la Gracia y de María en vuestro Canal
Marial, unas resistencias todavía presentes, que éstas se manifiesten al nivel
del cuerpo de carne o se manifiesten en el seno de vuestros pensamientos o
emociones, os incumbe entonces de apelar a mi ayuda así como a la del Arcángel
Uriel, con el fin de aligerar lo que debe ser aligerado.
Las Teofanías realizadas a
petición vuestra con el Arcángel Uriel o conmigo, tendrán, a partir del 10 de
junio de este año, una potencia que os ayudarán, por así decirlo, a dejar evacuar
lo que está ya muerto. Os ha sido especificado que el mecanismo final
ascensional de la Tierra ha empezado hace ya algunos meses, al principio de
marzo. Las Teofanías realizadas desde hace nueve semanas, y finalizando dentro
de pocos días, señalan la instalación espontánea, en cada uno de vosotros, de
la posibilidad de girarse hacia vuestro corazón sin ser retenido por ningún
sufrimiento, ninguna creencia o ninguna ilusión que sea.
Si esto no os resulta
fácil, o evidente, os incumbe poneros bajo la protección de vuestra Madre, os
incumbe llamar a María, y os incumbe realizar una Teofanía con Cristo y también
con el Arcángel Uriel y yo mismo. Es con estas llamadas y con estas peticiones,
más allá incluso de las Teofanías espontáneas, que viviréis este aligeramiento
con la más grande de las sonrisas y la más grande de las felicidades.
Os incumbe, a cada uno de
vosotros, averiguar mis palabras, averiguar la acción del Espíritu en vosotros,
averiguar la transubstanciación de vuestro cuerpo de carne. Tal y como lo constataréis
fácilmente, no habrán más excusas que valgan, sea lo sea lo que todavía tengáis
que llevar a cabo en el seno de este mundo, según tengáis una profesión, una familia,
unas obligaciones. Estas obligaciones, y a veces los pesos que todavía podáis
llevar, se aligerarán ante la evidencia de estas Teofanías, ante la evidencia
de la instalación de la Eternidad, y esto, independientemente de los
acontecimientos ligados a las tribulaciones humanas.
Así que os invito, a
partir del 10 de junio, a comprometeros firmemente con lo que os es ofrecido y con
lo que vosotros mismos os habéis ofrecido: la capacidad de vivir la Eternidad cuando
todavía estáis en un cuerpo efímero. No olvidéis que el cuerpo de Êtreté está
presente ahora, que lo percibáis o no, que lo viváis o no. Os incumbe entonces,
en cierto modo, si no vivís nada de esto, de adoptar a nivel personal una
actitud de espíritu donde la única obsesión, por así decirlo, presente en
vuestra conciencia, es la Luz, el Corazón, y el Amor, más allá incluso de las
representaciones que asumimos como nueva tri-Unidad.
Vais entonces a descubrir,
a veces con estupefacción, a veces con felicidad, pero siempre asintiendo, la
verdad de la Eternidad, para aquellos que todavía no hayan tenido acceso a ello.
De vuestra capacidad a girar vuestra conciencia y vuestros pensamientos hacia
la permanencia de la Luz en vosotros, supondrá una facilidad más o menos grande
para vivir este período del mes de junio. Viváis en el país que viváis, estéis
donde estéis en el planeta, hay que aceptar que las tribulaciones humanas
conciernen a la totalidad de la humanidad, aunque el territorio donde estáis no
se vea afectado directamente en su materialidad.
Esta transubstanciación atañe
al conjunto del colectivo humano, como al conjunto de la Tierra. No hay ningún
lugar, ningún espacio donde refugiaros para intentar escapar de lo inevitable
que es, os lo recuerdo, la alegría y la felicidad de la Eternidad.
En cuanto hayáis entrevisto
el Corazón del Corazón, incluso sin haber vivido nunca la totalidad de las Teofanías
propuestas y realizadas por vosotros mismos, no hará ninguna diferencia,
ilustrando una vez más lo que dijo Cristo en el momento de su venida: « Los
últimos serán los primeros » en apresurarse hacia la Eternidad. Efectivamente,
algunos seres humanos encarnados en la carne estaban dormidos hasta ahora.
Siempre os dijimos, nosotros los Arcángeles, así como las Estrellas y los
Ancianos, que aunque nunca habíais vivido los procesos de subida vibratoria,
esto iba a cambiar, y ha llegado el momento de vivirlo.
Así que alegraos, los que
hasta ahora, a pesar de su fe, a pesar de su certeza, nunca han tenido acceso a
la verdad del corazón, de poder descubrirlo por fin e instalarse sin problema y
con facilidad. Sólo es necesario e indispensable girar simplemente lo más a
menudo posible, a partir del 10 de junio de 2017, vuestros pensamientos hacia
la Luz. Pensad en la Luz no quiere decir comprender o explicar algo, es
simplemente un acto de reconocimiento a la Verdad, de reconocimiento a la Luz y
de reconocimiento a vuestra eternidad.
No se trata de rezar, no
se trata de repetir unas letanías, sino realmente y concretamente que vuestra
conciencia, vuestros pensamientos, vuestra tensión hacia el Abandono, estén
únicamente dirigidos hacia la Luz auténtica y verdadera, la que nunca es
visible en la pantalla interior, salvo a veces por el Blanco. La que nunca,
para muchos de vosotros, nunca fue vivido, se revelará como una verdad
inquebrantable en cuanto finalicen las Teofanías de la Confederación
Intergaláctica de los Mundos Libres.
Acordaos que a partir del
10 de junio, la finalización de mi misión y de mi papel que es también, os lo
recuerdo, de ceder el sitio, en esta última reversión, al Arcángel Uriel, Ángel
de la Presencia y Arcángel de la Reversión. Soy en cierto modo, a partir del 10
de junio, el que os facilitará la obra de abandonaros en totalidad a vuestra eternidad.
Poco importa el modo de proceder, no
necesitáis unas invocaciones, no necesitáis unas letanías, no necesitáis otra
cosa que vuestra propia conciencia girada hacia la Luz y hacia nosotros, sin
pedir nada, sin esperar nada, simplemente dirigir vuestro pensamiento y vuestra
conciencia lo más a menudo posible a lo largo de vuestros días, de vuestras
noches, durante vuestras noches si os despertáis, lo que será el caso para
muchos de vosotros, ilustrando entonces a la perfección la frase de Cristo: «
Velad y rezad. »
Algunos de vosotros,
desde hace ya muchas semanas, viven con certeza estos procesos de transubstanciación.
La transubstanciación ocurre a partir del momento en que la Lemniscata sagrada,
por medio de las Teofanías, realiza la emergencia del corazón, por así decirlo,
al nivel de la cabeza, en el seno de la pequeña Corona donde se realizan la
fusión de los Éteres y la fusión del Éter.
En el momento en que vuestro
corazón se conecte de manera permanente a vuestra cabeza, por la percepción
esta vez – incluso para aquellos que nunca han vibrado –, de la pequeña Corona
de la cabeza, o de un dolor en la punta del cráneo, acoplada a alguna
sensación, la que sea, en vuestro pecho, señala para vosotros, en ese momento, la
obligación de estableceros en esta Eternidad. Y de hecho constataréis, desde ese
momento, si no se ha hecho ya, que cualquier interés que concierne este mundo desaparecerá
instantáneamente ante la felicidad del corazón reencontrado, alejando de vosotros
las preocupaciones cotidianas, las obligaciones cotidianas, las creencias habituales
y alejando también de vosotros las últimas resistencias, las últimas ilusiones.
Esto no es reemplazado
por la nada, sino más bien por una plenitud y una felicidad de vuestra
Presencia, y esto, lo repito, sean cuales sean las contingencias de vuestro
efímero, que pasarán de manera muy natural a segundo plano, y después a último
plano. La Luz, lo habéis entendido, toma todo su sitio dentro de vuestros
cuerpos de carne. No hay ninguna escapatoria. No sirve de nada agarraros a nada
conocido, no sirve de nada querer preservar la ilusión que sea, porque ninguna
ilusión podrá sostenerse en el campo de vuestra conciencia una vez finalizada
la última Teofanía programada. Algunos de vosotros ya han vivido las primicias
de ello, despiertos, liberados o dormidos.
Así que hay un real alivio
de lo que es efímero con respecto a vuestra conciencia efímera, ante la
intensidad de la Luz y la revelación vivida en cada fibra de vuestra conciencia,
en cada fibra de vuestros cuerpos físicos y sutiles, no dejando ningún lugar a
la duda, ni a ninguna interrogación.
Si, no obstante existiesen
todavía unas dudas o el sentimiento de tener que elegir algo, es durante esos
momentos que es conveniente que vuestro pensamiento y vuestra conciencia se
giren de la manera más precisa y más directa hacia vuestro corazón, hacia la
Eternidad, porque en ese momento, a partir del 10 de junio, la Luz seguirá el hilo
de vuestros pensamientos y el hilo de vuestra conciencia. Se trata aquí de la
actualización del Masculino y del Femenino sagrados, conectándoos de manera
evidente, más allá de la vibración percibida por algunos de vosotros al nivel
de lo que fue nombrado el 12º cuerpo o Andrógino Primordial… esa evidencia
pondrá fin, como dije, a cualquier interrogación y a cualquier duda.
Si os parece no vivirlo
después del 10 de junio, y de estar todavía en interrogación y en cuestionamiento,
no olvidéis llamarme, no olvidéis llamar a María, y no olvidéis girar, ante
todo, vuestros pensamientos y vuestra conciencia hacia la Luz, aunque no la
conozcáis, aunque no la hayáis vivido hasta ahora. Para aquellos de vosotros
que viven, recientemente o desde hace ya tiempo, los procesos y los mecanismos
vibrales correspondientes a la bajada de la Eternidad al seno de este mundo, vosotros
mismos constataréis que independientemente del lugar donde todavía os
encontráis hoy, que algo habrá cambiado el 10 de junio por la mañana.
Este regalo está destinado
ante todo a permitiros vivir la tribulación humana colectiva sin estar
afectados por ella de ninguna manera al nivel de vuestra eternidad. Constataréis
de hecho con facilidad, que cuanto más se incrementen los desórdenes de la
tierra, más estaréis en paz y más estaréis en felicidad, no la felicidad del
que ve la destrucción de algo, sino que una felicidad sana, mostrándoos la
verdad de vuestro corazón, prevaleciendo y borrando todas las ilusiones todavía
presentes en este mundo.
La Luz va a exigiros, que
sea por un sueño, que sea por una intuición fulgurante, que sea por la vía
exterior de un amigo, de un hermano o de un ser de Luz, de decidiros, porque
muy pronto no podréis llevar de frente y al mismo tiempo, las actividades
efímeras y el estado de Eternidad. Os corresponde ver, os corresponde decidir, os
corresponde elegir dónde está la verdad para vosotros. ¿Está en la Verdad
inmutable del corazón o está en la atracción de la materia y la vida en el seno
de esta dimensión?
Tenéis, lo sabéis, una
libertad total de establecimiento en lo que os parece ser vuestra verdad. Sin
embargo, y lo sabéis, la Llamada de María vendrá necesariamente para poner fin
a todo lo que es efímero de manera temporal, realizando realmente y concretamente
lo que fue nombrada la estasis, y que es en realidad una verdadera muerte
seguida de una verdadera resurrección, o bien acompañada de vuestro cuerpo de
carne transmutado, o bien directamente en el seno de vuestro cuerpo de Êtreté,
o bien en el seno del Absoluto, sin dependencia entonces de ningún mundo, de
ninguna forma ni de ninguna dimensión.
Ahí está vuestra libertad,
pero como para cualquier paso, que sea en el seno de los mundos encerrados, el
nacimiento como la muerte son tan difíciles el uno como el otro. No se trata ni
de un nacimiento ni de una muerte, sino más bien de una resurrección, es decir
que no hay nada nuevo, propiamente dicho, para descubrir, sino sólo lo que
podría llamar, sin ninguna noción temporal, lo que siempre ha estado ahí, el
Anciano, este Anciano de los Días y este Anciano de las Noches, que de hecho
sólo son vuestra eternidad que no está ni vejada, ni oprimida por ninguna servidumbre
ni ningún límite.
Como ya sabéis, por
haberlo experimentado muchos de vosotros desde hace algunos años, la
naturaleza, los pueblos de la naturaleza, la Confederación Intergaláctica
ahora, los Arcángeles, son unas ayudas inestimables para mantener y alimentar, por
así decirlo, esta Eternidad, sin apelar a ningún elemento personal o conocido.
La Luz os llamará cada
vez más precisamente. Esto no será simplemente una orden de la Luz, sino la
evidencia de la Luz y de la Gracia, a partir del momento en que vuestro
pensamiento, vuestra conciencia se giren hacia ella. Basta simplemente con
tener un pensamiento para la Luz auténtica y verdadera, un pensamiento hacia
mí, un pensamiento hacia María, un pensamiento hacia Uriel, para constatar, más
allá de todo protocolo y de toda subida vibratoria, la realidad de nuestra
Presencia y la realidad de vuestra eternidad.
Por supuesto, durante
este mes de junio, salvo si la Llamada de María sobreviniera antes del final de
este mes, vosotros mismos tendréis la posibilidad de constatar los diferentes
emplazamientos de vuestra conciencia, de vuestras ideas y de vuestros pensamientos.
En un caso, sentiréis la felicidad y la ligereza. En otros casos, sentiréis la
gravedad, el malestar y el dolor. Os corresponderá entonces muy naturalmente de
decidir dónde estáis mejor, más allá de cualquier entidad. Es un problema
íntimo que hay que resolver a solas, aunque estemos ahí, a vuestros lados.
Porque una vez más, y de manera muy actual hoy, sólo vosotros podéis realizarlo.
Ni Cristo, ni la Fuente, ni ningún Arcángel, ni siquiera María, pueden hacerlo en
vuestro lugar.
Os corresponde constatar
y vivir lo que ocurre cuando pensáis en la Luz. Os corresponde constatar y
vivir lo que ocurre cuando recaéis en el funcionamiento habitual de la persona
y de vuestra historia. Para cada uno de vosotros, incluso los instalados en la Libertad
total del Liberado Viviente, como para el que duerme, del mismo modo, tendréis
la posibilidad de constatar con una evidencia formal, la diferencia entre el
corazón y lo que no es el corazón, entre la Eternidad y lo efímero. No
necesitáis interrogar ni a vuestra mente, ni a las cartas, ni a un péndulo, ni a
un hermano, ni a una hermana. Lo que será importante en ese momento, es
justamente esta noción de evidencia.
Así, por así decirlo, tendréis
en vuestras manos durante este mes de junio, todas las cartas que es posible tener.
Os corresponde ver si queréis estar en la Fluidez de la Unidad, en la Evidencia
de la Eternidad o en la resistencia personal, que desencadenará necesariamente la
negación y la ira a un nivel jamás vivido hasta la fecha. Será posible
entonces, pensamos, para la mayoría de los seres humanos encarnados, despiertos
o dormidos, de elegir lo que les corresponde.
Así que os queda, en
términos terrestres, un máximo de tres semanas a partir del 9 de junio o del 10
de junio, para establecer la verdad que sois. Es durante este período, durante
las tribulaciones, que efectivamente se producirán las gracias más grandes,
porque no habrá nada más con lo que aferrarse a este mundo. No estoy anunciando
con esto unos mecanismos catastróficos de disolución. Si éstos ocurriesen, la
instalación de vuestra conciencia en vuestro Corazón de manera perpetua hará
que nada pueda afectaros, con respecto a cualquier pérdida aparente, con
respecto a cualquier situación aparente.
Acordaos de esto, y es
efectivamente lo más importante: si vuestros pensamientos, vuestras ideas, vuestros
actos están girados hacia la Luz, entonces la Luz os colmará; si vuestros pensamientos,
vuestras ideas y vuestra conciencia están girados hacia vuestra persona,
entonces la Luz os parecerá como ausente y esto se traducirá, como dije, por
unos dolores, una resistencia, una ira o una negación.
No permanezcáis en la negación,
sino que poneos a prueba vosotros mismos, realmente y concretamente, incluso el
hecho de intentar, para aquellos que están despiertos, de salir de la Luz y de volver
a entrar en el personaje, y veréis. Vosotros mismos constataréis donde está la
evidencia, donde está vuestra verdad. No os contentéis con lo que digo, no os
contentéis con creer o no creer en esto, os invito, como María lo hizo, a averiguarlo
por vosotros mismos, porque sólo vosotros podréis saberlo y vivirlo, y asentaros.
Nadie podrá hacerlo por vosotros, y tampoco podréis hacerlo por nadie, ni
siquiera para los más próximos a vosotros.
No se trata de un momento
de soledad sino realmente de unos momentos de plenitud, sobre todo para aquellos
de vosotros que hasta ahora se lamentaban de no haber vivido los procesos
vibratorios, porque para ellos esto representará el fin de la espera, el fin de
la creencia y la vivencia en directo de la Luz.
Acordaos también de que
si hay una “persona” y un “personaje”, hay, de una manera u otra, sufrimiento y
no estáis completos. Tan pronto haya Eternidad, hay Felicidad, Ligereza y alegría.
No es un concepto, no basta con decir « estoy en el corazón », porque no quiere
decir nada, son unas estratagemas del ego. Hay que averiguarlo, y habrá que averiguarlo,
en vuestra conciencia y en vuestra carne, os diga lo que os diga vuestra mente
y os diga lo que os diga vuestro personaje, si la felicidad realmente está ahí
o no está ahí, y habrá que ajustaros en consecuencia.
Tampoco olvidéis que podemos
impulsar la ayuda inicial, pero que una vez esta ayuda inicial de nuestras
Presencias a vuestros lados, sólo y únicamente vosotros hacéis, en cierto modo,
que esta experiencia sea mucho más que una experiencia, es realmente y
concretamente la finalidad de la comprensión íntima, más allá de cualquier
mente, de lo que es la Eternidad y de lo que es el efímero. No estamos
solamente, ahora y a partir de ahora, en unos procesos de Despertar, de
vibración, de expansión de conciencia, sino que aquí tocamos, con vosotros, a
partir del 10 de junio, la parte más íntima y verídica de lo que es la Vida y
de lo que no lo es.
Aprovechad también, por
supuesto, las Teofanías espontáneas, que sean raras o que sean permanentes,
para girar –durante esas Teofanías espontáneas, e incluso las programadas – vuestra
conciencia, no hacia la percepción de la Luz por la vibración, sino
directamente hacia esta palabra: « Luz ». Si esta palabra os molesta porque no os
evoca nada, aparte de la Luz del día, entonces pensad simplemente en « Luz-Amor
». No busquéis entender nada, no busquéis dirigir nada. Acordaos de lo que
dije: la Luz sigue el pensamiento y sigue la conciencia. Es así como os
demostráis a vosotros mismos, en cierto modo, lo que es la Verdad y lo que no lo
es, más allá de cualquier concepto, de cualquier creencia, de cualquier percepción,
de cualquier visión.
Este mecanismo participa
en cierto modo, ya no solamente en el establecimiento del Último o de la Infinita
Presencia, sino directamente a la desaparición del Sí y a la vivencia de lo que
sois, es decir el Absoluto.
…Silencio…
Bien amados Hijos de la
ley del Uno, en este día de Pentecostés, en esta semana de Pentecostés, sea
cual sea el momento en el cual oiréis o leeréis estas palabras, os invito ahora
a dejar el Paracleto bendecir la punta de vuestro cráneo y expandirse en vuestro
Corazón del Corazón, y a dejar la Luz y la Felicidad tomar todo el sitio.
…Silencio…
Soy el Arcángel Mikaël,
Príncipe y Regente de las Milicias Celestes. Que el Paracleto y la fusión de los
Éteres sean mi bendición en vosotros.
…Silencio…
Soy Mikaël, Príncipe y
Regente de las Milicias Celestes. Bien amados Hijos de la ley del Uno, id en Paz
en vuestra Eternidad. Sois benditos, estamos con vosotros, y afirmad y
demostrad, por vuestra simple Presencia, vuestra Autonomía y vuestra Libertad.
Rindo gracia a vuestra
escucha, rindo gracia a vuestra acogida, rindo gracia a la belleza de la Luz.
…Silencio…
***