MARÍA
Hacia la Comunión perpetua
6 mayo 2017
Soy María, Reina de los Cielos y de
la Tierra. Amados Hijos, dondequiera que estéis en la Tierra, que el Manto Azul
de la Gracia esté con vosotros y que nuestra comunión persista después de la
Teofanía.
…Silencio…
Os trasmito todo mi Amor, todas
mis bendiciones y la alegría de mi corazón a todos vosotros para que estéis
presentes con más frecuencia, en vosotros mismos, en la Verdad, más allá de las
apariencias de este mundo, más allá de sus ilusiones, más allá de sus alegrías
y más allá de sus sufrimientos.
Ahora que estoy más cerca de
vosotros, os acompaño cubriéndoos con mi Manto Azul de la Gracia que es
vuestro. Un número cada vez mayor de vosotros vivís momentos muy intensos de
comunión que os despiertan a vuestra eternidad, a vuestra la liberación y os
conducen a ver lo que está sucediendo en la pantalla de este mundo que no es la
verdad, realmente.
…Silencio…
Así pues, sois
cada vez más los que os encontráis en vuestro corazón, los que os encontráis a
vosotros mismos más allá de toda comprensión, de toda explicación, allí donde
no puede haber ninguna duda, allí donde está presente la única Verdad y allí
donde no puede disimularse ningún pensamiento, ningún sentimiento a causa del
pasado o del futuro, allí donde se encuentra vuestra eternidad y la Verdad.
En ese espacio
sagrado, el de nuestras comuniones, el de vuestra vida frente a vosotros mismos,
ahora, no hay lugar para la mentira, no hay lugar para la Ilusión. Vuestro
corazón se revela cada día un poco más, llevándoos a vivir esa Paz inefable que
no puede decir nada y que os aparece a cada uno de vosotros como la única joya,
el único tesoro y la única Eternidad.
…Silencio…
Hoy me dirijo
a vosotros porque ya muchos habéis constatado que las Teofanías,
independientemente de nuestras citas de los jueves y de los días relacionados
con mi presencia, son cada vez más intensas, cada vez más vivas. Doy gracias
por vuestra perseverancia, por vuestra fe y, sobre todo, por vuestro Amor, que
muchos os atrevéis ahora a manifestar sin temor, con firmeza y con ligereza, al
mismo tiempo.
Bendigo a
todos los que comenzáis a vivir esta Eternidad, vuestro Cristo interior, que no
está limitado, a pesar de la presencia de este cuerpo, a ninguna ilusión de la
materia. Descubriréis ahora lo que significa ser el Camino, la Verdad y la
Vida, haciendo de vosotros una conciencia que se mantiene de pie, en este
mundo, aportando vuestra mirada, vuestra sonrisa -a veces vuestras palabras- y,
sobre todo, vuestra propia presencia, caminando entre los hermanos y hermanas
dentro de la vida en la que estáis sumidos, lo que os permite descubrir la
“Vida”, la verdadera, donde no existe la sombra, la Vida que se os ha prometido
desde siempre, a pesar de los velos del olvido, a pesar de los velos de la
ignorancia, a pesar de las trampas y de los obstáculos de este mundo que habéis
atravesado cada uno a vuestra manera.
Hoy, muchos de
mis hijos han encontrado la Eternidad y una vez alcanzada, no tienen necesidad
de nada más, ni de creencias sino simplemente estar allí en esos momentos que
podéis calificar de mágicos y que, para muchos de vosotros, os parecen tan
alejados de vuestras capacidades y vuestras posibilidades. Hoy, eso se revela a
vosotros porque ha llegado el momento, porque el tiempo se ha cumplido y solo
queda por manifestar, dentro de vuestra materialidad, las señales en los cielos
y mi Llamada. A través de las Teofanías, muchos de vosotros, cada vez más
numerosos, habéis despertado y os habéis unido a las fuerzas de la Luz Una,
incluso sin saberlo, sin pensarlo.
El nivel de
conciencia de la Tierra, su nivel de vibración, se expande ahora, cada día más,
dejando claro a muchos de vosotros, el punto de no retorno a ninguna ilusión.
Cubiertos con el Manto Azul de la Gracia, portadores de este Corazón ardiente,
alcanzáis vuestra dimensión de Hijos de la Eternidad, de Hijos Ardientes del
Sol, y os queda por recorrer los últimos pasos de vuestra vida en este mundo,
envueltos en esta Vida eterna, viviendo esta Gracia y esta Paz, que os conduce
poco a poco a posicionaros de manera definitiva en la única verdad y en el
único consuelo. Allí donde no tendréis nunca más, ni sed ni hambre y ningún
sufrimiento podrá aparecer o imaginarse.
El mes de mayo
que ha empezado hace unos días, os permitirá avanzar, siempre más, hacia
vosotros mismos, hacia la Verdad, poniendo fin a todas las mentiras, los
encarcelamientos y las ilusiones de este mundo, poniendo fin a la búsqueda
desenfrenada de placer, poniendo fin a lo que quizá habéis denominado, vuestra
búsqueda espiritual. Porque allí donde estáis ahora, cada vez más numerosos, no
persiste la menor duda ante la Evidencia que está ahí.
Así pues, hoy
os insto a que queráis y estéis dispuestos a responder a mi Llamada, a
responder a la Llamada del Cielo y de la Tierra a través de los sonidos, pero
sobre todo a través de vuestra conciencia. Cada día que pase ahora en la
Tierra, se desvelará más la verdad que derribará las máscaras, las ilusiones y
las últimas resistencias en algunos de mis hijos.
Recordad que
ahora y cada día que pase, el único consuelo que encontraréis, no podrá venir
del exterior sino únicamente de vuestro estado de Gracia.
…Silencio…
Vuestras percepciones,
vuestros sentimientos, vuestras experiencias se vuelven más intensas, más
luminosas y os conducirán a desenmascarar y lavar lo que quede por purificar,
por así decirlo.
Desde el
momento en que viváis la Gracia, os reconoceréis de inmediato, no en el
exterior sobre el escenario de este mundo, sino directamente en vuestra
intimidad, allí donde el Amor no necesita de ningún apoyo, de ningún tipo de
prueba.
Así se
instalan -en algunos, diría que a marchas forzadas-, el Camino, la Verdad y la
Vida, haciéndoos vivir realmente, como Luz y no como personas, al no adheriros
a ningún vínculo, a ninguna historia, a ningún sufrimiento. Así es la Morada de
Paz Suprema.
Sé que estas
Teofanías se reproducen más allá de nuestras citas y con mayor frecuencia, lo
que representa la última Llamada de la Luz y las gracias más abundantes; así es
la Redención.
Por
consiguiente, os invito a unos y a otros, a que viváis incluso a distancia,
este “corazón a corazón”, estas Teofanías. No pongáis barreras ni límites a la
expresión del Amor dentro de este mundo, para completar la obra de la
Liberación de todo el colectivo de la humanidad. Por vuestra Ascensión
-aquellos que la vivís-, liberaréis los engramas todavía presentes en algunos
de vuestros hermanos y hermanas que no conocéis, que nunca habéis visto y que,
sin embargo, se bañan en la misma unidad que vosotros.
Vais a verlos
cada vez más despiertos y cada vez más conmocionados, no por vosotros, sino por
lo que descubren hoy gracias a vuestra presencia, más allá de toda palabra y de
todo discurso, la mentira de este mundo, donde solo existe la dualidad, la
depredación que no es más que la prerrogativa de la materia, porque existen
mundos unificados donde la materia, como sabéis, es el medio de expresión, el
medio de vivir la Alegría y el Amor sin experimentar la dualidad ni ningún
sufrimiento.
Habréis
comprendido antes incluso de mi Llamada, aunque ya hayáis sido llamados hace
unos años, que hoy la Verdad no puede estar oculta de ninguna manera en ningún
lugar de la tierra, en ningún lugar de vuestro cuerpo.
Tomaos tiempo,
no para actuar en este mundo sino para actuar en vuestro corazón cuando la Luz
os llame, cuando la Teofanía se presente a vosotros, cuando estéis en relación
con un hermano o una hermana, esté donde esté. El Comendador os lo dijo: poned
el Amor delante, pero incluso no vais a tener que ponerlo, será de forma
espontánea, de forma natural a través de vuestros ojos, a través de vuestra
radiación y, sobre todo, a través de vuestro corazón. Así que, usad y abusad de
estas comuniones con vosotros mismos, con el Cielo, con la Tierra, con un
hermano o hermana, con todos y con todo. Si existe algún problema con uno de
vuestros hermanos o de vuestras hermanas, uno de mis hijos, entonces, más que
actuar o tratar de tener razón o ver quién tiene la razón, estableced los dos
juntos esta relación en el corazón que no necesita palabras ni demostraciones
porque el corazón se vuelve evidencia para todos en la Tierra, abatiendo las
creencias, todo lo que os mantenía encerrados a través de las religiones, de
los conceptos.
Descubriréis
la libertad interior con una intensidad que solo había sido alcanzada por
algunos seres en ciertos momentos, porque las condiciones de la densidad eran
tales que debía tratarse de un alma especial para salir de ella. Hoy, el Fuego
del Espíritu está por todas partes; el Espíritu del Sol trabaja para
desenmascarar lo que estaba oculto en cada uno de vosotros como en todas las
relaciones de este planeta, en cualquier ámbito.
Así que hoy os
invito solemnemente a multiplicar las Teofanías que no solo están vinculadas a
mí o a la Confederación Intergaláctica, sino también a cada uno de vosotros con
el mismo potencial de Amor, con el mismo potencial de Verdad, con el mismo
potencial de claridad. Ahora os atañe a vosotros ser autónomos en relación a
esto. Por supuesto, las Radiaciones Arcangélicas y las Teofanías continuarán
como se os ha dicho, hasta comienzos de junio.
Sabéis que
este mes de mayo goza de muchas convergencias, muchas sincronías que se
establecen más allá de vuestra persona y de vuestro quehacer personal, en todos
los asuntos de este mundo. Entonces, alegraos. Independientemente de las
convulsiones o de los acontecimientos, sólo quedará la Paz, el Amor que no
depende de vosotros, de ninguna circunstancia o condición exterior, de ninguna
persona, de ningún karma. Solo tenéis que soltar vuestras cargas, solo tenéis
que aligeraros, solo tenéis que aceptar y decir “sí”.
…Silencio…
Aprovechaos de
esta intensidad de la Luz que no disminuirá ahora y que solo puede alcanzar su
objetivo, es decir, la disolución final de este mundo.
En estos
momentos de caos y de complicaciones que se anuncian, os invito a permanecer
firmes en vuestro corazón, no por un esfuerzo sino por relajación, con la
confianza total no en vosotros, no en vuestros hermanos y hermanas sino en lo
que sois en verdad, porque eso emerge y se presenta en vuestra conciencia,
aunque cada uno de vosotros haya llegado a estratos diferentes, pero con el
mismo impulso, la misma Verdad y, sobre todo, la misma belleza.
Tomaos un
tiempo. Cuando se presente la ocasión o la Llamada de la Luz se haga demasiado
intensa, acoged y aceptad, y disfrutad esos momentos al salir de vuestra
Teofanía, cuando os llegue de forma individual para proponer eso, incluso a
quienes lo necesiten, estén donde estén en la Tierra, que no conocéis ni habéis
visto jamás -no os restrinjáis a vuestro círculo más cercano. No pidáis nada
para vosotros, solo que está claridad, esta señal de la Luz, de la Fuente, se
revele en el otro, en cada situación, en cada conflicto de este mundo. No para
que se detengan porque llegarán hasta el final, sean cuales sean los
acontecimientos, sino para aportar un bálsamo y un consuelo de Amor, porque ahí
está la única Verdad en estos tiempos difíciles, en estos tiempos de Alegría.
Esto es difícil para la persona, pero es Alegría para vuestra Eternidad.
Desde luego,
no están despiertos todos mis hijos y lo sabéis; no tenéis más que mirar a
vuestro alrededor, pero la Llamada de la Luz es inmensa. Se está finalizando la
disolución de las capas aislantes -no solo a nivel del planeta o del sistema
solar, sino directamente al nivel de vuestros cuerpos sutiles-, ved cómo se
desintegra el cuerpo causal, ved cómo oscila el alma entre el cielo y la
tierra, fluctuando si no estáis despiertos, dependiendo de vuestros estados de
ánimo, dependiendo de lo que se ha aclarado en el escenario de vuestra vida. No
os detengáis en eso. Todo lo que se produce hoy en vuestra vida, de la naturaleza
que sea, es un compromiso para que seáis lo que sois desde la Eternidad. La
puerta como sabéis, en tanto que creáis todavía que es una puerta, está situada
al nivel del corazón. No hay otra llave que el Amor, no necesitáis ningún
conocimiento, ninguna condición puede impediros vivir esto ahora, desde este
día.
Por eso os
pido vuestra ayuda y vuestro servicio para abreviar los tiempos complicados,
digamos, para la persona. Por tanto, comulgad. No necesitáis tener a alguien
frente a vosotros; pensad en un ser humano de la Tierra, sea el que sea, y
estableced esta comunión. No tenéis que protegeros de nada ni temer nada,
porque estáis en la comunión del corazón, ya sea en una situación, frente a un
hermano o hermana, frente a un desconocido que pasa o un niño del otro lado del
planeta o un anciano que está a punto de irse, poco importa; porque en cada
Teofanía, en cada comunión, vais a percibir -ya en vosotros-, cambios, cambios
cada vez más patentes y más evidentes.
A través de
este proceso ahora, es cuando vuestro corazón se une al corazón de la
Confederación Intergaláctica de los Mundos Libres, al corazón de los Arcángeles
en su radiación, conduciéndoos a descubrir, si no es ya el caso, el poder y la
Verdad del Amor.
Ahí está
vuestro baluarte, se puede decir, ahí está vuestra Eternidad. Todo lo demás, es
solo pasajero y pasará de forma brutal y abrupta en este mes de mayo.
Hace unas
semanas os invité a ver el Sol. Ahora os invito a ver el Sol en vuestro corazón
alimentándolo con el Amor y la atención que llevéis a él sin pedir nada más que
estar allí presentes a vuestra Resurrección, a vuestro despertar, a vuestra
Liberación o a vuestra Ascensión.
Así pues, yo
os anuncio la intensificación de la Luz, la intensificación de la Verdad, la
intensificación del Amor y su grandeza, a algunos de vosotros, para que vayáis
más allá de los que podáis denominar éxtasis o felicidad, porque la Verdad no
tiene necesidad de palabras; ella es. Y eso es simple, eso es evidencia.
Volveré, por supuesto, para acompañaros y para hablaros si es necesario, pero
sois cada vez más los que me percibís, los que me vivís como os vivo a vosotros
en mi corazón. Nada más es necesario. ¿Qué podéis perder con esto?
Por
consiguiente, os invito a anunciar la “buena nueva” no con palabras que solo
podrían ofender, sino exclusivamente con vuestro corazón, no con ideas del
corazón sino con la radiación efectiva de vuestro corazón, de vuestra
eternidad. Os volveréis lo que siempre habéis sido y que habéis olvidado: “Los
Hijos Ardientes del Sol”.
Ahí se
encuentra ahora vuestro alimento y vuestra satisfacción que os invito a
compartir con todo el mundo en todas las situaciones. No se requiere ningún
esfuerzo, no hay nada que hacer. Simplemente, cuando lo viváis, estad
plenamente en ello porque ahí se pondrá fin a todo lo que quede de duda
todavía, a lo que quede aún de ilusión por la costumbre de este mundo.
…Silencio…
No hay ninguna
dificultad que no pueda resolverse ahora con la radiación de vuestro corazón.
Os invito a vivirlo, a experimentarlo, a multiplicarlo, a entrar cada vez más
en el estado de Gracia porque es así como ayudaréis, no a la Tierra -ella ya está
liberada-, sino a todos mis hijos que duermen todavía, por poco tiempo.
Os daréis
cuenta también que estos episodios, digamos, de Teofanía, se volverán más
intensos, pero también más duraderos. Hagáis lo que hagáis, manifieste lo que
manifieste vuestra persona en cualquier tipo de contrariedad o en algo que
tengáis que afrontar, el corazón será vuestro seguro y vuestro recurso. No hay
nada más y, sobre todo, no hay nada mejor adaptado a este período que vivís en
la Tierra.
…Silencio…
Estad seguros
que en los momentos de dificultad, los momentos en que os parece que la Teofanía
se aleja de vosotros, que lo que está ocurriendo en vuestro pecho está menos
presente, no dudéis en hacer una llamada a la Luz, a una de nuestras formas
dentro de la confederación y estaremos allí de inmediato, no para aportaros un
beneficio material en este mundo, sino exclusivamente para vivir una Teofanía,
realineándoos, reorientándoos, insuflándoos la energía suficiente para atravesar esa contrariedad.
Los momentos
que vais a vivir este mes, sea cual sea vuestro camino, vuestra edad, vuestro
emplazamiento, en el escenario que sea (vuestra vida familiar, vuestra
profesión, vuestras actividades) traspirará esa Gracia y esa Evidencia.
…Silencio…
Es vuestra
nueva naturaleza de estar despiertos dentro de la materia, para muchos de
vosotros, para percibir la Verdad.
…Silencio…
Mis palabras
se detendrán aquí en esta jornada, y más allá de nuestras citas, os daréis
cuenta realmente, cada vez más a menudo que lo que sucede en vuestra conciencia
y en vuestro corazón, en el Corazón del Corazón, se volverá tan evidente y tan
agradable que no podrá compararse a nada de lo que habéis experimentado, a
ningún placer de este mundo.
Entonces,
permitidme bendeciros y permitidme estar a vuestro lado en estos tiempos. Estoy
con vosotros, soy vuestra Madre y vosotros sois el Camino, la Verdad y la Vida.
…Silencio…
Os bendigo y
os amo.
Yo soy María,
Reina de los Cielos y de la Tierra y rindo Gracia a cada uno de vosotros.
…Silencio…
Hasta pronto y
hasta siempre
…Silencio…
***