MARIA
2 julio 2017
Soy María, Reina de los Cielos y de la Tierra. Bien amados Hijos, rindo
gracia a vuestra presencia. He venido hoy sin haberos avisado previamente,
porque durante mis palabras y durante esta hora en la que voy a expresarme, se
realizará en cada uno de vosotros una Teofanía, en mi corazón y en vuestro
corazón Uno.
…Silencio…
Permitidme en primer lugar honrar vuestra presencia en este principio de
julio.
Antes de nada, quisiera de nuevo rendir gracia, dondequiera que estéis en
la tierra, por haber vivido con diversas intensidades las Teofanías que os
hemos propuesto en este período de Revelación. Muchos de vosotros, dondequiera
que estéis, habéis conseguido descubrir, justamente con esas Teofanías, lo que
es un testigo o un observador, con el fin de no estar más encerrados en la
Ilusión de este mundo, dándoos a ver la Verdad, la verdad del Amor y de la
Eternidad. Cada uno de vosotros vive a su manera su revelación interior, revelación
interior a la cual asistís en vuestro propio cuerpo y en vuestra propia
conciencia, dándoos tal vez a ver lo que no había sido visto y que obstruía, por
así decirlo, el camino de vuestro corazón y de vuestra eternidad.
Del mismo modo, tal y como lo constatáis por todas partes en la sociedad
humana, la revelación sigue su curso. No sólo se traduce por unas iluminaciones
o unas tomas de conciencia, sino que de manera más discreta, ciertamente y de
momento, os invita a reposicionaros lo más cerca posible de la Verdad, lo más cerca
posible de vuestro corazón de Eternidad. Es en esto que os volvéis simples, que
alcanzáis la Vía de la Infancia que os permitirá, cuando venga a llamaros, si
no se ha hecho ya, reconectaros a vuestra eternidad, sea cual sea el devenir de
este cuerpo y de este mundo.
Mientras que hoy, en la superficie de esta tierra, la totalidad de los
escritos de los profetas se realizan ante vuestros ojos. Hay una invitación
cada vez más intensa y cada vez más apremiante a encontraros de nuevo, a
reconoceros más allá de toda apariencia, de toda historia y de toda función que
todavía podéis tener en el seno de este mundo, con el fin de hacer vuestras las
palabras de mi Hijo: « Vuestro Reino no es de este mundo », « Estáis en este
mundo pero no sois de este mundo », llevándoos, con claridad y con intensidad,
a asentaros en vuestro corazón, en el Amor que no conoce ninguna condición ni
ninguna restricción. Todo esto ocurre en este mismísimo momento. Lo veis
también en cualquier parte del mundo donde los Jinetes se desatan para liberar
la Luz y poner fin a la Ilusión. Todo esto sucede en vosotros, al igual que sucede
en la pantalla del mundo como a nivel del Sol.
Os había invitado hace algunas semanas, al principio de las Teofanías, a
vigilar el Sol. Hoy os invito a vigilar vuestro corazón, para observarlo y para
encontraros. Es extremadamente simple. No necesitáis ningún elemento exterior,
no necesitáis ningún conocimiento, sólo tenéis que asentir, que decir “sí” a la
Verdad, esta Verdad que no puede aparecer en este mundo y que sin embargo está
inscrita en cada uno de vosotros.
Sois la carne de mi carne porque estoy presente en cada uno de vosotros,
no sólo en vuestro corazón sino que en cada célula humana presente en la
superficie de esta tierra. Es por esto que intercedo por vosotros ante la
Verdad, ante la Luz, es por esto que la Gracia se vive. Muchos de vosotros
vuelven a encontrarse, incluso sin poder nombrarlo, en este estado de testigo y
de observador, haciéndoos vivir vuestra propia vida como en un sueño, sin rehuir
de nada sino que al contrario os densifica en la Verdad poniendo fin a las
ilusiones, a las creencias, poniéndoos al desnudo con vosotros mismos, ahí
donde se encuentran el esplendor y la belleza de vuestra verdad eterna. Pase lo
que pase en vosotros, aunque vuestro cuerpo se resista o sufra, pase lo que
pase en vuestra conciencia, seguid confiando en vuestra eternidad, porque ahí
está la solución, lo sabéis y lo vivís.
Nosotros también, los miembros de la Confederación Intergaláctica, sea
cual sea el nivel, estamos con vosotros, estamos a vuestro alrededor y en vosotros,
celebrando vuestro despertar y esperando vuestra liberación. Sois cada día más
numerosos en asentir, en decir “sí” a la Luz, sean cuales sean las dificultades
aparentes que sólo son unos obstáculos pasajeros, que no pueden estorbaros más
tiempo a partir del momento en que os giráis hacia vosotros mismos, a vuestra
intimidad, dejando de proyectar y de creer en unas historias, las que sean,
porque sois anteriores a cualquier historia, sois anteriores a cualquier forma.
Sois la Verdad, sois la Vía y sois la Vida, como mi Hijo os había dicho de Él;
hoy podéis decirlo porque lo vivís.
En este proceso de Revelación, efectivamente, que sea sobre la pantalla
del mundo o en vosotros, observáis unas reticencias, a veces unos miedos, pero
en cuanto se haya vivido el corazón, aunque sea durante una fracción de
segundo, entonces la Verdad os ha aparecido. Sólo os queda dejarla instalarse
totalmente y tomar todo el sitio, con el fin de que estéis permanentemente, sea
cual sea el estado del mundo y sea cual sea el estado de vuestro cuerpo, de
vuestros pensamientos, de vuestras emociones, en esta Paz eterna que es vuestra
naturaleza, vuestra herencia y vuestra verdad en este instante.
Las ilusiones de este mundo, como vuestras propias ilusiones y
creencias, caen unas tras otras. Que sea por los mecanismos llamados
vibratorios, que sea por la reversión de la conciencia misma, os es permitido
asentaros con comodidad en vuestra eternidad. Retened que es extremadamente
fácil, y si os resulta complicado o difícil de alcanzar, entonces debéis de
cambiar de emplazamiento, de punto de vista, dejar de proyectar vuestra
conciencia en vuestra historia o en este mundo, entrar en la intimidad de vuestro
corazón, y ahí guardar silencio. Es así como se vuelve a descubrir la Verdad, en
el instante presente, en el Aquí y el Ahora, y sobre todo la Felicidad, que no
depende de ningún soporte ni de ninguna satisfacción en el seno de este mundo o
en el seno de vuestras creencias.
Todo esto se revela para cada uno de vosotros a su ritmo, según lo que
la Luz de la Verdad encuentre al tocaros. Sois cada día más numerosos en volver
a descubrir la verdad del corazón, aunque nunca antes os hubierais interesado
en nada relacionado con la espiritualidad. Muchos de vosotros efectivamente hoy
son lo que mi Hijo había llamado los últimos, que se vuelven los primeros
porque realizan su eternidad y son liberados sin jamás haberlo buscado, sin jamás
haberlo pedido. Todo esto, por supuesto, desde la persona no podéis entenderlo,
no podéis explicarlo, pero esto es la verdad.
En este instante y durante el período que se abre ante vosotros, vuelvo
a invitaros, de manera individual, a instalaros en el corazón, a vivir las Teofanías,
a vivir la verdad, la belleza, y sobre todo este Amor que no depende de ninguna
condición de este mundo, ni siquiera de vuestra propia condición. Es así como os
liberáis. Así es el estado de Gracia, así es vuestro corazón, el que no conoce
ningún sufrimiento ni ningún miedo, y que espera – que espera vuestra
Presencia.
Es en esta Presencia que a partir de ahora estáis presentes aquí en este
mundo, sin ser de este mundo, plenamente y totalmente encarnados, plenamente y
totalmente presentes en vuestra eternidad, ahí de donde sale toda satisfacción
y toda Felicidad, poniendo fin, si lo aceptáis, a los sufrimientos, a las
resistencias, a las ilusiones, a las adhesiones que todavía pueden quedar en
vosotros a este mundo. Volvéis a encontrar vuestro Reino donde ninguna mancha
puede aparecer, donde ningún defecto puede presentarse. Todo ahí es perfecto y sois
cada vez más numerosos en vivirlo, espontáneamente, con ligereza.
Otros, entre mis hijos, experimentáis unos dolores, unos sufrimientos, unas
resistencias, con las cuales no sirve de nada el querer actuar por vuestra
propia persona, por vuestro propio conocimiento, porque incluso estos
sufrimientos sólo están ahí para guiaros hacia el Abandono a la Luz, hacia el
sacrificio y vuestra resurrección. No necesitáis a nadie, no necesitáis nada,
si no ser vosotros mismos, totalmente verdaderos, más allá de toda historia, de
todo guión. Ahí está la verdadera Libertad, esta libertad interior que muchos
de vosotros habéis vivido durante la Liberación de la Tierra por la Onda de
Vida, el Sharam Amrita como dicen nuestros hermanos y hermanas orientales. Las Teofanías,
hoy, realizan la misma cosa, pero con más facilidad, más evidencia.
Y si esto, lo que os digo ahora, no parece concerniros, no tengáis
ninguna desesperación, no tengáis ninguna búsqueda, estad en la certeza de lo
que sois, incluso sin conocerlo, no corresponde a nada de este mundo, a ninguna
forma ni a ninguna dimensión. Sois la Verdad y la Vida. Esta Verdad, esta Vida,
son eternas, no dependen de ningún nacimiento, de ninguna muerte, de ningún
sufrimiento, de ninguna condición y de ningún condicionamiento. Es a esto a lo que
estáis invitados a partir de ahora por las Teofanías que realizáis
espontáneamente, a veces incluso sin pedir nada y sin desear nada. Entonces, en
ese momento, entráis en la Gracia de la Unidad, en la emanación de la Luz que
no necesita ningún esfuerzo, ni ningún esfuerzo de voluntad, ni ninguna
intención, porque la Gracia es espontánea, brota de vosotros sin ninguna intención,
sin ningún objetivo, porque es lo que sois.
Entonces por supuesto, si vuestra persona vive todavía unas ilusiones, unas
creencias, unos sufrimientos, hoy no sirve de nada querer comprender, explicar,
disecar, desmenuzar, porque cada sufrimiento os invita simplemente a alcanzar con
más evidencia vuestro corazón, fuente de la Felicidad y del Amor, fuente de la
Verdad. Todo lo demás es superfluo y no os servirá de nada, porque tal y como
lo veis a vuestro alrededor por la acción de los Jinetes y de la locura humana,
todo sucede exactamente como los profetas de la tierra han anunciado.
Dondequiera que giréis vuestros ojos, vuestras lecturas, todo os dice la misma
cosa, y esto ocurre en este mismísimo momento.
Esta Revelación es algo muy feliz para el que se asoma a su corazón, y
algo que puede ser desastroso para el que mantiene la Ilusión, enganchado a
este mundo, a sus conocimientos, a sus creencias. El corazón sólo se descubre, ahora
en esta fase de la tierra, si deponéis todas las armas de vuestra mente, de
vuestros conocimientos, de vuestras proyecciones, de vuestros miedos.
Acordaos, el Amor es espontáneo, así que vosotros mimos sed espontáneos.
No pongáis delante las apariencias, las justificaciones, no pongáis delante vuestros
conocimientos, sino que poneos simplemente vosotros mismos en la desnudez de
vuestro corazón, en la potencia del Amor y de la Verdad. Todo lo demás, y digo
bien todo lo demás, es superfluo e incluso se vuelve un obstáculo a la Verdad.
Muchos intervinientes os han preparado, desde hace mucho tiempo para
algunos de vosotros, a vivir estos momentos en paz, a vivir estos momentos en
la Felicidad. Y acordaos que el Amor siempre es la Felicidad, y si os parece
faltar Felicidad, quiere decir simplemente que todavía no habéis dejado emerger
el Amor que sois y que en alguna parte en vosotros, sea cual sea la precisión
de lo que pensáis, todavía existen unos elementos que frenan, unos velos, unas resistencias,
unos obstáculos, que tienen que ver con las costumbres de este mundo y las
creencias, incluidos no por la sociedad sino que por el conjunto de las
religiones.
Hoy, penetráis todavía más en la verdad esencial que pone fin a todas
las mentiras, a todas las zonas oscuras que pueden estar todavía presentes en vosotros
o en este mundo. Así es la Revelación. Si esta Revelación es aceptada y vivida,
entonces la Felicidad es su consecuencia directa. Lo que quiere decir que hoy,
si no estáis en la Felicidad lo más a menudo posible durante vuestros días, y
para algunos de manera permanente e indeleble, entonces todavía os queda ver algunas
cosas. No explicarlas, no comprenderlas, sino simplemente verlas y tener
confianza en lo que sois. No se trata de afirmarlo mentalmente, sino que se
trata de vivirlo en conciencia y en verdad. No podéis engañar a lo que sois y
no podéis engañaros en la verdad del corazón.
« Buscad el Reino de los Cielos que está en vosotros y todo lo demás os
será dado por añadidura. » La Felicidad, la ligereza, la Paz, la beatitud, la
alegría serán vuestro pan de cada día, a partir del momento en que soltáis, a partir
del momento en que aceptáis volver a encontraros, no en algún guión de este
mundo o en alguna proyección hacia un futuro cualquiera, sino en el seno del
instante presente, de la inmanencia de vuestro corazón y de la permanencia de vuestra
felicidad. Ahí están los mejores testigos y es así como dais el mejor
testimonio de la Verdad que sois. Todo lo demás está pasando y desapareciendo
de vuestra conciencia, de vuestra vista, de vuestros sentidos.
Así, paradójicamente, cuanto más el caos de este mundo se revele a vosotros,
más, si lo aceptáis, la Felicidad crece, desviando vuestra mirada y vuestra conciencia
de lo que no es esencial y verdadero, de lo que sólo pasa.
Abrirse a lo Desconocido y vivir lo Desconocido es, no imaginar nada, no
suponer nada, estar totalmente disponible en el instante presente, ahí donde no
hay ningún sitio para la persona, ahí donde no hay sitio para ninguna emoción, para
ninguna mente, para ninguna justificación de creencia o de historia, personal o
colectiva.
De hecho, sois cada vez más numerosos en daros cuenta que realmente veis
lo invisible, que sea por la noche en vuestras camas, que sea durante vuestros
contactos en la naturaleza o con otros hermanos y hermanas humanos. Aunque no podáis
clarificar de momento las cosas en vosotros, veis bien y vivís bien que las
cosas se vuelven diferentes. Lo importante no es nombrarlo, lo importante no es
explicarlo, lo importante es vivirlo en total humildad, en total simplicidad.
Aceptar no ser nada aquí para volver a encontrar esta eternidad, esta simplicidad,
esta ligereza. Ningún elemento de vuestras creencias residuales o de vuestra
personalidad puede ahora aligerarse, sólo pueden ser transmutados por la ley de
Gracia y la ley de la Unidad. Vuestra persona no puede hacer nada más con esto
si no es constatar la preeminencia de la Luz, la preeminencia de la Verdad y la
preeminencia del Amor sobre cualquier cosa.
El tiempo del olvido finaliza, realmente y concretamente. Las
innumerables señales del cielo y de la tierra, como las de vuestros cuerpos y de
vuestras conciencias, son flagrantes. Sólo el que está en la negación no quiere
ver o no puede ver. Acordaos que después de la negación, está la ira, en el
Choque de la humanidad, y que después de esta ira y esta negociación viene la
aceptación de la Verdad, y es ahí donde la Felicidad reemplaza todas las
emociones, todos los sufrimientos, todos los miedos, todas las memorias, es un
bálsamo que se extiende por todas partes. Sobre vuestra alma, si está presente,
sobre vuestro cuerpo, en vuestras células, en vuestras relaciones, con el mundo
físico como con los mundos más sutiles.
Así que vuestros sentidos, sean cuales sean, se han abierto a la verdad.
Por supuesto, sabemos muy bien que entre vosotros, los que en este momento se
abren, pueden existir todavía unos temores. Este miedo a lo Desconocido, este
miedo a la Verdad que está inscrito en algunas parcelas de vuestra conciencia y
de vuestro cerebro, es un cortafuego que os impide caer en la Ilusión y tomar
este mundo por verdadero. La reversión de la conciencia os permite vivirlo, por
pequeños toques o con intensidad, según la calidad de vuestra Presencia. No
hablo de vuestros conocimientos, no hablo de vuestras creencias, no hablo de vuestros
deseos, sino de la aceptación de la Verdad que no necesita ninguna palabra
porque ahí está la Felicidad, ahí está la conciencia que nunca ha conocido ni
nacimiento ni muerte.
De hecho vais a constatar, y sois cada vez más numerosos, que vuestra
manera de pensar cambia, que vuestro posicionamiento en este mundo, sobre la
espiritualidad, sobre lo que sois, también cambia. Por supuesto que lo antiguo
resiste, que lo queráis o no, porque no depende de vosotros, aunque os
concierne directamente, sino que depende simplemente de algunos automatismos
que se han instalado a lo largo de vuestras vidas, a lo largo de vuestras encarnaciones
como persona en la superficie de este mundo. Acordaos también que cada uno de vosotros
puede llamarme, puede rezarme, y estaré ahí. Que lo percibáis o no, no hará ninguna
diferencia porque constataréis los efectos en vuestra carne, en vuestra vida, en
vuestras relaciones, en vuestras comunicaciones.
Hay pues una abertura real y concreta que sigue, como sabéis, la
aproximación de mi Llamada y la aproximación de Nibiru. Muchos acontecimientos
ya se han producido, de manera visible o invisible, desde el principio del año
2017 en esta tierra. Os lo hemos dicho, muy pronto llegarán a su apogeo. En
este año, muchas cosas habrán pasado y muchos de vosotros vivirán su corazón.
Que mi Llamada se haya efectuado o no, que Nibiru sea visible o no, los efectos
de su presencia, emergiendo del Sol, se hace sentir y se vive en cada uno de vosotros.
Aunque muchos de vosotros no tengan las palabras para comprender lo que se vive,
ni tampoco pueden explicarlo, pero no es importante porque al vivirlo, volvéis
a encontrar lo que sois, que habíais olvidado, y esto es una certeza que no admite
ninguna hesitación, ningún comentario, y que pone fin por sí solo a todo lo
demás, sin ningún esfuerzo.
Pero sabéis, mis hijos, tenéis la libertad de amar la materia. La Luz no
os impone nada. Si todavía pensáis permanecer en el libre albedrio, en el mundo
de la dualidad, esto forma parte de vuestra libertad. Cada uno de vosotros
volverá a encontrar lo que es y será libre de experimentar lo que necesita
experimentar, dondequiera que sea y en la forma que sea. Así se realiza el
Juramento y la Promesa, incluso antes de mi Llamada. Hace un año, el Arcángel
Anaël os dio algunos elementos cronológicos que iban a producirse durante este
período. Esta cronología, os lo dijo, no sigue necesariamente el orden
cronológico que os dio.
El fin de las Teofanías organizadas ha permitido realizar, para muchos
de vosotros, el Juramento y la Promesa, que se volverá real, lo sabéis, en el momento
último en que el Sol reabsorba a Mercurio y en que la Tierra se expanda en su
nueva órbita, en una nueva dimensión.
La felicidad del Amor, que es Libertad, también puede daros miedo. Por vuestras
costumbres y vuestros comportamientos en el seno de este mundo, muchos de vosotros
se han acostumbrado a premunirse, a obedecer a unas reglas sociales, morales,
legales, a unos convenios morales y afectivos que hoy no se sostienen más, lo
veis bien. Algunos de vosotros, de hecho, lo viven con más o menos dificultad de
momento, pero esto es indispensable para volver a encontrar vuestra libertad.
No sois vosotros quienes decidís, penséis lo que penséis. Aunque no viváis vuestro
corazón, es la Gracia y la Luz que deciden por vosotros.
No puede haber marcha atrás, no se puede retroceder, sólo está la
posibilidad de ver la verdad enfrente y asentir, decir “sí” a la Felicidad, “sí”
a la Verdad, “sí” a la Vida. No la amputada, aquí en este mundo, sino la Vida
eterna, la que no depende de las obligaciones de este mundo ni de ninguna
evolución en la cual vosotros todavía podéis creer. Lo que evoluciona es la
persona, pero nunca la persona podrá ser libre – y sin embargo, sois un corazón
libre. Es esto lo que se revela a vosotros, con felicidad, con facilidad, a
veces con resistencia.
No se trata hoy de hablar de vibraciones, ni siquiera de las Coronas
radiantes, ni siquiera del Canal Marial. Id directos al grano, id a vuestro
corazón, no mentalmente sino que por vuestra conciencia. Mirad vuestro corazón,
sentid lo que sucede a ese nivel. Todo lo demás, la beatitud, la felicidad, la
Liberación, sólo puede venir de ahí. En esto, también hay que aceptar que no sois
ni el marido ni la mujer de…, que no sois el hijo de…, que no tenéis tal
profesión. Todo esto permite ser parte de este mundo pero no participa de
ninguna manera al establecimiento de la Verdad que sois.
Lo sabéis, os queda demostrároslo, si no se ha hecho ya, por vosotros
mismos, debéis atreveros a ser, debéis atreveros a liberaros de cualquier
resistencia, de cualquier sufrimiento, de cualquier miedo. No combatiendo, no
luchando, sino mirando vuestro corazón. Todo lo demás deriva de ahí y se
produce naturalmente y espontáneamente, con mucha más facilidad hoy que fue el
caso hace muchos años. Haciendo que ahora, en este principio de julio, el conjunto
de la Confederación Intergaláctica de los Mundos Libres, el conjunto de las
Estrellas, de los Ancianos, el conjunto de los pueblos estelares libres, estén
con vosotros para asistir a vuestra resurrección, para celebrar con vosotros vuestro
renacimiento en la Verdad.
Entonces os corresponde a
vosotros ver si estáis todavía apegados a los placeres de este mundo, a los
deseos de este mundo o si vivís en el corazón donde todas las satisfacciones
están presentes. Os repito: no necesitáis nada más. Si creéis todavía que
necesitáis algo, sobre todo en lo concerniente a lo que llamáis
«espiritualidad», entonces estáis incompletos y no veis claro. Es el corazón el
que os ilumina. Podréis hablar la lengua de los Ángeles, mover montañas, pero
si os falta el Amor, no sois nada. Si sois el Amor en este mundo, seréis
pequeños, pero en verdad, sois el Todo.
Aquellos de vosotros que
leáis o escuchéis mis palabras después, acordaros del 2 de julio a las 15:00
horas. ¿Qué os ocurrió durante una hora, hicierais lo que hicierais?
Independientemente de vuestras ocupaciones, vuestros sufrimientos y vuestras
alegrías, os daréis cuenta que las Teofanías surgirán cada vez más en estos
momentos, incluso sin que os hable. Esas Teofanías están realizadas ahora
directamente por el Sol, tocándoos para que pongáis fin a ciertas ilusiones
dentro de la sociedad. La radiación del sol, la radiación cósmica, ocasiona
también, a través de un Sol liberado, que veáis alrededor de vosotros
incontables fracasos. Es normal; eso forma parte de la Revelación.
Vuestros científicos
saben ya, desde hace muchos años, que el comportamiento del Sol actúa e
interactúa con el comportamiento humano, a nivel individual y a nivel
colectivo. La vibración de la Tierra alcanza un nuevo apogeo. La liberación del
núcleo de la Tierra, en 2012, ha permitido que emerja su radiación bajo
vuestros pies -lo sabéis algunos de vosotros que habéis vivido la Onda de vida.
Hoy, esta radiación del núcleo cristalino ha logrado atravesar las capas
aislantes residuales de la Tierra, llamadas: la “ionosfera” y la
“magnetosfera”. El núcleo cristalino de la Tierra se ha vuelto a conectar con
el Sol y con Sirius, haciendo que, desde hace un mes, como el Comendador lo ha
manifestado, se haya desencadenado todo el proceso final de la Ascensión de la
Tierra y de vuestra libertad, no ya de forma sutil sino cada vez más visible a
vuestros ojos que se abren para que veáis la Verdad, para que veáis la
mascarada de algunos sistemas organizados.
Lo que llamáis
“finanzas”, “política”, “justicia”, “medios de comunicación”, sois ya muchos
los que os dais cuenta de sus manipulaciones, de sus mentiras, del
encarcelamiento, del miedo al que os han llevado los que os controlan. Vuestros
controles tocan a su fin. Ya no están
alimentados por las líneas de depredación, ya no están alimentados por vuestras
emociones, porque sois muchos más los que habéis superado ese estado de
emociones y ese estado del mental para descubrir la Verdad -en vuestra vida, en
vuestro cuerpo, en la pantalla del mundo, no importa-, y este descubrimiento el
que permite que no alimentéis la depredación de ninguna manera.
Así pues, el juego ha
terminado para aquellos que el Comendador llama: “los chicos malos”. Por
supuesto, ellos desempeñarán su parte, hasta el último momento. Sabéis muy bien
que no pueden hacer otra cosa, pero mi gracia de Madre está abierta incluso
para ellos y, sobre todo, para ellos, porque no hay nada que no pueda ser
perdonado. No existe, contrariamente a lo que dicen algunas religiones, el
pecado mortal. ¿Cómo podría morir lo que es inmortal?, ¿cómo podría haber
castigo mayor que estar encerrados en este mundo, privados de Alegría y
privados del Corazón?
Así que, todo lo que
sucede ahora, desde hace ya unos meses y, sobre todo, desde el 7 de junio, os hará
vivir el Apocalipsis, la Revelación última de lo que sois y, sobre todo, os
permitirá ver todas las trampas y las ilusiones de este encierro en el cual han
sido creadas incluso, las leyes espirituales que llamáis “karma”. El karma es una
suprema ilusión para los espiritualistas, porque os lleva a adheriros a vuestra
persona, a adheriros a un pasado, impidiéndoos encontrar el Espíritu y vivirlo.
Recordad que todo conocimiento os es inútil. Si no lo aceptáis, lo podréis ver,
por vosotros mismos, realmente. Nadie puede penetrar el Reino de la Luz si no
se vuelve como un niño, si no abandona todo el equipaje, todas las creencias y
todos los sufrimientos.
No tenéis nada que pagar;
ya habéis pagado bastante y nosotros hemos pagado con vosotros. En el Amor, no
hay que pagar, todo es don, todo es espontáneo, todo es gratuito. No puede
haber otra retribución que la Alegría que emana de vosotros mismos. Las otras
retribuciones vinculadas al karma, no son más que vanidad e ilusión.
Sabéis que necesitáis
volveros autónomos y libres, no dejando este mundo, sino dejando la ilusión de
este mundo para instalaros ahí donde todo es Paz. Cada uno de vosotros podéis
hacerlo, independientemente de vuestros antecedentes, de vuestros sufrimientos,
de vuestras costumbres, de vuestros miedos. Tenéis en vosotros todo lo
necesario. No necesitáis más que vuestra conciencia para descubrir que sois el
origen de toda conciencia en cualquier mundo, en cualquier dimensión, en
cualquier cuerpo.
Cuando nuestros hermanos y
hermanas orientales nos dicen que todo es Uno, solo expresan la verdad de lo
que viven y no es un concepto o una creencia a la que haya que adherirse; si
no, eso sería un error. ¿Queréis ser felices?, ¿queréis ser libres?, ¿queréis
ser verdaderos?, ¿queráis, finalmente, ser vosotros mismos? Entonces no os
aferréis a nada de lo que conocéis, no os sujetéis a nada. Por supuesto,
respetad las leyes y los juegos de este mundo, pero observad la Libertad que
sois, a pesar de las limitaciones de este mundo, a pesar de los sufrimientos de
este cuerpo. El Amor es el bálsamo sanador que pondrá fin a todo lo que es
falso. Para eso debéis estar en la Infancia, en la espontaneidad, en la
inocencia incluso y en la aceptación.
Mi Hijo decía que
mantengáis la casa limpia porque vendrá como un ladrón en la noche. Algunos de
vosotros, cada vez más numerosos, ya lo habéis recibido. Descansad en lo que
sois y dejad que se aleje lo que no es relevante. Seguid la Inteligencia de la
Luz, la evidencia de la Gracia. Es muy simple y todavía más simple hoy, desde
hoy. Lo que resiste, no es la Luz. En la Luz hay fluidez, hay ligereza, hay
Alegría. No toméis mis palabras como discursos o conceptos sino como algo que
debéis verificar por vosotros mismos en vuestra alma, por vuestra experiencia,
por vuestra carne, por vuestra vida misma. Porque desde el momento en que decís
“sí” a la Luz, habéis soltado todas las ilusiones y entonces es la Luz la que
dirige vuestra vida y no vuestro mental, vuestros conocimientos, vuestros
pensamientos, vuestras emociones, vuestros lazos de sangre, vuestros lazos
afectivos, ni vuestras conexiones sociales.
La Luz os instará cada
vez más, a medida que se vaya sintiendo la influencia de Nibiru -antes incluso
de su visibilidad-, lo que ya es el caso, a que soltéis todo lo que os estorba,
a veces incluso sin comprenderlo, sin poder explicarlo, sin poder
justificarlo. Id en el sentido de la
Evidencia y tened por seguro que no es vuestra persona la que decide eso, sino
la misma Gracia de la Luz. En ese momento, os daréis cuenta que ya no podéis
reclamar ninguna religión, ningún grupo social, ningún grupo familiar. Seréis
totalmente libres, sin rechazar a nadie ni a nada en vuestro corazón desde el
instante en que habéis encontrado y reencontrado, la posibilidad de acoger
incluso lo que os parece opuesto a la Luz.
Es el caso también, para
vosotros, y es como encontraréis vuestro corazón, pero es también el caso para
todo ser de esta Tierra. En ese momento podréis decir, como mi Hijo: “Padre,
perdónalos porque no saben lo que hacen”. Entonces,
también vosotros perdonáis. Primero a vosotros mismos, a las ilusiones, a las creencias, a las adhesiones, a los sufrimientos, a los miedos y
perdonad al mundo, perdonad a los Arcontes, porque ellos tienen el mismo
corazón que todos vosotros. Ninguna vida es posible sin la presencia de un
corazón, ninguna vida puede estar iluminada sin estar conectada a la libertad,
a la Fuente y al origen de la Luz. Es eso lo que vivís con más o menos éxito,
por ahora; pero, en cualquier caso, os daréis cuenta que eso va a ampliarse.
Entonces, por supuesto,
para algunos de vosotros eso os ocurre a través de ensayos. Algunos podéis
encontraros expulsados de vuestros hogares, otros podéis perder a un ser
querido o perder un trabajo. No veáis los inconvenientes de eso, ved la
oportunidad para encontraros. A través de eso, descubriréis lo que es esencial
en vosotros. ¿Es vuestra forma, vuestra materia, vuestra comodidad o es vuestra
Eternidad? Buscad el Reino de los Cielos que está dentro de vosotros y no se
trata de una búsqueda sino de una aceptación. Todo lo demás se os dará por
añadidura en esas fases particulares de ajetreo y de caos.
Sé también que muchos de
mis hijos están todavía perdidos en las proyecciones en un futuro idílico; lo
que llamáis la “Nueva Era”. Os invito a releer lo que decían los profetas,
donde volváis vuestra mirada, tanto a Oriente como a Occidente, a Asia o entre
los pueblos primitivos, jamás ha existido ninguna mejora, nunca se ha logrado
una edad de oro dentro de esta dimensión que conocéis. La edad de oro está
situada en la Tierra, pero en otra dimensión o sobre todo sistema solar que
desee experimentar, en su libertad.
Hoy debéis dejar el
polvo, por la Gracia de la Luz, debéis vivir esas Teofanías y daros cuenta por
vosotros mismos, de la instalación de la Paz, porque la Paz, la serenidad, es
verdaderamente el testimonio perfecto que os mostrará lo que sois. Ningún
mental, ninguna pregunta mental podrá satisfaceros; además el mental no puede
mantenerse. Sabéis ya muchos de vosotros que vivís desapariciones espontáneas.
Las órdenes de la Luz se vuelven más y más evidentes, son muy intensas. Las
órdenes de la Luz van a desarrollarse cada vez más.
El Comendador de los
Ancianos os dijo que la Luz, ahora, no está solo a nivel de las líneas élficas,
a nivel de los pueblos de la naturaleza, sino que los vórtices se instalan por
todas partes. Los pilares de Luz que se os anunciaron, por el pueblo de los
dragones, se están generalizando en la Tierra. Las plagas de los Jinetes se
despliegan ahora con intensidad. Los Elementos más importantes son de momento
el Fuego, por las temperaturas, por el fuego que quema, pero también por el
granizo que es solo un fuego frío, por así decirlo. Eso forma parte de las
calamidades bíblicas que comienzan a manifestarse cada vez en más territorios.
Y cuanto más se expande
en esos territorios, más capacidad tendréis de vivir la Verdad, porque desde el
instante en que no tengáis ninguna certeza, desde el instante en que no tengáis
más elementos a los que aferraros, entonces la verdad del corazón, la verdad de
la Luz estará ahí. ¿Veis eso, hijos míos? Lo veréis de todas formas, salvo si
estáis en la negación o en la ira, salvo si estáis apegados -y es vuestra
libertad-, a la materia, apegados a las convenciones más que a ser libres en el
corazón. Pero no podréis tener lo uno y lo otro; ahora es el momento de que
tome todo el espacio lo que habéis elegido, diría, en vuestra alma y en vuestra
conciencia.
Por tanto, en este mes de
julio, no es cuestión de formar ningún egregor, de formar ningún grupo, sino
que os invitaré de manera individual y colectiva, a vivir esas Teofanías de
forma más intensa, por así decirlo. Vosotros ya lo vivís de manera espontánea,
pero es agradable, no para crear una energía de grupo, sino para vivir la
Libertad juntos.
Para eso, desde el 9 de
julio, estaré a vuestro lado cada tarde y lo preciso, a las 20:00 horas, hora
del reloj, en cualquier país que estéis. Dedicadme media hora, yo estaré allí y
mis hermanas estarán allí, para celebrar vuestra resurrección, vuestro
renacimiento, para acoger vuestro corazón. Porque como sabéis, solo vosotros
podéis realizar en vuestra intimidad, este pasaje, pero nosotros podemos estar
allí con nuestra presencia amante. Y vosotros podéis estar allí, unos y otros,
al mismo tiempo, no para crear una energía, un grupo, sino simplemente para
experimentar la Libertad.
Sé también que algunos
Ancianos os han dado todavía, técnicas, ejercicios, respiraciones. Si sentís la
necesidad, no os privéis, pero no olvidéis que, de alguna manera, no necesitáis
nada y que es vuestra persona la que cree que tenéis todavía necesidad de algo.
Pero no dudéis en nutriros de esta forma, de momento, si esto os parece
demasiado arduo. Pero yo os espero cada noche a las 20:00 horas, dondequiera
que os encontréis en el mundo, para celebrar vuestra resurrección.
Vosotros sabéis la
cronología de los acontecimientos, anunciados por los profetas, que se viven
ahora ante vuestros ojos. Muchos pueblos, lamentablemente los occidentales no
forman parte de ellos, están muy conscientes de lo que sucede y que vuestros
gobiernos, en todo Occidente, tratan de ocultar. Algunas religiones, a pesar de
la falsificación, han estado muy cerca de la verdad, en sus profecías. Algunos
contactos más recientes, sobre todo en países europeos, esta vez por las
manifestaciones de mi presencia, en ciertos casos o las apariciones de Cristo
cuando han sido reales, os han proporcionado elementos que no pueden dejar
lugar a dudas. Muchas Estrellas, cuando estaban encarnadas, han dejado
elementos de profecías. Buscadlas por curiosidad, simplemente, si necesitáis
reafirmaros en vuestro corazón. Eso no os unirá a vuestro corazón, pero os
mostrará la evidencia de lo que está sucediendo.
Espero por otra parte, que
durante este mes de julio y, a partir del día 9 a las 20:00 horas, seáis más y
más numerosos en estas celebraciones. Se trata, por supuesto, de Teofanías,
pero esas Teofanías van a representar algo nuevo, porque muchos de vosotros,
que habéis vivido estas Teofanías, habéis comprendido y experimentado la
Verdad. Entonces, a partir del 9 de julio, tendréis la oportunidad durante el
tiempo que queráis, ya sean unos minutos, ya sea el tiempo de una sonrisa o una
hora si lo necesitáis -vosotros elegís el tiempo, elegís la duración, elegís la
intensidad.
Es una ocasión de asistir
junto a vuestros hermanos y hermanas. Por vuestra presencia amante en ese
momento, en esas reuniones, liberaréis el Amor incondicionado por toda la superficie
de la Tierra. Entonces, os daréis cuenta que vuestro único trabajo es la
Liberación que os hará ver con más y más claridad y evidencia, todos los
engranajes del encarcelamiento de este mundo tanto al nivel biológico, químico,
social, como al nivel de la depredación, al nivel de los estados, de los
gobiernos, de los que tienen las riendas de la información; vosotros no podréis
ser engañados. Y, por otra parte, cada vez sois más los que no os dejáis
engañar por estos juegos de falsedad.
Todas mis hermanas
Estrellas y yo misma, nos reuniremos para tener la ocasión de asistiros y
celebrar con vosotros, a través de las Teofanías, lo que llamo, vuestra
resurrección, porque es de eso de lo que se trata.
Os recuerdo también que
mi Llamada puede llegar a partir de ahora, no importa en qué momento, pero
sabed que antes de mi Llamada, habrá señales en el Cielo y en la Tierra. No en
un lugar preciso, sino por todas partes del Cielo y la Tierra. Eso no podrá
dejar ninguna duda, salvo para los que permanezcan en la negación hasta el
momento en que oigan mi voz llamarlos por su nombre. Entonces me reconocerán
con evidencia.
En este período, la Luz
os pide también, a veces de manera violenta, una forma de alivio, una forma de
libertad -interior, ante todo-, que no dependáis de ningún grupo, que no
dependáis de ningún afecto, incluso el más sublime, que no dependáis de ninguna
creencia. Porque los preparativos se han terminado. Os lo he dicho: el proceso
de la Ascensión de la Tierra, ha comenzado realmente el 8 de marzo. El 7 de
junio, los acontecimientos humanos se han desencadenado de forma cada vez más
flagrante. Desde el 9 de julio y desde este mismo día, las Teofanías van a
generalizarse incluso en los que no han pedido nada y, sobre todo, en los que
no creen nada de lo que son. Porque sabéis que incluso sin vivirlo, solo hay
que creer en vuestra eternidad y no creer en este mundo, no creer en nada de lo
que os es conocido porque ser liberado es siempre ir a lo Desconocido, es
siempre ir a lo imprevisible -y es siempre sublime.
Así pues, estas citas,
sea cual sea la duración que le deis cada uno, conseguirán una Teofanía
permanente sobre la Tierra porque cada uno de vosotros la realizará a las 20:00
horas por toda la Tierra. Tanto si sois miles como si sois millones, no
cambiará nada, habrá el mismo Espíritu, el mismo derrame de la Luz, la misma
Revelación.
Creo que ahora voy a
dejar mis palabras y a proponeros, en este momento en que hablo, en este
instante en que me leéis o me escucháis, que viváis estas Teofanías nuevas,
porque este es mi don y esta es mi gracia, que yo destino a cada uno de mis
hijos. Entonces, si queréis acoged, acoged.
…Silencio…
Yo soy María, Reina de los Cielos y de la Tierra. Bendigo a todos
vosotros. Os amo. Sois la Luz del mundo, no la que ilumina la cabeza, sino la
que se revela en el corazón y en la Verdad. Sed bendecidos, estéis donde estéis
y en el día que sea. Y espero veros en un número cada vez mayor y cada día más
importante, festejar y celebrar vuestra resurrección.
…Silencio…
Yo soy María, Reina de
los Cielos y de la Tierra y ya no os dejo. Por siempre, en el Amor y en la
verdad. Adiós.
…Silencio…
***