Soy Hildegarda de Bingen.
Acompañada del Coro de los Ángeles y del Espíritu del Sol, hermanos y hermanas
encarnados en este mundo, me permitidme de comulgar en ustedes como ustedes
comulgan en mí antes de comenzar a expresarme como Estrella incluida en el
Triángulo de Fuego de vuestra cabeza. Juntos, acojamos el Coro de los Ángeles.
… Silencio…
Juntos, acojamos el Espíritu del
Sol y comulguemos.
… Silencio…
Estoy entre ustedes a fin de
darles unos elementos de comprensión y de vivido de lo que se celebra cuando el
Fuego del Espíritu toca vuestra conciencia. Recuerden mi posición en el seno
del Triángulo elemental de la cabeza, en relación con el Fuego. Como sabéis, en
el Fuego del Espíritu, hay un Fuego Elevado o Fuego vibral ligado a la Estrella
AL, y hay por supuesto la Atracción y la Repulsión. La Repulsión no es
solamente el mal sino es ante todo la capacidad, por el Fuego del Espíritu, de
rechazar a lo lejos, de arder si prefieren, lo que es falso, lo que no es
verdad y lo que no surge del Amor.
Cuando el Fuego del Espíritu no
solamente penetra en vuestras Coronas radiantes, cuando el Fuego del Espíritu
no solamente activa las diferentes estructuras vibrales de vuestro cuerpo, pero
que comienza a tocar vuestras estructuras efímeras, en particular a nivel de
vuestros miembros y también de vuestro tronco, pero no al nivel de las Puertas,
pero en cualquiera lugar que sea, esto firma la mordedura del Amor y el
despliegue del Fuego del Cielo, del Fuego del corazón, del Fuego vibral en el
seno de vuestro efímero.
Ya tuve la
oportunidad de expresar mi vivido del éxtasis, permítanme hoy de adaptar esto a
vuestro vivido sobre esta tierra. Por supuesto, cada hermano y hermana posee
sus propias características en encarnación y la respuesta al Fuego del Espíritu
será evidentemente diferente según, yo diría, vuestra aptitud borraros y a
desaparecer. La Estrella Repulsión que llevo corresponde realmente a lo que
puede producirse cuando el Fuego del Espíritu os toca. Él implica en este
momento, a nivel de vuestras células y también de vuestra conciencia ordinaria,
todavía presente en la superficie de este mundo, de levantarse y de negar todo
lo que tiene relación con la ilusión, con lo que es falso, a lo que esta
alterado, a lo que es invertido y a lo que no está bajo el efecto del Amor
verdadero.
Algunos de entre ustedes viven en
este momento unos momentos de repulsión en relación a lo que es falso, en
relación a lo que hasta ahora podía ser vuestros polos de interés en vuestra
vida, que esto sea a nivel espiritual, que esto sea a nivel de vuestros
compromisos o todavía vuestras responsabilidades en este mundo. Cuando el Fuego
del Espíritu se despliega, cuando el fuego Mikaëlico os toca por segunda vez,
entonces esto va a implicar que vuestra conciencia ordinaria pueda
reencontrarse en una forma de conflicto donde le es mostrado dos cosas: la vía
del Amor y la vía de la ilusión, llevándoles a situaros o a re-posicionaros en
función este nuevo elemento. Aquel que vive el Fuego del Espíritu no puede más
inducir ningún comprometimiento en él como en toda relación que se establece en
este mundo y con nuestro mundo.
La superposición de las
dimensiones así como la aproximación de la Confederación Intergaláctica, pero
también de los diferentes Arcángeles en esta dimensión terrestre, puede hoy
hacerse porque los tiempos llegaron. El Fuego del Espíritu implica pues un
rechazo puro y simple de lo que no es verdad, de lo que no esta alumbrado,
llevándoles a veces a resoluciones y a orientaciones extremadamente precisas de
vuestra conciencia en el seno de la Eternidad, haciendo en cierto modo atenuar
y luego desaparecer, para ustedes como para el conjunto de la tierra, lo que
todavía pueda quedar de ilusión en el seno de las estructuras físicas,
emocionales, mentales y causales de este mundo. Cuando esto se produce, cada
conciencia puede decir que hay un antes y un después.
El Fuego del Espíritu tiene pues
una capacidad innata a regresar, a poner en orden, a hacer desaparecer lo que
es falso. El Fuego del Espíritu, el Fuego vibral, el Fuego del corazón
corresponden a acciones idénticas pero cuya manifestación en vuestro mundo es
diferente. Más allá del aspecto vibral, el Fuego del Espíritu os restituye el
Espíritu, os hace descubrir con agudeza, si aún no esta hecho, lo que es la
Unidad, lo que es la Fuente y lo que es lo que sois, el Absoluto. Hay pues en
cierto modo una forma de inmediatez que resulta de la acción del Fuego del
Espíritu cuando éste comienza a fusionar, si puedo decir, el conjunto de las
estructuras que existen en el seno de este mundo como de vuestra conciencia
ordinaria. Por supuesto, esto puede acompañarse por momentos de resistencias,
incluso de oposición, ligados al miedo de lo desconocido, ligados al miedo de
la desaparición de ciertos elementos a los cuales la atención, la afección, el
amor fueron llevados en el seno de este mundo. Pero el Fuego del Espíritu, como
el Fuego del corazón, os forja en la incorruptibilidad del Amor eterno y de la Verdad
de la Luz.
Así, el bautismo del Espíritu no
es solamente el bautismo del Espíritu Santo. Les recuerdo que es el Fuego del
Espíritu, es el componente que os conduce directamente al Fuego de Éter, al
Éter unificado al campo de conciencia donde nada es separado, donde nada está
dividido, donde nada falta y donde nada puede desaparecer. El Fuego del
Espíritu puede arrastrar en ustedes momentos de aprehensión pero si confías en
este Fuego del Espíritu, en lo que se manifiesta en el seno de vuestra conciencia,
de manera despierta o de manera imaginada en vuestros sueños, en vuestras
relaciones y en vuestras interacciones cualesquiera que sean en el seno de este
mundo, vais a descubrir, si aún no esta hecho, una nueva fuerza que vive en
ustedes, una fuerza que nunca puede agotarse porque esta apoyada en la verdad
del Amor y en la Verdad eterna que no sufren ninguna discusión, ningún
compromiso ni alguna negociación. No porque esto podría ser autoritario o
impuesta pero más bien porque esto es la evidencia de la Vida, la evidencia del
Amor, la evidencia de la conciencia y la evidencia de vuestra verdad.
Cuando el Fuego del Espíritu os
toca, vuestra conciencia ordinaria se descubre al unísono de vuestra
supra-consciencia, haciéndoles rechazar lejos todo lo que pueda venir frenar,
disminuir o contradecir la manifestación de la Verdad. El Fuego del Espíritu no
necesita de ira, el Fuego del Espíritu no necesita de que manifiesten un
desacuerdo otro que el de manifestar la totalidad de vuestro Fuego del corazón,
de vuestro Fuego vibral y del Fuego del Espíritu en todas las relaciones. Esto
es mucho más que la Inteligencia de la Luz, esto es la primera fuerza de los
universos, la primera fuerza de las dimensiones, la primera fuerza de la
Fuente.
En esto la Espada de Mikaël, como
la Espada del Cristo, viene a cortar lo que no es verdad, lo que es superfluo,
lo que os obstruye y todavía puede obstruir vuestra Liberación. El Fuego del
Espíritu os recarga, el Fuego del Espíritu os da a ver sin pasar por la
herramienta del ego que es el mental. El Fuego del Espíritu implica una más
grande evidencia en vuestras relaciones, en vuestra presencia a ustedes mismos
y en vuestra misma presencia en el mundo. El Fuego del Espíritu os trae a la
Claridad, a la Precisión, os lleva a no estar más sometido a los efectos del
tiempo, a los efectos del karma, a los efectos de la ley de acción/reacción que
prevalecen, por poco tiempo todavía, en el seno de este mundo.
El Fuego del Espíritu os da la
fuerza apacible de aquel que esta anclado en su corazón y afirmado en la
voluntad del Padre. El Fuego del Espíritu forja también en ustedes la
incorruptibilidad del Amor, en toda relación, en toda mirada que lleváis, y en
ustedes mismos, no permitiendo más a la menor sombra venir obstaculizaros, a la
menor distorsión de afectar lo que veis, lo que percibís y el modo en el que
actúan.
El Fuego
del Espíritu es mucho más que el bautismo del Espíritu Santo activado durante
las Bodas Celestes. El Fuego del Espíritu es en cierto modo el acto final de la
separación porque este Fuego del Espíritu viene a regenerar toda cosa, no en el
seno de una misma dimensión pero en la dimensión de la Libertad que os fue
anunciada desde hace tantos años y que ya vivís, para algunos de entre ustedes
en totalidad y por lo menos, en parte.
El Fuego del Espíritu os hace
apartar, independientemente de vuestra propia voluntad (si existe todavía una),
de todo lo que no es luminoso, de todo lo que no es justo, de todo lo que no
esta verificado por la conciencia ella-misma. El Fuego del Espíritu hace que no
dependéis más de ninguna declaración, de ninguna historia, de ningún
acondicionamiento. El Fuego del Espíritu os hace descubrir, en el seno de este
mundo mismo, la realidad de la Libertad del Espíritu, la realidad de la
Liberación. El Fuego del Espíritu acompaña por supuesto también el Coro de los
Ángeles, el Espíritu del Sol y el conjunto de las manifestaciones que se
presentaron a ustedes, en conciencia, durante todos estos años.
Así se acaba el ciclo de la
Liberación, en el jubilo, jubilo que cubrirá los gritos de la conciencia de los
que no saben y de los que tienen miedo. Hoy está allí vuestra función y el
sentido de vuestra presencia sobre este mundo, no solamente para hacer lo mejor
que pueden en el seno de su vuestra vida pero más bien, hoy, ser realmente lo
que sois, pase lo que pase, que se manifieste lo que se manifieste.
Pues la supervivencia, no la del
cuerpo, no de las estructuras efímeras pero la supervivencia de la Alegría en
el seno de lo que se celebra sobre la tierra es primordial, no para ustedes
pero para el conjunto de la humanidad porque allí, no solamente después de
haber sido tal vez ancladores y sembradores de Luz, os hacéis los pilares de la
manifestación de la Luz, no para la tierra, porque esto ha sido cumplido, pero
más bien para el conjunto de los hermanos y hermanas humanos encarnados que se
presentarán sobre vuestro camino.
No olviden que el Fuego del
Espíritu tiene en él todas las soluciones, mucho más incluso que lo que vuestra
conciencia abierta podría percibir. Dejar actuar el Fuego del Espíritu, es
permanecer en el Silencio, el silencio de la vibración, el silencio de las
palabras, el silencio de los sentidos, penetrar en la danza de la Evidencia,
penetrar en la relación justa, aquella que no conoce ni límites, ni barreras,
ni contradicciones.
El
bautismo del fuego del Espíritu viene para regenerar toda cosa, no para
restituirlas a su integridad en el seno de este mundo pero para regenerarla en
el seno de la integridad eterna de lo que sois. Acoger el Fuego del Espíritu es
en cierto modo el último sacrificio del Sí, permitiendo de verificar por
ustedes mismos vuestra confianza, vuestra conciencia y vuestra relación a la
Eternidad. El Fuego del Espíritu puede también venir estremecer lo que todavía
duerme en ustedes, lo que no fue visto, lo que no fue integrado o lo que podía
aún ocultarles la totalidad de la Eternidad.
Hoy, todos sois llamados a tomar
los pasos de Cristo, los pasos de todos los místicos, dondequiera que esto sea
sobre este mundo, en cualquiera la época que sea, a fin de cantar las alabanzas
de la Libertad, las alabanzas del Amor, no por unas palabras, no por notas de
música sino por vuestra amorosa presencia, por la presencia en ustedes, en
vuestros corazón, en cada una de vuestras células, del Fuego vibral, del Fuego
del corazón y del Fuego del Espíritu.
En este espacio, no hay ningún
lugar para cualquier rechazo que sea porque el corazón verdadero acoge todo
corazón, incluso y sobre todo aquel que está afligido o el que no se reconoce.
La fuerza del Espíritu reside en la capacidad de regeneración del Fuego del
Espíritu. Éste mismo, de la misma manera que el Fuego vibral y el Fuego del
corazón, se auto-mantiene, viniendo allí también a consumir, sobre todo a nivel
de la conciencia ordinaria, lo que puede ser todavía un obstáculo o una
resistencia, la misma manera que éste ligado a vuestra historia, que éste
ligado a los obstáculos de este mundo de cualquiera la naturaleza que sea. Hoy,
el Fuego del Espíritu viene mostrarles la vanidad de un cualquier mejoramiento
en el seno de este mundo porque este mundo que es falso evoluciona sobre arenas
movedizas desde mucho mucho tiempo.
El despertar de la tierra a nivel
de sus elementos, el despertar de vuestro sol, la presencia de Mikaël y del
conjunto de la Confederación Intergaláctica que se acercan desde ahora a
ustedes y que se estacionan sólo por momentos alrededor del sol, vienen a
vuestro encuentro de manera visible, de manera evidente, a fin de que nadie
pueda decir que no sabía. Esto será concomitante a la Llamada de María, a los
signos del cielo, a los signos de la tierra. Esto, como tal vez lo observan y
lo saben, la tierra se despierta, el núcleo cristalino de la tierra entro en
una fase de expansión, traduciéndose para ustedes a una expansión, a una
materialización si puedo decir, de vuestra supra-consciencia. No solamente a
interior de vuestro corazón, no solamente en momentos privilegiados, pero de
manera consciente, permanente y natural, sin esfuerzo, porque esto va a volverse
efectivamente cada vez más evidente, cada vez más flagrante y cada vez más
sensible.
El Fuego
del Espíritu corresponde por supuesto también al nivel visible y exterior a
vuestra estructura, al Fuego del Cielo, llamado hace tiempo el «asa-planeta»
por el Comendador. Por supuesto, existen diversos mecanismos que os anuncian
esto. Esto está presente desde hace muchos años sobre vuestra tierra, como fue
explicado hace diez años por nuestro Comendador, el de los Ancianos y que vela
por el buen funcionamiento del plan de la Libertad.
Tal vez experimentareis a veces un
rechazo, incluso un asco respeto a ustedes-mismos en lo que pudieron establecer
de falsificado en el seno de este mundo. En relación a esto, no se juzguen, no
le condenen, no se culpabilicen sino acepten ver simplemente lo que os muestra
el Fuego del Espíritu. El Fuego del Cielo solo viene destruir lo que es
ilusorio y lo que es falso y viene afirmar y desplegar lo que es verdad. Así
desaparecerá, en convulsiones, lo que fue alterado desde tanto tiempo, lo que
frenó el acceso a lo que sois.
Los cuerpos de Êtreté que no
pudieron llegar hasta sus destinatarios por múltiples razones, acabarán ellos
también su viaje interior y emergerán para estos seres, hermanos y hermanas, en
el seno de su estructura ordinaria.
Es allí
dónde vuestra presencia, y solamente vuestra presencia, será útil porque
portadores del Fuego del Espíritu, apaciguareis lo que puede dar miedo para los
que todavía no lo viven, en el logro del cielo y de la tierra, revelando la
Verdad.
No hay más necesidad de dirigir lo
que sea, no hay más necesidad de encontrar las causas, no hay más necesidad de
querer ayudar porque vuestra única presencia sobre este mundo, asintiendo al
Fuego del Espíritu, es la mejor ayuda que podéis proporcionar a los que dudan,
a los que tienen miedo. Esto no podrá hacerse ni por las palabras ni por la
mirada ni por el tacto pero simplemente por la intención de la conciencia.
Constatareis además muy fácilmente, y cada vez más a menudo, que desde el
momento en que pensáis en alguien, éste lo percibirá y os llamará, o les dará
señales. Del mismo modo, desde el momento en que una ayuda es pedida, donde una
ayuda parece conveniente, salgan de la noción de la ayuda e instálense todavía
más en el Fuego de la beatitud, en el Fuego del Espíritu, y simplemente así,
aquel que necesita este Fuego para quemar todavía más lo que es ilusorio, lo
recibirá.
El Fuego del Espíritu os lleva a
vivir momentos específicos en el curso de vuestras noches como en el curso de
vuestros días, lo que fue nombrado he aquí numerosos años por el Arcángel Anaël
el acceso a la ultra-temporalidad, haciéndoles salir del linealidad del tiempo,
dándoles a ver concretamente y realmente que los instantes siguientes os
reservan en el seno de esta tierra, permitiéndoles entonces de ajustaros con
lucidez, no tanto porque hay algo que salvar o para preservar pero porque
vuestra situación en el seno de la Eternidad permitirá, en cierto modo, de
desvelar y de desplegar del Fuego del Espíritu con más facilidad, que esto sea
en algunos lugares, en algunas personas, sin pedir nada, solo estando allí,
solo estando presentes, solo viviendo el Fuego del Espíritu.
Por supuesto, el Fuego del
Espíritu sólo es una de las manifestaciones produciéndose antes y después de la
Llamada de María, acompañada de una comitiva de otros signos de los cuales no
es necesario interesarse por ahora, mientras éstos no son vividos. Algunos de
entre ustedes también perciben la aproximación del Fuego del Espíritu como un
sentimiento de no estar más en el seno de este cuerpo, no como una huida sino
más bien como un descubrimiento, en el seno de la conciencia ordinaria esta
vez, de lo que es la Verdad, poniendo fin justamente a susodicha conciencia
ordinaria. El supra-mental entonces será totalmente activo en el seno mismo de
esta dimensión y es justamente este supra-mental de cada uno de entre ustedes,
reunidos en la misma potencia del Cristo, que permitirá finalmente resolver la
fase final.
Mis
palabras serán desde ahora menos numerosas, como cada uno de mis hermanos y
hermanas de nuestros planos, porque lo importante es justamente lo que se
celebra y se despliega en el Silencio, en el intervalo entre mis palabras, en
el intervalo de vuestra escucha, a fin de no estar más solamente en la escucha
de mis palabras o de mi vibración sino de la que es emitida directamente en
ustedes por nuestra reunión, por nuestra Presencia y sobre todo por el Espíritu
del Sol y el Coro de los Ángeles.
También, diferentes pueblos
inéditos para ustedes, presentes en la superficie de este mundo, van a comenzar
pronto a intercambiar, a comunicar con ustedes. Los primeros de entre ellos, y
algunos de entre ustedes ya lo experimentaron desde hace algunos años, vivirán
un acercamiento, si puedo decir, con los elfos que representan en cierto modo
la libertad del Aire, la libertad de consciencia y la libertad del Amor. Para
esto, hay solo a estar presente, no hay ningún esfuerzo que hay que hacer sino
todo lo contrario, a soltarse totalmente a fin de que la relación entre esta
dimensión particular y la vuestra pueda manifestarse sin trabas, en la alegría
del Amor y en la alegría de la Verdad.
Percibiréis entonces que en el
Fuego del Espíritu y más allá de todas vuestras estructuras vibrales que
pudieron ser activadas hasta ahora, la conciencia no será más no solamente
des-localizada sino más bien presente por todas partes. Veréis que es vuestra
conciencia que está también presente en el árbol, en la flor, en el hermano que
sufre o en el hermano que os ama; hay la misma intensidad de Amor, la misma
cualidad de Amor. Esto os será revelado por la gracia del Espíritu y del Fuego
del Espíritu.
Entonces juntos y en el silencio
de mis palabras, en el silencio de nuestras Presencias unidas, por el Espíritu
del Sol, por el Coro de los Ángeles, el Fuego del Amor y el Fuego del Cielo se
depositan en vuestro Templo. Más allá del sello de Mikaël se despliega la
Verdad que es una sinfonía donde ninguna mala nota puede venir enturbiar la
beatitud del Fuego del corazón, la beatitud del Fuego vibral.
Sea lo que sea y bien antes de la
Llamada de María, le es propuesto entonces de vivir – ya le vivieron en parte
en los momentos de éstasis que les son propuestos o impuestos, más o menos
largos, dándoles a recargarse en otra parte que en este mundo, en otra parte
que en la ilusión, en otra parte que en vuestras relaciones afectivas o
amorosos, bien más allá de los lazos sociales o de amistad – los mecanismos
místicos, en obra de todo tiempo y en toda tradición entre los seres que
habiendo trascendido la ilusión de este mundo, se os presentarán. Innumerables
carismas se manifestarán espontáneamente, sin intervención alguna de vuestra
parte, aportando allí también el bálsamo necesario para los hermanos y
hermanas, en las situaciones que lo exigen y lo piden.
El Amor se volverá fácil porque
evidencia y porque manifestado, y cada vez más tangible. Esto se verá en
vuestros actos, esto se verá en vuestros ojos, esto se verá en todos vuestros
intercambios porque no podrán hacer más trampas, no podrá establecer más el
menor comprometimiento con la ilusión, o bien exactamente como una repulsión en
relación a lo que es falso, en relación a lo que es alterado o desviado. Esto
no planteará ningún problema ni alguna vacilación sino esto se impondrá como
una evidencia, como algo que siempre estuvo allí y que allí también no sufre
ninguna especie de desviación o falsificación. En el Fuego del Espíritu, no hay
ninguna falla ni alguna posibilidad, para lo que sea o quienquiera que sea, de
interferir con lo que se levantó en ustedes.
… Silencio …
Permítame llevarle hasta vuestra
carne, en lo más íntimo de vuestras estructuras, efímeras como eternas, la
Gracia del Padre, el Fuego del Amor, y el Beso de María que algunos de entre
ustedes ya perciben en forma de caricia sobre vuestra mejilla izquierda. Sí,
María está allí, preparada para hablar, preparada a expresarse. Nunca estuvo
tan cerca a ustedes, lo mismo que nosotros todos nunca estuvimos tan cerca de
ustedes porque estamos en ustedes, y esto se revela con cada vez más de agudeza
y cada vez más holgura y facilidad.
Entonces,
en nombre del Fuego del Espíritu y en la gracia del Padre, en simbiosis con el
Coro de los Ángeles y el Espíritu del Sol, deposito en ustedes el Bautismo del
fuego del Espíritu.
… Silencio …
Que la
Paz, el Amor y la Luz sean. Y esto sea.
Soy Hildegarda de Bingen y rindo
gracia a nuestra unión y a nuestra Verdad una.
… Silencio …
Hasta
pronto.