GEMMA GALGANI
Diciembre 2015
Soy
Gemma Galgani. Hermanos y Hermanas en la Unidad del Amor, comulguemos juntos.
…Comunión…
Vengo
hoy, enviada por mis hermanas Estrellas, como portadora de la Vibración y del
código “Unidad”. No voy a tratar sobre el camino y sobre los Elementos
relativos a la Unidad y a la Luz Blanca, que os he dado a través de mi corta
vida. Vengo, ante todo, a comulgar con vosotros y también a daros algunos elementos
relacionados con el curso de la historia, en la superficie de la Tierra, en
estos momentos.
La
Unidad es un estado del Ser; la Unidad es una trascendencia de la dualidad
inexorable de la manifestación de la vida en este mundo. En efecto, no puede haber
sombra sin luz, ni luz sin sombra en la superficie de este mundo; no puede existir
el yin sin el yang, ni el yang sin el yin; no puede haber nacimiento sin la
constitución de una pareja. La Unidad no es un objetivo en este mundo, sino un
estado interior, ante todo.
El
gran engaño en la historia de este mundo, es haber dejado creer y actuar, en el
sentido de un rebasamiento de la dualidad mediante la práctica de una religión,
de un ascetismo, del comportamiento centrado sobre el bien. No insistiré sobre
todo lo que han explicado mis hermanas Estrellas, relacionado con la
“atracción”, la “repulsión” y la “falsificación de la Luz”. La dualidad es
inexorable en la manifestación de este mundo, mientras que el Amor es Unidad.
Pero la Unidad nunca será el resultado de la resolución del antagonismo del
bien y del mal, ya que este mundo solo existe porque hay dualidad.
Por
supuesto y como sabéis, al hablar de la dualidad, aparece la noción de
libertad, o más bien debería decir, “libre albedrío” que os hace creer y
adheriros a la idea, que ante lo que sea, tenéis siempre la opción de elegir
seguir un camino u otro y, por supuesto, uno de esos caminos será el “bueno” y
el otro, el “malo”. Todo esto no son más que fábulas, porque la Unidad no tiene
nada que ver con la dualidad. La Unidad no puede apoyarse ni basarse en la dualidad
de este mundo porque ella es precisamente, la trascendencia de este mundo y la
visión real de la falsedad de este mundo.
El
yin y el yang, el bien y el mal, el día y la noche, en la superficie de este
mundo, son sólo una lucha constante, ilustrada tanto por las leyes de la física, como por las leyes
del envejecimiento e incluso por la ley, la justicia y el derecho. Todo
comienza con la existencia de una persona y en la relación entre dos personas,
en la que siempre hay buenos y malos. El Corazón no conoce el bien y el mal. La
Unidad no es la trascendencia del bien y del mal, sino el rebasamiento real de
la ilusión del bien y del mal.
Vivir
la Unidad como yo he tenido la oportunidad de experimentarla en muchas
ocasiones, es encontrar la Luz Blanca, es encontrar el estado primordial, es
encontrar lo que he podido escribir y decir, hace muchos años.
Hoy,
este mundo os muestra y os ofrece a vuestra vista, al lugar donde volváis
vuestra mirada, la confusión, la dualidad. Paralelamente a eso, existen muchas
corrientes o ideas espirituales que ofrecen un espacio de soluciones, incluso,
dentro de este mundo. Muchos de vosotros, aquí y en otros lugares sabéis que no
es así y, otros, no se han planteado aún esta pregunta porque no ha llegado el
momento para ellos; pero hoy, os acercáis a un momento colectivo en el que
nadie podrá ignorar la Unidad, la Luz Blanca y, sobre todo, la Verdad.
¿Qué
lugar tiene la dualidad? La dualidad se inscribe de manera cada vez más
flagrante, en el contexto de la oposición, de la lucha, de saber quién tiene
razón y quién está equivocado, donde se defiende un punto de vista no solo al
nivel individual, sino al nivel de naciones, continentes, haciendo que se
espere, de alguna manera, un resultado positivo por el retorno de Cristo, por
la venida de Cristo, creyendo que un salvador externo vaya a salvar algo que no
sea vuestra Eternidad. Todo esto, no son más que proyecciones, quimeras, fantasías
relacionadas con el miedo.
Para
daros cuenta de que estáis en la Verdad y en la Unidad, no hay mejores circunstancias
que este tiempo de la Tierra, porque en el entorno de este mundo, todo se
vuelve caótico. Lo que estaba seguro antes, ya no lo está hoy. Sabéis muy bien
que, dentro de la dualidad, la paz es el intervalo entre dos guerras. La Paz
del Corazón, no conoce ninguna guerra, ninguna carencia; esta es la lección de
la vida, hoy. Se fortalecerá a cada minuto, a cada segundo, cada día os
permitirá vivir y acercaros más a vuestra verdad que puede estar más o menos
alejada o superpuesta con la verdad del Amor.
Así
como os han dicho mis hermanas y también los Ancianos y los Arcángeles, hace
varios meses, todo es una oportunidad, todo lo que parece herir, todo lo que
parece lleno de esta dualidad entre los individuos, entre las creencias, entre
los intereses personales y sociales, cada vez más de entre vosotros, incluso
dormidos descubren de alguna manera, que no pueden adaptarse a los caminos de
funcionamientos habitual, tal y como existían en la superficie de este mundo,
que ya no sirven.
Paradójicamente,
la incertidumbre cada vez mayor, os permitirá encontrar más fácilmente la
certeza interior, provocando una reversión de la conciencia y favoreciendo así,
la reversión final de la Liberación colectiva. Dicho de otra forma, todo lo
conocido debe desaparecer para dejar espacio a lo desconocido, allí donde sólo
el Amor subyace en el mundo y la manifestación de cualquier tipo.
Lo
que puede parecer detestable para la persona, para la misma sociedad, no es más
que un ajuste a las leyes Eternas del Amor. Incluso lo que se recibe, lo que se
siente, puede parecer, en un primer momento, como todo lo contrario. Es
precisamente en momentos en que la organización de la vida –tal y como estaba
construida por la dualidad- desaparezca, cuando la Unidad puede aparecer y
vuestra conciencia puede identificarse, a la realidad de la Unidad y del Amor,
más allá de vuestra persona. Dicho de otra forma, cuanta más desestabilización
de la organización de la vida, haya en este mundo, más manifiesta se volverá la
Unidad como única posibilidad de resolver lo que puede ser resuelto.
La
guerra de este mundo, conducirá a la Paz Eterna porque no solamente el tiempo
se ha cumplido y ha llegado, sino que eso se revela ante vuestros ojos. Y esta
guerra que conduce a la Paz, también tiene lugar en vosotros. No está vinculada
a vuestras percepciones, a vuestra conciencia, sino directamente vinculada y
resultante de la interacción entre la estructura de vuestro cuerpo de Eternidad
y las estructuras sutiles efímeras, así como vuestro cuerpo físico.
La
carne, la misma materia, empieza a vibrar. No es ya la energía; no es ya la
energía Vibral tal y como os la han explicado, tal y como la habéis vivido desde
hace muchos años, es algo distinto. Es el encuentro final entre vuestra
Eternidad y vuestro efímero, que lleva a la transmutación total de la materia
de la que estáis hechos aquí mismo. Ahora es la estructura celular, lo más
íntimo de las células, lo que cambia de frecuencia y vibra. La misma materia es
viva; es dejar morir la materia que se
creía muerta; es ascender con la materia a las Moradas de la Libertad.
En
vosotros aparecen, nuevas percepciones. No hablo de vuestra conciencia, no
hablo de la misma Luz, sino que me refiero directamente a vuestra vida
ordinaria y a vuestro propio cuerpo de carne. El que puede desaparecer por
ciertos lugares, el que puede vibrar al nivel de la misma materia en diferentes
lugares, en vuestros centros de energía, pero también, de manera especial, en
lo que es necesario para cada uno de vosotros para adaptaros a la Eternidad de
Cristo y a la Eternidad de la Unidad.
Una
vez más, no se trata de dar un mapa de qué está pasando, sino más bien, ver lo
básico, de la misma forma que habría sido posible daros la estructura real y
concreta del Cuerpo de Eternidad a cada conciencia que peregrina dentro de los
mundos. Pero eso, incluso, no tiene sentido hoy. La transmutación que tiene
lugar en vosotros, esta realización de la mutación, es exactamente lo que veis
sobre la pantalla el mundo. El momento en que las creencias se encuentran y
chocan, el momento en que las mentiras se encuentran y chocan. La Verdad no
necesita confrontar o afrontar nada.
Lo
que en definitiva veis por todas partes dondequiera que poséis los ojos en el
exterior de vosotros, no es más que el resultado de la falta de Amor y de la
falta del reconocimiento del Amor aunque eso esté realizado en nombre del Amor
de un dios sanguinario o incluso en nombre de la creación de un paraíso
terrenal que no existe más que en la fantasía
de los que creen en ello, pero que también han tenido su papel porque la
esperanza es portadora de la Luz. Pero hoy, no hay tiempo de espera; es el momento
de darse cuenta, de aceptar y decir “sí”
a la vida Eterna y “sí” a la Unidad y dejar la dualidad inexorable de este
mundo, resolverse ella misma en vuestra carne, como cualquier resonancia en
vuestra vida.
La
pesadez aparente de estos tiempos que vivís, os llama a la ligereza del ser y a
la Eternidad. Hoy podéis decir,
realmente, que nada será como hasta
ahora en la Tierra porque la hora de la última trompeta, la hora de la
revelación final, se despliega en la pantalla de vuestra conciencia y en lo que
veis de este mundo. Es el momento en que los discursos no tienen ningún
sentido, pero donde sólo el Verbo tiene sentido y el Verbo es la Espada de la
Verdad, el Verbo no conoce la mentira y el Verbo, no conoce la dualidad.
Encarnar
el verbo, es ascender la materia. Encarnar el Verbo y manifestar el Verbo, es
sacudir la materia encerrada desde su fundación. Es eso lo que sentís en
vuestro cuerpo, en vuestras manos, en vuestros pies, en vuestros hombros, sobre
las Puertas, sobre las Estrellas, sobre los chakras, Es la encarnación del
verbo y, la encarnación del Verbo en la materia acarrea, yo diría “ipso facto”,
la resolución final de la dualidad y sus ilusiones.
Hace
mucho tiempo, el Comendador decía que lo que la oruga llama muerte, la mariposa
llama nacimiento. Y, por supuesto, en un elemento dado para vivir, por vosotros
como al nivel colectivo, el mismo suceso, puede desencadenar dos estados muy
diferentes; un estado de miedo y un estado de Amor. El que tiene miedo, es el
que está inscrito en lo efímero, en los apegos. El que cree que su paraíso debe
hacerse sobre la Tierra y se cree polvo y que volverá al polvo y que no cree en
nada más o cree en una posteridad donde todo se resuelve, donde no habrá ya
caos, donde todo está ordenado como una máquina. La vida no es eso. La
verdadera vida está en el interior de vosotros; la verdadera vida no tiene nada
que ver con las circunstancias de este mundo, sobre todo cuando se está
acercando a su fin, a su resolución final.
Recordad
que cualquiera que sea el elemento que llama a vuestra puerta, independientemente
de las circunstancias que tienen lugar en vuestras vidas, sólo el Amor Eterno y
que las respuestas que aportáis frente a cada reto o a cada alegría, no
dependerá más que de la dosis de Amor y de la Verdad del Amor, que esté
presente o ausente. Es la guerra, en vosotros como en el exterior de vosotros,
la que conduce a la Paz, pero no a la paz de este mundo como intervalo entre
dos guerras, sino la Paz Eterna que no conoce ninguna guerra ni ningún
conflicto, ni ningún apego, ni ningún límite, ni ninguna limitación.
Quien
pueda todavía creer que el único futuro posible, pasa a través de la materia,
el que está sometido a la materia y no conoce nada del Espíritu y distorsiona
el significado, ya sea a través de las religiones o de las creencias o de las
leyes. Lo que hoy os muestra la vida y
el mundo es exactamente lo que se desarrolla y se desarrollará en vosotros.
Vosotros sois libre de elegir lo uno o lo otro. Ahí está la Libertad y la
Liberación de la Tierra. No
solo hay muchas Moradas, sino también, muchos destinos.
Algunos de vosotros estáis liberados, real y
concretamente, desde ahora, los Liberados Vivientes. Otros, hacéis la elección
de la peregrinación de la conciencia en alguna dimensión, pero es la misma Libertad. Hoy en día, no podéis
vivir ninguna libertad que venga de este mundo aunque, por supuesto, eso forma
parte de grandes monedas, grandes lemas, estatuas que llevan ese nombre. ¿Veis
el lado ridículo de todo eso? La palabra, el habla, se disfraza porque el Verbo
no la vivifica ya y hoy redescubrís el Verbo; lo vivís. ¿Veis la diferencia? Si
no lo veis todavía, no se retrasará porque la intensidad es tal, que la Tierra,
cada hermano y hermana y cada parcela de conciencia de la superficie de este
mundo y de este sistema solar, no podrá evitarla.
Todo lo que tiene lugar ahora, en la Tierra, hasta
la Llamada de María, es sólo una conminación al Amor, a lo que podéis responder
o no. Recordad que la única libertad que hay en este mundo, es la libertad de
amar, porque no se puede prohibir pensar; se puede poner fin a vuestra vida,
encerraros, pero la libertad del Amor, no conoce ningún encerramiento y
vosotros sois la esencia y la naturaleza misma del Amor. Y en estas
circunstancias especiales de la Tierra, anunciadas por todos los profetas, es
cuando la mirada se dirige a los pueblos de la Tierra de cualquier continente;
es lo que estáis viviendo ahora, realmente.
Os hemos acompañado, unas y otras con nuestros
queridos Ancianos y los Arcángeles, con la mayor precisión posible, para que
desarrollarais vuestros espacios interiores y vivierais en vosotros y a través
de la conciencia, de la energía y de la Vibración. Ahora, el decorado y el
espectáculo del mundo, se vuelve elocuente y evidente para aquel que quiera
verlo.
La pérdida de referencias, la pérdida de los mismos
cimientos sobre los que se apoya la dualidad, más allá de las líneas de
depredación y más allá de los gobiernos, de los sistemas estatales, de los
sistemas de organización, aparecen hoy, totalmente derrumbados; derrumbados y
perforados por todas partes por la Verdad de la Luz y del Amor que no deja
espacio para el despliegue de la sombra. Pero esta Luz, como sabéis, no es de
este mundo. No es la luz emitida por el Sol; es la Luz emitida por las
partículas adamantinas, es la Luz verdadera, la Luz Blanca de la Unidad, la que
anuncia también lo que está más allá de la manifestación de la conciencia: el
Absoluto.
Actualmente, en cualquier lugar, en cualquier país,
vosotros tenéis acceso a la Gracia; todavía tenéis que pensar en la Gracia y no
dejarla simplemente como algo potencial sino para permitirle que emane de
vosotros mismos y entre en acción en la superficie de este mundo de forma cada
vez más radiante. Por supuesto, estáis viendo a vuestro alrededor cómo las
fuerzas de resistencia ven lo que ya se ha perdido como un honor, un honor mal
entendido que rechaza la Inteligencia y la evidencia de la Luz. Pero no
juzguéis eso. Eso sólo representa, la falta de Amor asociada a la esclerosis de
las ideas, de los pensamientos, del mismo encerramiento dentro de la dualidad.
Por supuesto nosotros, las hermanas, los Ancianos y
los Arcángeles sabemos, que una sección importante de la Tierra, está todavía
durmiendo y creen en las sirenas de la dualidad en este mundo o en relación con
la espiritualidad. Pero los acontecimientos de este mundo van a cambiar
rápidamente las cosas, donde sólo el Amor podrá ser reconocido como la única
verdad. Todo lo demás no tendrá ya sentido y en esta fase de última resistencia
y última batalla, puede daros la impresión que hay mucha resistencia. No lo es.
Se trata, simplemente, de las resistencias que las propias resistencias y los
hábitos fosilizados de la mentira que se iluminan de manera cada vez más
violenta, por la Luz. Hay que reconocer eso, no alimentarlo y entrar en sí
mismo, en este momento. Buscar en sí mismo, no como una búsqueda espiritual sino el encuentro de
la Evidencia que está ahí.
En estos momentos especiales de la historia de la
humanidad, donde se encuentran las mayores capacidades de superación y
trascendencia, debido a que muchas almas, muchos hermanos y hermanas se ven
afectados y tocados, aunque a menudo con
temor, con miedo; pero no tiene la menor importancia porque en última
instancia, es siempre el Amor el que gana, porque el Amor es lo único posible
en toda manifestación y privar del Amor una manifestación es conducirla a su
propia disolución. Aunque los llamados “chicos malos”, los Arcontes, han
construido algo que les parecía viable, no es así. ¿Cómo puede haber algo
viable, desde el momento en que hay un principio y un fin? Pero hay finales más
importantes que algunos comienzos. Esto es cuando todo cambia radicalmente, es
el momento en que todo se transforma, el momento en que nada de lo que se veía,
es ya reconocible, porque en este momento el hombre, en general, se sumergirá
en él para encontrar lo que es y no cualquier historia o mejora de las
circunstancias de este mundo.
Observad ahora, cómo cuanto más progresa la Luz, más
se revela a través de vuestras reuniones y lo que veis o vivís, más aparecen
las resistencias, no necesariamente las vuestras, sino las que se expresan en
la superficie de este mundo. No veáis nada más que eso. Aunque haya horror para la mirada dividida,
aunque haya horror para los que pierden
una comodidad, los hábitos más allá de las apariencias, id incluso más allá de la noción de causalidad, del bien y del
mal.
La experiencia colectiva de la humanidad en este
período de “Choque”, es esencial. Recordad que hay “negación”, “ira”,
“negociación” y finalmente viene la “aceptación”. Desde el momento en que
aceptáis, estáis liberados. Desde el momento en que habéis aceptado, no hay
problemas de tipo de “protección”, de tipo “qué será de mí” o “en qué se
convertirá, esto o aquello”. Aceptáis la inmortalidad. Ahí está la Libertad, la
Unidad, porque eso os centra en el instante presente. La inevitabilidad y la
conciencia de la inevitabilidad de lo que está sucediendo, os lleva a “dejar
ir”, a abandonaros y a confiar directamente en la divina providencia, en la
Luz, en la Voluntad del Padre –nombradlo como queráis- pero es el mismo proceso
que se lleva a cabo. Entonces, liberáis el Verbo, el Verbo creador. Vuestra palabra no se convierte simplemente
en aire que resuena sino que lleva ella misma, el Verbo creador y las
partículas adamantinas.
Además, aquellos de vosotros que estáis más
familiarizados con la energía, con la conciencia, con la vibración, percibiréis
fácilmente cuando os expresáis por la palabra y cuando os expresáis por el
Verbo. Esto no tiene el mismo impacto en vosotros como sobre el mundo. Del
mismo modo, en el Silencio, en el que se elabora el Verbo. Tenéis la
oportunidad de vivir lo incondicionado que no depende de ninguna circunstancia
y que incluso, por las circunstancias tan duras de la Tierra que estáis
viviendo en este momento…, poner el Amor delante es diez veces más eficaz, si
puedo expresarme así, que poner el Amor delante cuando todo va bien y todo es
feliz. Ahí es donde veréis vuestras propias capacidades de recuperación, de
superación y de trasmutación.
…Silencio…
Recordad
que todo está en vosotros. Los Ancianos os han explicado que todos nosotros estamos
en vosotros. Alguno, con su voz atronadora, hizo hincapié en la idea de ilusión
de la persona. Recordad también que el Amor os hace ligeros y la Unidad os
aligera también. Haced la experiencia porque ya no estáis en los conceptos y en
las ideas, no estáis ya en una historia o en una proyección de una historia que
se mejoraría, sino que vosotros estáis en la Verdad, estáis en el Verbo, estáis
en los tiempos de la Llamada. Es eso lo que va a aparecer en vuestra conciencia
de forma cada vez más fácil, de forma cada vez más directa.
Os
daréis cuenta, por vosotros mismos, que cuantas más circunstancias o acontecimientos calificados como horribles
por la persona, haya, más viviréis el Amor. Esto no es una paradoja sino el
resultado directo de eso. Al descubrir eso, si no es ya el caso, muchos de
vosotros os hartaréis por lo que pueda parecer un retraso, pero no lo es.
Simplemente, el momento y el tiempo, no ha llegado para ellos.
Retened
también, en lo que me concierne, que en los momentos de duda, en los momentos
en los que parecéis recaer de una manera o de otra, en el sufrimiento, en el
horror, en lo que a vosotros os parece imposible de resolver o regular, que la
Unidad y mi Presencia y mi Vibración, que llevo, son capaces de resolverlo en
vosotros. Necesitáis salir de los esquemas habituales de funcionamiento en
vuestro mundo, acción-reacción-solución; os hace falta salir de los modos
habituales de solucionar problemas de vuestra vida. Y todo eso concurre también
a recuperar la acción de la Inteligencia de la Luz en vuestra vida, no
simplemente en vuestros espacios interiores, fundido en la Luz Blanca, en el
Sí, sino directamente en este mundo, en la explosión, si puedo decirlo, de la
dualidad.
Las
reglas cambian, los mecanismos cambian. Descubriréis zonas enteras que eran
insospechadas, ya sea en los pueblos de la naturaleza, ya sea en vosotros, ya
sea en vuestra capacidad de amar real y concretamente si condiciones.
Cualquiera que sea la historia, el sufrimiento, la satisfacción, os daréis
cuenta cada vez con más frecuencia, que es mucho más sabio y más fácil,
situarse en este Amor sin condiciones y que no espera nada porque ahí está la
verdadera vida.
Recordad
también que en la encarnación del Verbo, en la realización del Verbo Creador,
no hay lugar para el intelecto, no hay lugar para la menor comprensión. La
comprensión debe ser reemplazada, de alguna manera, por la evidencia de la
Gracia y la evidencia de la experiencia que se basta a sí misma. Es esto lo que
se mide por sí mismo, lo que puede quedar todavía por eliminar, para
descubriros totalmente.
…Silencio…
Veréis
por vosotros mismos, como, según vuestra implicación en el desarrollo de la
agonía de este mundo, vosotros estáis en la alegría o en el dolor. Cada vez os
será más fácil detectar esos momentos en que vuestro estado de ánimo, vuestra
alma o vuestro Espíritu cambian la polaridad para rectificar rápidamente el
tiro, si puedo expresarme así, poniendo delante el Amor, haciendo el Silencio y
dejando que el Verbo, más que la persona, decida por vosotros.
…Silencio…
Veréis
también, como llegáis a desaparecer de este mundo, de golpe, incluso sin
quererlo. Veréis la vibración de vuestra carne y no ya la energía Vibral o la
Luz Vibral, porque vuestra carne, ella misma, se convierte en vibración. No os
dejéis engañar por nada y permaneced firmemente anclados, en el Amor y en la
Eternidad que sois, porque estad seguros que algunos que incluso hoy parecen
estar en contradicción con esto, llegará un momento en que vivirán y estarán
confrontados a sus propias contradicciones, no pudiendo más que reconocer la
Llamada de María y posicionarse, durante esta última llamada, en la Verdad de
la Luz. Es la Acción de Gracia, Ahí está el Estado de Gracia.
¿Qué
puede temer el que vive su Eternidad, aunque de manera fragmentaria? Sólo teme
aquel que no sabe nada de la Eternidad y que no hace más que proyectarla a
través de creencias, de religiones y que no ha vivido nada en el Corazón. El
que cree que hay que imponerse a sí mismo como al otro, no puede ser libre, y
esta ausencia de libertad, conduce a lo que observáis sobre la pantalla del
mundo y hace encontrar escapatorias o
soluciones donde no las hay.
…Silencio…
El
mundo, sobre el que camináis, os conduce también a su manera, a situaros, de
manera definitiva, en el miedo o en el Amor. No puede haber Amor y miedo, no
puede haber miedo y Amor y cada vez menos. Hay Amor o hay miedo. Hay Verdad o
hay mentira y eso no depende de vuestro punto de vista, no depende de vosotros
y todavía menos de las circunstancias de este mundo; por tato es lo que muestra
este mundo.
…Silencio…
Podría
continuar hablando extensivamente, pero lo más importante no es lo que exprese
ni lo que oigáis, ni incluso lo que comprendáis. Lo importante es el
reencuentro mismo, porque vais al origen del Amor, al origen del Espíritu.
…Silencio…
Lo
que el mundo os muestra y os mostrará cada vez más, es que no existe la
resolución de un conflicto frente a la Luz. Sólo la evidencia de la Luz puede
resolver el conflicto al ponerlo en su lugar como algo que no es Amor y que,
por tanto, no puede existir ni entrar en cualquier manifestación. Es a esta
muerte a la que asistís en
vosotros como en el mundo. Muere solo lo mortal y revive la belleza.
No os apeguéis a las palabras, a las imágenes, a los
conceptos, pero descubrir vuestra verdad, la Libertad que procura el Amor
incondicionado, la ligereza que desencadena el Fuego del Corazón. Entonces, sí;
vengo a animaros a atravesar las apariencias, las alegrías y todos los eventos,
con el mismo Amor, no un amor que penséis como una solución o como una
resolución, sino como la única realidad y verdad tangible que no está afectada
por el tiempo y que no está afectada por ninguna persona. Ahí está lo que
llamaría el salvoconducto. Recordad también que en el Amor, no hay nada que
temer y que en el miedo hay que temer todo.
Soy Gemma Galgani y, más allá de las palabras,
permitidme comulgar con vosotros y con cada uno de vosotros, una vez más.
…Comunión…
Terminaré
con estas palabras también: sean las que sean las apariencias, regocijaos; sea
el que sea el desorden, regocijaos porque no hay más que la promesa de la
felicidad eterna de vuestra Resurrección. Está la verdad del instante presente
que ahora se desvela en toda su majestad, desde el momento en que no alimentéis
lo que crea sufrimiento en vosotros, desde el momento en que lo veis y esperáis
en la acción de la Luz que es mayor de lo que podréis comprender, de lo que
podréis elucidar por vosotros mismos.
…Silencio…
Soy
Gemma y os digo hasta siempre en nuestra Eternidad Una. Adiós