BIDI
Parte 1
Abril 2017
Bueno, Bidi está con vosotros y vamos, en primer
lugar, si queréis, a instalarnos en el silencio unos minutos.
…Silencio…
Estoy todavía con vosotros hoy, en vuestra densidad,
para intercambiar. Especifico que, como de costumbre, hablo de la verdad que
está detrás de la persona. Comencemos a intercambiar; escucho la primera
pregunta.
Pregunta: Me he dado cuenta que ejerzo el control de mí mismo y de las
personas que me rodean. Me gustaría abandonar estos viejos esquemas de
funcionamiento. ¿Qué me aconseja?
Olvídate de ti mismo. Como digo a menudo, eso
concierne a la persona. La mejor solución no es ni será
mejorar nada dentro de la persona porque eso afectará siempre a la misma
persona y, por tanto, a lo efímero. Sitúate en el corazón del Corazón y no te preocupes
de nada más. Dedícate a tus ocupaciones, ocúpate de tu cuerpo, nútrelo, pero no
alimentes nada más. Colócate en el observador, desaparece de esos patrones,
como dices, no tienes otra forma de llegar a ello por ti mismo. Allí donde
llevas tu conciencia sobre una resistencia, creas tú mismo una conciencia de
resistencia y cuanto más reconozcas el problema, como dices, más notarás que
está ahí, más lo mirarás y más presente se hará. No te ocupes de eso. Mira hacia
ti, donde no hay nadie y, entonces, no habrá ninguna razón de tratar de
controlar nada. Tú buscas todavía vivir tu vida con sus placeres y disgustos,
pero no dejas espacio para la espontaneidad.
Al colocarte en la espontaneidad, no dejas aparecer
ninguna resistencia; eso ya se dijo. Yo te lo repito en la forma en que lo han
expresado otros intervinientes; hay que comprender, saber y vivir lo siguiente:
mientras creas vivir tu vida, no estás disponible para la Vida. Ejercer un
control es indispensable dentro de la materia, para hacer funcionar la materia,
ahí sí; pero todo lo relacionado con los comportamientos y tu esfera psíquica
no tienen ningún
interés para que sean controlados. Desvía tu conciencia de lo que eres
consciente y toma conciencia de lo que no es tu persona; es la única solución
posible que permanecerá. Todo lo demás no serán más que parches, porque se
trata de automatismos que no se pueden controlar en tu consciente ordinario.
Todo esfuerzo que se haga para superarlo, no hará
más que reforzarlo. Hace falta ver eso como algo que no te pertenece, como algo
pasajero. El exceso de control, como dices, es una dificultad inherente para poder
colocarse en el instante presente que no depende del pasado ni de ninguna
referencia al pasado. Aceptando, como dices, este principio del exceso de
control, te darás cuenta que no es tu persona la que puede deshacerse de ello,
sino justamente, la desaparición de la persona y, por tanto, de la historia.
Haz esto por etapas, utilizando los medios que sean, pero desde el momento en
que te desvíes de tu propio personaje no habrá ninguna razón para que tu
conciencia caiga en esa emboscada.
Después de ver estas cosas, no es necesario ni
deseable, explorar tu pasado. Cuando esto suceda, puedes decirte que no estás
en el momento presente, porque tu presente está condicionado por la experiencia
pasada. Si aceptas eso, comprenderás que no hay ninguna razón de saber lo que
es pasajero, aunque sea muy a menudo. Lo tomas cada vez, esperando controlar tu
propio control. Date cuenta de la estupidez de tal conducta. Querer poner fin
al control es querer controlar algo para hacer desaparecer el control. Esto
solo puede convertirse en un bucle y no ofrece ningún espacio de resolución o
solución. Acepta este principio y comprueba por ti mismo, dejando pasar eso, lo
que se produce entonces. Te diría de otra forma: elimina la necesidad de
controlar el control. ¿Quién
controla algo? ¿Quién controla a alguien? ¿Es tu persona la que
controla lo que eres, lo que tienes, sin controlar lo que se ve?
Por tanto, es un error básico de posicionamiento.
Creer por ti mismo que vas a poder, dentro de la persona, es posible, pero
creer que vas a poder con la espiritualidad, con la energía, de deshacerte de
ello, es imposible, sobre todo cuando lo has visto. No es porque lo hayas
visto, en este caso, eso debe desaparecer porque te olvidas que una vez visto,
eso debe ser atravesado. Eso no quiere decir detener lo que se ve, sino dejarlo
aparecer, no hacer nada y dejarlo desaparecer. Es este esquema el que arrastra
a tu conciencia, primero a la atención y que te sugiere encontrar una solución
en la persona, mientras que es la persona la que lo ha creado, aunque sea
inconsciente de ello. ¿Ves lo inútil de eso? No trabajes sobre el control, sino
sobre el abandono. Todo control sea el que sea, es una falta de abandono a la
Inteligencia de la Vida, a la Inteligencia de la Luz. Todo lo que te preocupa
en este caso, concierne a la persona, pero no a ti.
La mejor de las soluciones, el mejor de los consejos
en este caso, es justamente no dirigir la atención sobre ello. Vuélvete hacia
ti, deja pasar lo que emerja, aunque pase a menudo, no te enganches a ello, no
te pares ahí, no trates de comprenderlo. Es así como verás desaparecer este
problema, habrá como un descuelgue que te permitirá ver con más lucidez, pero
no apoderándote de ello como si cogieras un objeto para analizarlo, sino para
mirar ese objeto que sólo afecta a lo que es pasajero y que si no estás
interesado en ello va a desaparecer porque se ha visto, pero debe atravesarse.
Atravesar no quiere decir interesarse en ello, quiere decir ver y dejar ser la
Vida. Haz esto.
Otra pregunta.
Pregunta: Desde hace unos años he soltado ciertas cosas, pero no sé
cuándo ni cómo. ¿Qué hacer para ser consciente de saber cómo soltar?
Repite la pregunta porque hay una contradicción en
ella.
Pregunta: Desde hace unos años, he soltado ciertas cosas, pero no sé
ni cuándo ni cómo…
¿Qué importancia tiene? Es pasado. Sigue.
Pregunta: ¿Qué hacer
para ser consciente de saber cómo soltar?
Pero no hay que ser consciente de saber “cómo
soltar”, porque eso concierne a la persona. Lo que me preguntas es de la
persona. Una vez más, deja a la persona, deja de querer saber. Todo lo que
sabes te posee, todo lo que tienes, te tiene. Allí donde lleves tu atención, la
conciencia efímera te sigue. La voluntad no puede hacer nada en esta historia,
porque eso mantiene a la persona. En tanto queráis oponeros a cualquier
manifestación de la persona, feliz o desgraciada, estáis atrapados, os
identificáis a la persona y no a lo que sois.
El tiempo os muestra ahora que no podéis controlar
nada, que no podéis decidir nada y es eso lo que la persona quiere haceros
creer. El final de Kali Yuga está inscrito como la certeza de vuestra muerte al
final de vuestra vida. No os ocupéis de lo efímero, administrad vuestra vida
efímera en lo que afecta a lo efímero, pero desde que toca a la conciencia, hay
que cambiar de postura, hay que cambiar de razonamiento, hay que cambiar de
actitud y es muy fácil. Dejad de querer saber cosas que son pasajeras, vosotros
no sois lo que pasa, no lo seréis nunca. Es una identificación ilusoria a la
Ilusión, no hay ninguna verdad en ello.
Este tipo de preguntas muestra simplemente que la
persona quiere saber de ella misma y que ella no tiene nada relacionado con el
Espíritu en ella; es siempre el juego de la personalidad que trata de
mejorarse, de beneficiarse, de no sufrir, pero el fin definitivo del
sufrimiento, no está nunca en la persona, es precisamente cuando no hay
persona. ¿Es que no vais a entender de una vez por todas esto: vosotros…no sois…este…cuerpo?
Os lo dije la última vez, vosotros no sois lo que
pasa, vosotros sois eternos. Dejad de identificaros. Necesitáis plantear esto
como un postulado, como una certeza, incluso creencia si queréis, es la única
forma de poner fin a las ideas, de creer que podéis regular algo. Vuestro
cuerpo no tiene necesidad de vosotros, necesita que le deis una buena
alimentación y es todo. No tenéis que ocuparos de vuestra persona, solo tenéis
que verificar, desde la posición de testigo, que todo se desarrolla
normalmente, pero no podéis cambiar el equilibrio que hay. Desde el momento en
que interfiráis, vuestra conciencia efímera está enganchada, está arrastrada a
las divagaciones de la persona en la causalidad, en la dualidad, en la
acción-reacción. Mientras os adhiráis a eso, no podéis ser libres.
Comprended eso y vividlo, sobre todo. Es siempre
atractivo para la persona, comprender, pero no se necesita comprensión, excepto
por un cirujano que tiene que saber los puntos de referencia, sino saber dónde
os situáis vosotros en lo relativo al juego de la conciencia. Permaneced
tranquilos. Cuando eso se produce en vosotros, la necesidad de controlar, la
necesidad de dirigir lo que sea, en lo relativo al Espíritu o a la persona,
abandonad toda veleidad de acción. Preguntaos, mirad, dejaos atravesar; son
palabras simples. El mental no puede intervenir cuando os conducís así. Lo veo,
lo comprendo o no lo comprendo (eso no cambia nada) y dejo que lo que ha
aparecido se aleje, pero si pongo en ello la conciencia efímera, se ha
terminado, eso no puede irse.
Eso de lo que hablo, como punto de vista o
emplazamiento de la conciencia, no tiene nada que ver con “dar vuestro punto de
vista”, es “cambiar de perspectiva”. Aceptad que no sois el cuerpo, como dije
la última vez, y veréis. El ego es muy maligno y os hace creer que podéis
mejorar todo, solucionar todo, sea cual sea la técnica, y de golpe, os olvidáis
de lo que sois y refunfuñáis porque no estáis en la paz. Pero no hay ningún
medio de encontrar la paz, así. Es una paz de pacotilla, una satisfacción del
ego, pero eso no dura nunca. Si queréis estar en paz en permanencia, mirad lo
que sois y no las anomalías de la persona o de la conciencia ordinaria. Conciliad
el sueño. No tenéis necesidad de agarrar lo que se ve -sobre todo cuando se
ve-, solo atravesarlo.
Por supuesto, si está inscrito en la estructura,
podéis utilizar lo que queráis, guijarros, oraciones, cultos, devociones, pero
se trata todavía de los juegos de la persona. La única Paz eterna se encuentra
en vosotros y no depende de vosotros, es lo que sois. Es el personaje el que os
arrastra en esos momentos en que no hay paz, en los momentos en que tenéis
necesidad de comprender. Comprender es agarrar. ¿Cómo queréis soltar algo si
tenéis la pretensión, incluso sutil de querer agarrar algo? Reforzáis la
identificación a la persona y a la historia. Es muy simple.
Por otra parte, todo lo que decís que os pertenece,
¿sois vosotros? El hecho de decir: eso me pertenece, mi cuerpo, mi coche, mi
casa, mi mujer, prueba que eso no sois vosotros; es muy simple. No se necesita
buscar palabras en hindú o en lenguas exóticas: la simple lengua corriente,
vuestra lengua, os basta para demostrar eso. ¿Cuál es la anomalía que hace que
cuando decís “mi cuerpo”, “mi mujer”, “mi perro”, “mi coche” os identifiquéis a
eso? Vosotros no sois ni vuestro cuerpo ni vuestro perro. El simple hecho de
decir “mi”, prueba que ponéis una distancia con la Verdad.
Continuemos.
Pregunta: Desde el comienzo de esta vida, no sé a lo que aspiro y cojo
todas las muletas. Por otro lado, sé que todo lo que debe llegar, llegará
hagamos lo que hagamos. Estoy dividido entre los dos, ¿qué hacer?
¿Es que la persona que ha planteado esta pregunta,
comprende lo que quiere decir? Ella me pregunta cómo hacer algo que ella sabe
pertinentemente que no es posible hacer. Es decir, por un lado, hay una
proposición: “he comprendido que no soy eso”, pero “¿cómo puedo hacer eso?”
¿Veis algo? No es espiritual, es el buen sentido. Desde que habéis visto, no
vuestra estupidez sino la estupidez de lo que se ha planteado, sois libres. Es
necesario llegar a ese choque de ver la ineptitud, para reconocer que no podéis
cambiar nada y me preguntáis cómo hacer para cambiarlo. Pero, ¿de qué cambio
trata la pregunta? No hay necesidad de cambiar, necesitáis estar aquí. No es
necesario mover nada, desplazar nada, comprender nada.
La solución está aquí en este momento. Es la persona
la que hace pantalla, es la historia la que os impide ser lo que sois. No hay
nada que hacer si no es la vida ordinaria, sobre lo que sois; hay que ser,
justamente. No hay “yo”, no hay palabras, no hay tuyo. No hay nadie, hay
Eternidad, la Alegría Eterna. La persona obstaculiza la Alegría, obstaculiza la
Paz, es ella la que os tortura, pero no sois esa persona. Dejad de identificaros a este cuerpo, a esta
persona, a esta historia, a esta vida, Vosotros sois la Vida.
Todo lo que pertenece al mundo de las formas, sean las
que sean, no es verdadero; es algo pasajero, son juegos. Preguntaos allí donde
estéis, qué llega a la pantalla de vuestra conciencia, sean los que sean los
problemas, no preguntéis “qué hacer”, sino “cómo ser”. Superad la causalidad,
superad la acción-reacción de este mundo. Vosotros no sois de este mundo. ¿Cuántos santos hay que lo han dicho? ¿Cuál es
el maestro? ¿Vuestra historia, vuestra persona, vuestro karma o la libertad de
lo que sois?
Vosotros no tenéis que buscar la Libertad en ninguna
parte haciendo lo que sea. Está ya aquí. Pero, ¿cómo queréis verlo, vivirlo,
apreciarlo, si estáis pensando en vuestras llagas, en vuestros dolores, en
vuestra conciencia, en la liberación o en lo que sea? Es una inepcia. Descubrir lo que
sois no es agarrarse a lo que sea, ni a ideas, ni a conceptos ni a
pertenencias. Vosotros no sois ni un hombre, ni una mujer, ni un hindú, ni un
oriental, ni un occidental porque desde que vosotros os definís a través de una
forma, una cultura u otra cosa, sois muy violentos, porque excluís todo lo
demás y os encerráis en vuestra persona.
Tan pronto como ponéis una etiqueta sobre vosotros,
podéis hacerlo por supuesto si sois un médico, sois un médico, si sois un
arquitecto, sois un arquitecto, y hacéis lo que tenéis que hacer, pero eso no
concierne a la Eternidad. Si la pregunta se plantea con relación a la
Eternidad, al Parabrahman, entonces podad todo lo demás, olvidad todo lo demás
porque no tiene ninguna importancia. Por supuesto, vosotros estáis obligados a
jugar el juego; habéis llegado un día y os iréis de nuevo otro día y entre
tanto, la disposición de los elementos, de los alimentos se os mostrarán y se os
manifestarán según ciertas condiciones, pero todo eso no os concierne. Hacedlo
porque estáis ahí y es todo. No hay ninguna solución para todo eso. Eso no
quiere decir que no haya que hacerlo, pero no podéis “ser” nunca en ese “hacer”.
Tened en cuenta que la persona trata siempre de
agarrarse, como se ha dicho, a muletas, a historias, a certezas, a
proyecciones, a ideas, a conceptos, a emociones. Todo eso es móvil como el
nacimiento termina por la muerte; no hay nada eterno ahí. En otro espacio
tiempo o más allá de todo espacio y de todo tiempo, eso no tiene ninguna
importancia. Pero recordad que nosotros estamos aquí, hemos llegado, hemos
perdido la memoria que teníamos antes de nacer. Nadie recuerda y lo que
“recuerda” no está en el pasado, es una interrogación que calificaría de
metafísica y que es la única cuestión válida: “¿Quién soy yo?”
Yo no soy nada de lo que pasa, ni mi cuerpo, ni mi
forma, ni mis ideas, ni mi vida, ni mi karma, ni el fin del mundo, ni el fin de
lo que sea. Vosotros no tenéis ni principio ni fin. Ved eso, vividlo en vuestro
cuerpo. Es vuestro cuerpo, pero no sois vosotros. Al coche, le ponéis gasolina,
lo mantenéis, hacéis lo mismo con vuestro cuerpo y eso basta. No os agarréis a
lo que pasa. Esto os afecta, ciertamente, pero, ¿por qué os afecta? Es porque
estáis identificados a ello. Nada más y nada menos.
No hay ni culpabilidad, ni remordimientos, ni placer
que tener. Vosotros veis que la Paz no puede instalarse mientras estéis
preocupados por vuestra historia. El Jnani no está liberado por la historia; él
asume la historia, pero se mantiene tranquilo, pase lo que pase, porque ni está
en el hacer, aunque lo haga; él está en el ser eterno y en el “no ser” al mismo
tiempo. Eso no quiere decir que no tenga sufrimientos, que no tenga problemas,
pero eso se resuelve al nivel en el que estáis sin mezclar el Espíritu en eso.
Hay un error fundamental de identidad y de
identificación en todo el mundo y mientras eso exista, no podéis estar
tranquilos. No hay ninguna fuente de tranquilidad, solo satisfacciones efímeras
que alternan y oscilan permanentemente entre la alegría y el dolor. Así que
ninguna alegría dura, es ficticia es de cartón piedra. Eso no tiene ninguna sustancia, eso no reenvía
más que a la causalidad, que como veis, es infinita mientras el proceso no se
detenga de una manera o de otra. Vosotros estáis atrapados unos en los otros,
en los sueños de los demás o en las pesadillas de los demás y encontráis una
satisfacción porque comparáis la historia de uno con la historia del otro.
Tenéis simpatías, atracciones y toda vuestra vida se
pasa en ese juego de escena de teatro sin veros nunca como observadores. ¿Cómo
queréis ver que el teatro no existe? Estáis atrapados y reivindicáis la
Libertad y la Paz, pero jugando el juego de la prisión. Abandonad toda
pretensión. Como se ha dicho, lo que debe llegar, llegará, se haga lo que se
haga; entonces, ¿por qué fatigarse? Fatigaos por ganar vuestra vida, fatigaos
por responder a los imperativos de este mundo y es todo. En lo que os
concierne, no hay nada que hacer, nada que encontrar. La solución está en
vosotros y siempre ha estado allí. Solo vuestra mirada os dirige a otra parte,
es la trampa.
En este período, tenéis más oportunidades que nunca,
de ver la realidad detrás de las apariencias, bien sea en las otras
dimensiones, bien sea por las vibraciones y continuáis volviendo a llevar todo
a vosotros. ¿Veis el error o no? Y así, aunque lo sabéis este reflejo está tan
arraigado que se reproduce cada minuto de vuestra vida. Ocupaos de lo que os
pertenece por supuesto, aunque solo sea vuestro cuerpo que no sois vosotros. Es
un vehículo en todos los sentidos del término que está constituido de elementos
y vuestra conciencia también mientras habláis dentro de la persona. El día en que
los elementos se desmoronen, es la muerte, pero, ¿sois vosotros los que morís?
No, porque es el vehículo el que muere.
Tenéis tal identificación a vuestra historia y a
vuestra persona que hoy, en esta edad de sombra no se puede considerar o conceptualizar
otra cosa. Entonces, por supuesto, el occidental está tranquilizado con el
karma, pero el karma solo concierne a la persona, no concierne a lo que sois.
Dejad de pensar como una secuencia de acontecimientos causales, de
acciones-reacciones y de lógica. Vosotros no sois eso; no lo seréis nunca. Así
que se trata de un error de identidad, vosotros no tenéis identidad, estáis más
allá de toda forma, más allá de toda conciencia. Es eso lo que necesitáis
vivir, es eso lo que sois. Lo queráis o no, lo veáis o no, eso no cambia nada.
Si a menudo he tomado el ejemplo, y todos los
Satgurus han tomado el mismo ejemplo, se trata de la analogía entre el
Parabrahman y el sueño. Cuando os dormís, ¿es que tenéis un cuerpo si no es la
costumbre al despertaros que os hace decir que tenéis un cuerpo? Pero, ¿estáis
seguros de despertaros? Vosotros no os planteáis la pregunta durante la noche.
El Parabrahman es eso. No hay mundo, no hay forma, no hay “yo” ni incluso el
Sí. No hay conceptos, no hay distancia, ni tiempo, ni espacio, nada es
identificable. Vivir eso, reconocer eso, procura la paz del cuerpo, la paz de
la conciencia efímera y la paz de la vida y no es una paz pasajera, es una paz
eterna. Entonces vosotros ponéis fin al enigma; no hay otro medio ni otra
técnica para poner fin al enigma.
Sean cuales sean las historias, incluso la más
auténtica, el principio del encierro, independientemente de los hechos cósmicos
que han sucedido, no lo niego, pero la problemática es siempre la misma. Digo
simplemente que eso concierne a la persona, pero no a lo que sois. Es un
problema de identidad, de identificación, todo viene de ahí y el sufrimiento
sólo puede venir de ahí. Sea cual sea el sufrimiento del cuerpo, el sufrimiento
del mental, el sufrimiento psicológico o cualquier otro sufrimiento, es un
problema de identificación. No digo que neguéis el sufrimiento cuando está ahí,
pero si acompañáis al sufrimiento, no sois libres, no sois vosotros mismos,
jugáis el juego de la persona.
Por supuesto, hay que mantener el vehículo, pero eso
no debe arrastrar lo que sois, sólo seréis vosotros mismos en el corazón del
Corazón. Cuando seáis vosotros mismos, la vida pasa, los conceptos pueden
aparecer, pero no son detenidos, lo mismo que con las ideas. Todos los
recuerdos son entonces superfluos, salvo los hábitos necesarios para conducir
un vehículo o este cuerpo ahí donde debe haber reglas. Es como si conduciendo
vuestro vehículo, estáis con los dos pies en el freno y os quejáis que el coche
no se mueve o aceleráis, pero no tenéis la velocidad. Ya veis cómo os
comportáis o cómo nos comportamos cuando no somos libres.
Entonces, por supuesto, sé que hay una historia
particular que se termina y todo lo que queréis es que se resuelva ahora. Desde
luego tendréis ayudas, pero sean las que sean las ayudas sois siempre vosotros
los que decidís, no dentro del personaje histórico, no dentro de este cuerpo,
sino vosotros de verdad. ¿Veis la diferencia?
Continuemos.
Pregunta: ¿Puede hablarnos del último abandono de la persona?
El abandono definitivo de la persona es un momento
identificable entre todos porque ahí reconoceréis un antes y un después. Desde
luego, no hay pasaje; eso siempre ha estado ahí, pero en los primeros momentos
os decís: “hay un antes y un después” y después concienciaréis que eso ha
estado siempre ahí; erais vosotros los que no estabais ahí. Vosotros habéis
estado siempre ahí, pero que habéis estado distraídos por la historia, por el
juego, hasta tal punto que ese juego defectuoso os ha hecho creer que jugándolo
ibais a encontrar el nirvana, pero podéis jugar más tiempo. ¿Veis lo que quiero
decir y por qué lo digo? El abandono definitivo es lo que algunos han llamado
el “sacrifico”. No tenéis que flagelaros, no tenéis que crucificaros, se trata
de una crucifixión interior. Dejad vuestro cuerpo tranquilo, dejad vuestros
pensamientos aparecer y desaparecer, no os agarréis a ningún concepto, a
ninguna idea. Vaciad todo.
Como Cristo os ha dicho, mantened limpia vuestra
casa, eso, ¿qué quiere decir? ¿Es que si la casa no está limpia Cristo puede
entrar? No. Vosotros mantenéis vuestras maletas, vuestros karmas, vuestras
posesiones. No digo que no debáis tener nada. Sino que lo veáis como lo que
son, objetos, vuestro cuerpo como una bolsa de alimentos, nada más, y os
identificáis permanentemente a lo que es pasajero: el nacimiento, la muerte,
festejáis los aniversarios, festejáis, en cierto sentido, los decesos, los
nacimientos, las bodas, los divorcios, pero daos cuenta de la estupidez de esas
convenciones afectivas, morales, sociales. Os ilusionáis unos a otros. Es una pesadilla colectiva.
La Vida no es eso, vosotros lo sabéis a través de
vuestros contactos, de lo que experimentáis. Cuando os encontráis frente al
Amor, sabéis que es verdad, no tenéis necesidad del concepto sobre lo que es el
Amor, no tenéis necesidad de la idea sobre lo que es el Amor, sin eso, no hay
Amor. Lo hay cuando lo vivís cuando reconocéis este Amor sin condiciones, sin
nadie, donde se tiene la impresión de sumergirse en el otro, en el universo, en
los ojos de un dragón, en el corazón de un hermano o de una hermana. En ese
momento os olvidáis de vosotros porque si nace el Amor, no hay deseo de poseer,
no hay más que un reconocimiento, una reconexión a la Eternidad, es todo. Y
toda experiencia es pasajera, aunque algunas experiencias son susceptibles de
socavar estas creencias falseadas, estas ideas y estos conceptos a los que os
adherís, el concepto y la idea de ser una persona, de ser el resultado de un
karma. Eso se refiere a la persona, al vehículo que desaparecerá también.
Volveos al interior, es el único movimiento posible.
Por supuesto hay muchas palabras, en todas las lenguas, en todas las tradiciones,
pero es siempre lo mismo. Mirad los sufíes, ellos se vuelven hacia sí mismos
para olvidar, para ver por sí mismos que no son el cuerpo; se sirven del cuerpo
para eso, pero están perfectamente lúcidos, en un momento dado, de no ser ya
este cuerpo; ellos son la Luz auténtica, la Morada de la Paz Suprema. En ese
momento veis la verdadera Vida y estáis realmente vivos. De lo contrario, el
resto del tiempo, lo vivís en la Ilusión. ¿Cómo queréis ser lo que sois, en ese
caso? El Amor no se acomoda a ninguna condición, a ninguna circunstancia, a
ninguna suposición y, sobre todo, a ninguna proyección. El Amor auténtico está
solamente en el instante presente eterno que es independiente de vuestra forma,
de vuestra edad, de vuestra función, de vuestros deseos o de lo que sea.
Lo más importante, cuando los conceptos surgen de
pronto, las ideas, los problemas, es que hagáis silencio, que no busquéis nada,
que no os opongáis. Si eso se manifiesta, eso es pasajero y si vuestra vida es
la que pasa, ¿qué importa? Creéis perder algo cuando perdéis un amor, cuando
perdéis algo, pero de hecho sois vosotros los que estáis perdidos porque dais
valor a lo que no es eterno, eso solo puede conducir a la satisfacción
inmediata, pero nunca a la Paz Eterna. Como veis, sean cuales sean los
placeres, sean cuales sean las satisfacciones, sean cuales sean los honores o el
dinero, no hay una solución ahí, sólo estrategias de defensa y de miedo, de
adhesión a los sueños de los demás.
…Silencio…
Otra pregunta
Pregunta: Cuando se dice: “Padre, en tus manos entrego mi Espíritu”,
¿se trata de una forma de evocar el Absoluto en tanto que Padre?
Pero desde que hay un calificativo, cuando decís
“Padre”, como cuando decís “Krishna”, estáis ya en una forma y en una historia.
No podéis apoyaros sobre nada de lo que es conocido como concepto, como
historia, como emoción, como sentimiento, para encontrar la Verdad. Es todavía
un razonamiento analógico donde buscáis correspondencias, afinidades, pero eso
no puede ser la Verdad. Vosotros buscáis tranquilizaros identificando al
Absoluto con Cristo, con Krishna, con el Padre, pero eso es todavía una
manifestación. Id más allá de toda manifestación. ¿Qué sois antes de la
manifestación?, ¿dónde estabais antes de nacer? Buscad en vosotros cuando
aparece el primer momento, en vuestra infancia, cuando habéis tenido el
sentimiento de ser una persona.
En primer lugar, vuestra madre os ha dado un nombre,
se os ha habituado a ese nombre y se os ha persuadido de que sois ese nombre.
Además, cuando se os pregunta cómo os llamáis, dais vuestro nombre y apellido y
os identificáis a eso. Pero desde que sois nombrados, estáis en la
manifestación, eso os concierne a vosotros, como el Padre, como la Fuente, como
el Absoluto. El Absoluto no puede ser definido, es el único concepto sobre el
que no podéis añadir nada. Mientras busquéis hacer una correspondencia, una
correlación, una superposición, estáis en el error.
Vosotros buscáis todavía conceptos. Esta pregunta
refleja una búsqueda de conceptos, la necesidad de seguridad a través de
conceptos para aferraros a algo. Vedlo claramente. El Absoluto no es el Padre,
ni la Madre. El Absoluto no comprende elementos, ni formas y todavía menos,
ideas y conceptos, ni incluso la Luz y es, por tanto, la base del Amor, la base
de la manifestación, sea la que sea, la vuestra como la del Padre, como la de
Cristo, como la de krishna. Todo eso son historias. Todo lo que está sumido en
el tiempo, no es verdad, todo lo que está sumido en el espacio, no es
verdadero. Es una realidad parcial, relativa, no es la Verdad. Así que deja de
querer conceptualizar, comparar, identificar el absoluto. Vívelo, sé lo que tú
eres, sin ninguna referencia a ningún personaje glorioso, a ningún libro en el
sentido que sea.
He venido a hacer tambalear vuestras pseudo
certezas, quizá más que nunca. Así que, el Absoluto no es el Padre, el Absoluto
no es la Madre, el Absoluto no puede ser nombrado ni definido por una forma,
por una historia o por cualquier idea o concepto y es, por tanto, lo que sois.
Así que dejad la identificación a todo lo demás, como el cuerpo, los conceptos,
Cristo, Krishna. No he dicho que eso no exista, he dicho que no es la Verdad
-eso no quiere decir que sea falso. Vosotros sois libres cuando todos los
conceptos han desaparecido. Sois libres cuando observáis este personaje y no os
dejáis engañar. Sois libres cuando aceptáis lo que la vida os da y os quita,
sin cambiar lo que sois.
Por supuesto, si se os quita, os contraéis; si se os
da, os abrís. No hablo de amor, sino de una manera general; es la naturaleza
humana. Y si queréis ser plenamente humanos, no tengáis nada de eso porque la
conciencia necesita ponerse a prueba ella misma. El Amor tiene que ser probado
para manifestarse, pero vosotros no sois ninguna manifestación, sois anteriores
a la manifestación, anteriores a toda materia, a toda dimensión. Así que cuando,
en definitiva, aceptáis no ser nada, no por falsa humildad sino cuando veis
concretamente eso, entonces, habréis dado el último paso, es decir, el Abandono
definitivo. Sin humildad, sin simplicidad, sin sacrifico, no hay Libertad, no
queda más que el libre albedrío y una sucesión de karmas, de placeres y de
tristezas.
Así es la naturaleza humana, vosotros la veis y la
vivís. ¿Qué espacio de paz definitiva puede haber ahí dentro si no es en los
sueños ilusorios de creer que vais a mejorar un karma para ser mejores? Ponéis
ya una distancia entre la Verdad y vosotros. ¿Cómo queréis encontrar la Verdad
si ella ya está aquí? Mientras exista la menor búsqueda relativa al Espíritu,
no podéis ser la Verdad. Toda búsqueda, sea la que sea, proviene del ego, del
miedo a la muerte y nada más, independientemente de vuestras coartadas
energéticas, vibracionales u otras. No os dejéis engañar.
Preguntaos. Preguntarse no quiere decir
“hacer”. Abandonar no quiere
decir «querer abandonar» es simplemente «soltar». No sujetéis nada, sed
responsables, autosuficientes, jugad los juegos sociales que la vida os pide
que juguéis, pero no os dejéis engañar. Debéis ser capaces de quedar totalmente
inmóviles, haga lo que haga vuestro cuerpo, hagan lo que hagan vuestros
conceptos y vuestras ideas, pero también vuestras relaciones.
Todos los Satgurus os lo han dicho en su lenguaje,
pero ellos os reenvían sistemáticamente a lo mismo. Mientras creáis organizar,
mientras creáis regular, mientras creáis que vais a encontrar un día o en
alguna parte el Espíritu, estáis al lado de vosotros. La conciencia última es
justamente estar liberado de todas las formas, de todas las ideas y de todos
los conceptos. Consiste en verlos por lo que son, algo que tiene un principio y
un fin, como vuestro cuerpo. Pero vosotros no habéis tenido nunca un principio
ni tendréis nunca un fin y no necesitáis una dimensión, una forma, una historia
o nada más. Debido al encerramiento de este mundo, no se puede tener una
posición intermedia. O estáis en el ego, digáis lo digáis o viváis lo que
viváis, o estáis en la Verdad. Y cuando sois la Verdad no emerge nada más. La
Alegría es indeleble, el Amor es indeleble, es eterno, lo convierte en este
cuerpo, en vuestro marido, en vuestro mundo.
Dejad de aferraros a lo que es falso. Eso no quiere
decir ignorarlo, sino estar lúcidos. Así que os hemos hablado del Fuego, de los
Fuegos. Sí, porque el Fuego quema todo. El Fuego es el primer Elemento antes
que el Agua; es el Espíritu, justo después, viene el Agua. Nosotros tenemos lo
mismo en la Bhagavad Gita que en la Biblia; tenéis lo mismo en el Corán y en
los escritos gnósticos; tenéis lo mismo por todas partes, dicho de otra forma,
con historias diferentes, pero la historia es el soporte de la Verdad, aunque
no sea la Verdad.
Sabéis muy bien que Cristo dijo también: “Lo que ha
nacido de la carne procede de la carne, lo que ha nacido del Agua y del
Espíritu, procede del Espíritu”. Una vez que habéis comprendido, que habéis
atravesado eso, ¿qué queda de las creencias, las ilusiones, las suposiciones,
las proyecciones, las historias? Vosotros sois libres, pero ya el hecho de
enfrentarse a ser liberados os aleja de la Libertad que sois desde la Eternidad
y así, de nuevo, os atrapáis a vosotros mismos y no escapáis a la
acción-reacción, no lo veis. No podéis encontrar el “yo soy”, el “Sí”, la
“Unidad”, partiendo y apoyándoos en la dualidad.
Vosotros no sois ni
esto ni aquello. Por supuesto, después descubriréis que sois también esto, pero
esto es pasajero, esto no os concierne. No hay nada que ganar, nada que
mejorar, nada que perder, nada que contemplar. El Corazón del ser, el corazón
del Corazón, como decís, es la verdadera Libertad. No hay ninguna libertad en
el libre albedrío de este mundo, no hay más que esclavitud, historias que dan
vueltas, una esperanza que nunca será recompensada, porque no hay ninguna
Eternidad allí. La única Verdad es lo que sois, no hay mundo, no hay
Arcángeles, no hay Bidi. Es un juego que, al nivel de la densidad, puede
aparecer como verdadero, pero al nivel de lo que sois no es nada porque es
pasajero. Todo lo que pasa es falso, ya sea vuestra vida ya sea un sistema
solar o lo que sea.
Luego, y esto se ha
dicho, hay historias que están más próximas a la Verdad e historias que os
arrastran fuera de la Verdad. Pero, en un momento dado, hay que ver que no hay
historias; incluso las más cercanas a la Verdad no son la Verdad. La Verdad no
puede ponerse en palabras, no puede estar organizada, no puede ser decidida; es
inmutable y es lo que sois. El principio de la refutación, de la que ya hablé,
es exactamente eso. Debéis estar seguros, sin hacer nada, por visión directa.
Debéis tener la certeza que no sois este cuerpo, debéis tener la certeza que no
sois esta historia, no por una creencia impuesta sino por el descubrimiento
real de lo que es y no de lo que pasa o tenéis.
Tan pronto como
utilicéis «yo» o «mi», ya estáis en la distancia. Vuestro cuerpo os pertenece
como vuestro coche, pero nunca os vendrá la idea de identificaros a vuestro
coche, ¿Por qué lo hacéis con vuestro cuerpo? Creáis sin parar, todos creamos
continuamente las condiciones de nuestro compromiso, de nuestro encadenamiento,
de nuestra falta de libertad. Es necesario ver eso.
Id también más allá
de mis palabras, cualquiera sea su poder, no os paréis solamente en el sentido
de las palabras. Dejadlas
moverse. ¿qué arriesgáis?, ¿qué os vale más? Valoráis a vuestra conciencia
como la pulga valora a su perro. Eso os araña, os pica y nunca os
tranquilizáis. Esa es la vida de la persona, en toda vida, en todo karma. Todo
lo que pasa es sufrimiento, todo lo que es eterno es Alegría y no hay nada de
eterno en este mundo, salvo vosotros.
Sigamos.
Pregunta: Usted ha
aludido a un encuentro con personas que le habían conocido cuando vivía en la
Tierra y le han dado las gracias.
No comprendo nada
Pregunta: Usted ha
aludido a un encuentro con personas que le habían conocido cuando vivía en la
Tierra y le han dado las gracias.
No siempre comprendo. ¿De qué personas se habla? ¿de ahora, de antes?
¿Cuando estaba encarnado o qué?
Pregunta: Se trata de personas que conoció cuando estaba encarnado.
Pero,
¿dónde las he visto?, ¿aquí?
Pregunta: No,
cuando se fue. Personas a las que usted echó de su vida y que después se lo
agradecieron cuando tuvieron que hacer su transición.
De
acuerdo, comprendo, ¿y entonces?
Pregunta: ¿Podría
testimoniar su experiencia de la desencarnación de su conciencia y de su proceso hasta la desaparición en el Absoluto, aunque eso sea propio
de cada uno?
No; es siempre la misma experiencia. ¿Por qué va a ser diferente si es
eterna?, ¿por qué queréis que haya un escenario diferente para cada uno? Vosotros
sois libres o no sois libres. Vosotros estáis atrapados por la identificación a
la historia o no creéis en ninguna historia. La forma en que morís, condiciona
todo. Así que, si vais con la idea del karma, tendréis karma. Si partís con la
idea de ser imperfectos, regresaréis imperfectos. Si mantenéis algo, os impedirá
ser libres. Es siempre el mismo proceso. El Jnani no está afectado por la
muerte y la desaparición de la forma, porque ya había desaparecido. Es lo mismo
con el coche; cuando se rompe, se cambia. ¡Ah! Nunca os llegaría la idea de ser
el coche.
¿Por qué
queréis que mi conciencia viva algo extraordinario, en el momento de mi partida
en Mahasamadhi? Yo estoy identificado a mí mismo y hay un vehículo que se ha
ido. Eso no altera en nada lo que soy, más allá de todo ser, de toda forma.
¿Por qué queréis tener elementos que ubicar en el momento de la muerte? Antes
os lo he dicho: lo que tengáis en el momento de vuestra muerte, os tendrá y
todavía mucho más, después. Por supuesto, las circunstancias son diferentes,
pero repito incluso hoy, las condiciones de vuestra muerte determinan lo que
seréis después. ¿Sois libres o no? Si estáis afectados con la idea de vuestra
muerte, y no hablo del miedo a la muerte, ¿cómo queréis ser libres?
El miedo
a la muerte no refleja más que el apego a la forma y vosotros construís
historias, escenarios al final para hacer frente a la nada, para no entender la
Verdad. Son historias que os contáis a vosotros mismos porque antes otros os
han contado historias; entonces las habéis creído. Vosotros habéis creído
conceptos, os habéis adherido a los conceptos tanto espirituales como
materiales. Os creéis afectados por el karma, os creéis afectados por una
relación, pero lo que sois no está afectado por nada y si lo veis estando
encarnados, la desaparición de la carne y de la conciencia cuerpo y los
alimentos, no cambia nada.
Cuando
partís, no os importan nada ni el cuerpo, ni las ideas, ni los conceptos, ni
las posesiones. El miedo a la muerte, la interrogación sobre la muerte, no es
más que ignorancia y sustituís eso por guirnaldas de conocimientos. Leéis
libros sobre cómo morir y además las tradiciones han escrito sobre ello. Pero,
¿estáis ya muertos en vida? Es eso el Liberado Viviente; él ya ha muerto. El
cuerpo está aquí, pero él está allí. La conciencia ordinaria está aquí, pero
está allí, ¿y entonces?, ¿es que eso cambia lo que soy? Todas las noches, el mundo desaparece. Todas las noches vuestra persona
desaparece. ¿Por qué
tenéis miedo de la desaparición de la muerte y no de la desaparición del sueño?
Porque os dormís con la certeza de que eso va a volver a comenzar. ¿Y qué
creéis al nivel espiritual? Suprimís el miedo a la muerte porque os decís que
vais a volver. Y después pasáis vuestro tiempo tratando de liberaros de vuestro
karma y no hacéis más que reforzarlo porque creéis en ello.
Es lo mismo para todas las religiones, sean las que sean. Donde quiera que miréis, todas las personas que son religiosas, salvo
ciertos santos que son muy escasos, no están ahí más que por miedo -del
castigo, del karma, de la culpa, del mal. El Jnani ha visto todo eso. Él lo ha
vivido, pero no está afectado. Él no busca deshacerse de, porque está ahí, pero
no es él. Así que no puedo describir la muerte de un liberado porque la muerte
no es nada, es un “no evento”. Vosotros nunca habéis nacido y nunca habéis
muerto. La persona sí. Así que, mientras estéis identificados a la persona,
estáis persuadidos de haber nacido un día y de morir otro día. ¿Y qué verdad
hay en eso?, ¿qué satisfacción?
El Jnani
está vivo, tanto si está vivo en este mundo como si está muerto en este mundo,
no cambia nada. Él no está afectado por la aparición de la forma como por la
desaparición de la forma, de lo contrario no sería eterno y se contaría
historias. El Jnani no conoce ninguna historia, sea cual sea su cultura. Él
acepta el juego porque el cuerpo está aquí y la conciencia de la bolsa de
alimentos está aquí, pero es todo. No hay ninguna implicación, no hay ninguna
deducción, ninguna proyección, ninguna idea, ningún pensamiento, ningún deseo
en relación a eso. Así es. Y eso pasa, pero vosotros no
pasaréis nunca. Vosotros no lleváis ningún equipaje, excepto el peso de
vuestras creencias y culpabilidades. En Occidente os gusta el castigo eterno,
el pecado mortal, pero el mayor pecado es creeros que sois este cuerpo y no hay
otro pecado. Todo fluye de ahí.
Luego,
las religiones han creado modelos. Se tenía que seguir a Cristo, se tenía que
seguir a Buda, se tenía que seguir a tal o cual gurú. Huid de todas esas organizaciones. Desde que hay organizaciones, hay
mentira. No podéis organizar el Espíritu, no podéis organizar lo que sois. Organizar la
vida, sí; pero no os ocupéis del Espíritu. Mientras busquéis una relación, una
correspondencia, estáis atrapados en el juego y no veis el juego. Sois un actor
que cree interpretar la verdad. No pensáis incluso que estáis en una escena de
teatro. Estáis tan absorbidos en vuestro personaje, con sus penas y alegrías que
os daréis buena conciencia, por así decirlo, afirmando: “busco la Eternidad y
busco el Amor”. Pero no tenéis nada que buscar, vosotros lo sois ya. Es el ego
el que os hace creer eso.
Así pues, comenzáis meditando para encontrar la paz. Luego hacéis
ejercicios, luego creáis o contáis historias. Y después, en un momento dado, todo eso
debe ser soltado porque de todas formas desaparecerá. En el momento de la
muerte como en el momento del sueño, no estáis ya afectados por el mundo ni por
vuestra persona, salvo en la conciencia del sueño. Pero la vida es un sueño que
pasa, como todo sueño.
Otra pregunta.
Pregunta: No hay
más preguntas escritas. Se puede dejar paso a las preguntas orales.
Entonces
escucho
…Silencio…
Pregunta: Hay un
testimonio
Escucho
Pregunta: una hermana
desea subrayar, en relación con la experiencia vivida por ella con Usted el mes
anterior, que lo que le parece importante, para quienes estén preparados,
consiste en dejarse llevar y atravesar por las palabras de Usted, de tal forma
que la mente abdique.
Como bien dije, no me
dirijo a la persona, aunque sea la persona quien me oiga. La hermana está en lo
correcto. Dejaos atravesar por mis palabras. No os aferréis a ellas.
Oportunidades habrá para leerlas u oirlas nuevamente. Estad plenamente
presentes, fuere cual fuere la pregunta. Al responder a la pregunta, no apunto
a la pregunta, no apunto a la persona sino que fracturo vuestra estructura
mental, fracturo vuestras certezas ilusorias. Gracias por tu planteamiento.
Pregunta: para que la
mente no se entrometa.
Así es.
... Silencio...
Aprovechad el
silencio, entre las preguntas, entre mis respuestas, no para pensar sino –
precisamente – para dejaros atravesar, en este caso también, por este silencio.
... Silencio...
De hecho hoy, como en
los tiempos de mi encarnación, he venido a quebrantar vuestras certezas
mentales.
... Silencio...
Reitero que la manera
en cómo morís lo condiciona todo y no la manera en cómo nacéis.
En eso también está
la libertad de esta conciencia llamada encapsulada, efímera. No quedéis
atrapados. No existe ningún espacio de resolución en relación con quienes sois
como persona. Así de simple. No pido que me creáis, pido que aceptéis una idea
o un concepto y que lo experimentéis. Sólo vosotros podéis experimentarlo. La
Verdad es simple, tan simple, ¿cómo queréis que el ego la acepte? ¿Cómo queréis
que una historia se rinda? Acabad con las identificaciones, acabad con las
creencias de que sois eso o eso otro, dejad de veros como buscadores que algún
día van a descubrir algo. Solamente cuando el motor de la búsqueda para estáis
libres, no antes. Y el ego os cuchichea que a más preguntas, más conocimientos,
y más tranquilo él queda pero estáis levantando así una cárcel minuto a minuto.
A lo más os
corresponde definir cuáles son vuestras prioridades. ¿Qué es lo que
importa? Si se trata de vuestra persona,
entonces ved con la persona, si se trata de vuestro karma, entonces trabajad
con el karma, pero seguiréis siendo una persona, siempre atada con cadenas
ilusorias. No hay ningún espacio de resolución en eso. Solamente se dan
satisfacciones egóticas. El ego se regocija con la lógica, con el simbolismo,
con la búsqueda, con la auto-satisfacción, con la repetición de las
experiencias. Este ansia no tiene fin porque es propia de la persona y del ego.
El jnani no conoce avidez alguna, lo que no significa que no tenga placeres,
fueren cuales fueren, sino que no queda sometido a ellos. Su cuerpo está
sometido a las leyes de este mundo pero él no, ya que no es este cuerpo ni esta
historia ni esta vida.
Pregunta: se nos
enseñó a rezar: « Padre en tus manos entrego mi Espíritu ». ¿Cómo
hacerlo si no hay Padre?
Lo tomas todo en
sentido literal. ¿Qué manía es ésa de tergiversar las cosas? He dicho que se
trataba de niveles de realidades relativas, que sólo pasan. No he dicho que no
había Padre. El Padre es un nivel de realidad ya que eres hijo o hija de Él,
como decía Cristo. Es una atribución, una función. Todo depende del punto de
vista. Cuando te hayas liberado estarás sin Padre ni Madre. Mientras no estés
liberado puedes considerar y admitir que haya un Padre, un salvador, un Cristo,
María y lo que quieras. Existieron, ¿verdad? No dije que no fuera Verdad.
¿Acaso dije que no era así, que no existieron?
Se ve ahí la técnica
de proyección de tu propia mente que se hace con las palabras y los conceptos
para acomodarlos como le conviene. Si bien digo que todo eso es falso no
significa que eso no existe. Existir es ser fuera de la Verdad. Tú estás más
allá de la existencia. Y decir « Padre, en tus manos entrego mi
Espíritu » te hace libre, siempre y cuando lo experimentes y no lo
conceptualices, porque demuestras así que has sido crucificado. No es necesario
tener las manos traspasadas por clavos. Eso es renuncia. Esto es sacrificio.
Jamás he dicho que el Padre fuese ilusorio. Este mundo es ilusorio, las
historias son ilusorias, pero la Fuente, sí existe. Y, sin embargo, sois
anteriores a la Fuente. Lo sois Todo pero aquí no sois nada.
La frase
« Padre, en tus manos entrego mi Espíritu » la pronuncia obviamente
la persona. Y esta frase abre paso al abandono, al sacrificio. Mientras crees
que tú gobiernas tu vida, ella te lleva por la punta de la nariz y sufrís la
alternancia de penas y alegrías. Al estar alegres os olvidáis del sufrimiento y
al estar sufrientes buscáis la alegría. Y eso sin parar. Observad la vida con
tales cadenas. Es un sinfín de penas y alegrías. ¿Qué hay de duradero en
eso?
Al decir que este
cuerpo es una ilusión efímera, ¿acaso digo que no hay cuerpo? Obviamente el
cuerpo está ahí. Al estar encarnados estáis dentro. No podéis ignorarlo. ¿Se te
ocurriría decir que eres tu coche? Sabes perfectamente, en un caso como éste,
distinguir entre tu coche y tú. Tu cuerpo es tuyo pero no es tú.
El Padre está
presente en todas las historias, en cualquier mundo que sea, por ende existe.
Ya ves lo fácil que es tergiversar los dichos tan pronto como te detienes a
nivel mental. Tu mente ha frenado mi proposición y la ha transformado en
comprensión, en interrogación. Por lo tanto no has sido impregnada, como decía
anteriormente la hermana. No te has permitido ser atravesada. Detienes los
conceptos. Detienes mis palabras. Permite que te atraviesen. Intento mostrarte
que es tu mente la que quiere hacerse con mis dichos. Procedes a un análisis.
Tu ego analiza el sentido de las palabras en relación con lo ya dicho, luego
comparando, evaluando, y diciendo « comprendo » o « no
comprendo ». ¿Ves lo ilusorio en todo eso?
Pregunta: sí.
... Silencio...
Reitero que cuando
hay silencio, de vuestra parte o de la mía, la Infinita Presencia y el Fuego
del Espíritu están ahí.
... Silencio...
Lo habéis
experimentado ya con otra cosa que con formas e historias. Eso fue llamado el
Impersonal, el Espíritu del Sol, el Coro
de los Ángeles, precisamente para sacaros de la identificación a una forma, a
una historia. Ahora bien, fijaos, la mente, el ego siempre están listos para
comparar, para retrotraer a lo conocido, a lo ya experimentado por ti o por
otros. Pero en ese tipo de ocupación ¿dónde está la Libertad? ¿Dónde está la
Verdad? La Verdad no puede estar inscrita en nada que no haga sino pasar. Un
sistema solar jamás es eterno. Por supuesto no es, aparentemente, la misma
escala de tiempo, pero toda creación tiene un fin. Y, sin embargo, la creación
es infinita, es libre. Lo que significa, obviamente, que estás antes de toda
creación, antes del Padre. Y si uso antes no es para que te pongas a buscar
algún lugar. Es una expresión. Eres anterior a todo concepto, a toda idea, a
todo mundo, a toda creación y a toda dimensión.
Mira la frase de
Cristo: « Padre, en tus manos entrego mi Espíritu ». « Yo y mi
Padre somos Uno ». ¿No ves la contradicción? Y cuán importantes son estas
frases. Mira estas dos frases, usa tu herramienta mental, aquí: « Yo y mi Padre
somos Uno », « Padre, en tus manos entrego mi Espíritu ». Pero - si somos Uno - ¿qué puedo entregarte?
¿Quién habla? Era la
historia la que hablaba, no lo que Él era, no lo que Él es. Si os parece
coherente, si os parece lógico, decir: « Yo y mi Padre somos Uno» y
« Padre, en tus manos coloco mi Espíritu », pues lo siento pero, para
mí, no hay lógica ahí. Eso no significa que estas frases no fueron
pronunciadas. Eso no quiere decir que son falsas. Ellas remiten, como dije
anteriormente, a: « No soy este cuerpo ». Se abre una fractura en
vuestra mente. Cristo partió el cielo y la tierra. Por lo demás se hizo un gran
silencio, hubo un gran terremoto, en los momentos de la crucifixión. Y esto es una verdad histórica.
Colocad ambas frases
frente a vosotros: « Yo y mi Padre somos Uno », « Padre, en tus manos
coloco mi Espíritu ». Ahora bien, de ser Uno, tenemos las mismas manos, el
mismo Espíritu y, sin embargo, algo esencial hay ahí pero no te detengas a
nivel de las palabras. Bien sea en francés, bien sea en castellano, bien sea en
latín, bien sea en griego, bien sea en arameo, no os detengáis a nivel de las
palabras, es decir de la explicación, de la comprensión, porque ambas frases se
sitúan mucho más allá de toda interpretación, de toda exégesis.
¿Te queda claro?
Pregunta: ¿Acaso hay
una diferencia fundamental entre liberarse ahora o después de la Llamada de
María y los tres días de estasis?
Vais a
experimentarlo. Por lo tanto veréis la diferencia, la que sí existe. Aquél que
está liberado tiene identificados a todos los apegos y los tiene disueltos. El
que vive el Sí no tiene certeza completa y total de que no persistan todavía
ciertos lazos, ciertas ataduras y, sin embargo, la meta es exactamente la
misma. Pero lo que podría llamarse transición queda más o menos evidente. Así
es, tienes razón, al final el resultado es exactamente el mismo. En un caso,
para el Liberado, habrá instantaneidad, con reincorporación o no y – en caso de
aquel que no haya sido liberado anteriormente al evento – habrá que transitar.
Nadie puede entrar al
Reino de los Cielos, dijo Cristo, si no se torna nuevamente un niño. ¿Acaso el niño se preocupa por el futuro? ¿Tu persona te capta como un niño espontáneo,
natural, o como un adulto pensativo? El Jnani es como un niño. Sabe que todo conocimiento, aunque fuese erudito en un principio, no es
sino juego. Nada puede atarlo.
El fin es el mismo,
la transición es exactamente la misma, pero se vive de diferentes maneras. El
Liberado Viviente es el único que ha visto ya todas las facetas del ego, de la
persona. El Sí se vive en la persona, incluso en caso de trascendencia de la
persona, pues la persona sigue ahí. Eso lo expliqué y lo venía diciendo cuando
estaba en mi cuerpo carnal: mantener firmemente el Sí, el “Yo Soy” y, luego,
deshacerse de todo eso. No sois ni siquiera el Sí. Pero jamás dije que el Sí no existía ya que digo incluso que conviene
reforzar el Sí. Todo es cuestión
de compás, de ritmo. Es la única manera de salir de la historia y del ritmo y de permanecer
inmutable. No hay un
cómo de otra forma. Mientras
no seáis nada aquí, mientras no seáis el más pequeño, no podéis ser libres. Os
recuerdo lo que dijeron al respecto algunos Ancianos y, en especial, hace poco,
el Maestro Philippe.
Ser nada no significa
ser tímido y hacerse ermitaño. Significa haber reconocido la Ilusión y lo que
sólo es pasajero, sea cual sea su intensidad.
... Silencio...
Pregunta: ¿Cómo es
que jamás hemos nacido si todos somos hijos de María?
Muy simple. No estáis ligados al tiempo ni al espacio.
Ese cuerpo biológico viene de María, así es y Ella siempre ha venido
diciéndolo. ¿Dónde está
el problema? ¿Por qué ese afán de siempre confrontar las cosas? No permites que
las palabras te crucen. Las frenas. Éste es el
punto. Tu mente no quiere partirse. Se mantiene delante. Fuere como fuere tu corazón, tu mente es el
obstáculo. Tu mente te
limita. Corta con
las nimiedades. Eres libre. ¿Cómo puedes imaginar ser libre? Llega un momento cuando hay que alejarse de
los padres y vivir la vida. Llega un momento cuando hay que apartarse de los
modelos, hay que matar al padre y madre, simbólicamente, y matar a todos los
maestros. ¿No ves que sigues apoyado en eso? ¿Realmente lo necesitas? ¿Cuáles
son las razones? ¿Las ves? Mira por qué. ¿A qué te adhieres? ¿Qué necesidad hay
ahí? Estás apegado a la historia. No he dicho que Cristo no era Cristo. No he
dicho que el Padre no existía.
Pregunta: así es,
estoy apegada a la historia.
Entonces, quédate con
la historia pero no te quejes entonces. No vivirás jamás la Libertad de esa
manera. ¿Acaso crees haberte liberado del sufrimiento, de los afectos? ¿Qué es
lo que andas buscando? Sé clara. Mientras te guste la historia, vivirás la
historia, es tu libertad, pero no me vengas con que estás libre en tales
condiciones. Estás
condicionada. Mientras
no hayas percibido que no hay historia, que no hay mundo, que no hay
dimensiones ni tú tampoco, ¿cómo quieres ser libre diciendo al mismo tiempo que
te gusta la historia?
Pregunta: es lo único
que conozco y, por ende, es mi única referencia.
Para de referirte a
lo conocido. Olvídate de todas las historias. Necesitas referencias y dices
gustar de la historia pero, al mismo tiempo, reivindicas algo o nada. La historia no tiene fin. La Libertad jamás
estará en una historia, ni en una forma, ni en un concepto. La Libertad no
conoce nada de eso. El Liberado no conoce nada de todo eso. Los vio. Los ve. Sabe del peso de su cuerpo, del peso de su
vida pero no es eso. ¿Acaso el uno
excluye el otro? ¿Acaso
cuando estaba encarnado no hablé de la tradición de la que era oriundo? No hice otra cosa. No está en oposición ni es antinómico o
exclusivo. Es inclusivo.
Sin embargo, mientras
no hayas visto eso, sigues ligada, encadenada a la historia.
Sigues necesitada de
amar en manifestación, ya sea a Cristo, ya sea a cualquiera, pero ¿acaso te
amas a ti misma? No puedes estar ocupada en amar unas formas o unas historias y
amarte a ti misma. Resulta
imposisble. Tan pronto
te amas a ti misma, tan pronto amas lo que eres, incluso sin verlo claramente,
te das cuenta de que no son necesarias las historias de amor, de la carne o del
Espíritu. No significa
que haya que deshacerse de ellas. Significa que no hay que engañarse con ellas.
Todo conocimiento no
es más que ignorancia y, mientras no hayas comprendido que el verdadero
conocimiento es ignorancia, no experimentarás la Libertad.
No te pido renunciar
a Cristo o renunciar a lo que sea sino ver lo que es.
Hay miedo y, por lo
tanto, falta de amor a sí mismo. Es un amor condicionado. El Liberado Viviente
vive el Amor. No necesita
relatarse historias, incluso conociéndolas todas. No necesita justificar ni
explicar. Eso tiene
que ver con la mente, con la persona. He puntualizado que me dirigía a lo que
está detrás de la persona, o dentro de ella, llámalo como quieras si te hace
falta representarlo.
… Silencio…
Todos los hermanos y
hermanas apegados a un maestro, a un gurú, a un dios, no pueden ser libres. Encuentran en eso algún consuelo, alguna
esperanza, algún futuro, algún modelo, no sé qué más pero, mientras estés
ocupada en eso, jamás serás quien eres. Y al referirme al saber, no hablo de un
acto intelectual sino lo contrario. Eres anterior a toda historia.
… Silencio...
Pregunta: ¿consiguió usted convencer a muchos maestros desencarnados de
lo que expone hoy?
¿Una vez transitado?
Pregunta: sí.
¿Pero qué interés hay? Respeto la Libertad de cada uno. Si alguien
quiere jugar el papel de Melquisedeck, entonces será el bienvenido ahí, usted
lo sabe. No tengo que convencer a nadie, puedo sólo destrozar vuestra mente e
ir más allá de vuestras certezas, que son sólo vuestras defensas, pero que no
son lo vivido. A menudo hacéis la pregunta: « ¿Acaso estoy liberado? ». Pero si
estáis liberados, no puede haber este género de preguntas, ni sobre vosotros,
ni sobre la historia, ni sobre el karma, ni sobre nada.
Yo decía, cuando estaba encarnado, que hay que respetar las creencias de
cada uno, pues no vine para convencer, no vine para imponer, sino que vine para
mostrar la Verdad. Decía: « Mis palabras no pueden fracasar », y la gente, los
hermanos, las hermanas que venían a verme, la mayoría no comprendía nada. ¿Qué
importancia tenía? No estaba allí para que ellos me comprendieran o para que se
comprendieran, sino para que abandonaran esta historia de comprensión, de
conocimiento. Tú no puedes convencer a nadie, debes respetar la Libertad. Lo
que hago, es alumbrar. Cuando digo que hay que renunciar a las historias, no
dije que hubiera que apartar la vista de Cristo o de Buda o de Mahoma, digo que
hay que ir mucho más profundamente. Pero todo depende de lo que busquéis, todo
depende de lo que creéis buscar. Si buscáis historias, ellas son innumerables y
son infinitas, pero no son eternas. Tenéis todo vuestro tiempo.
No quiero convenceros, porque convencer, ¿qué es? Es mental. Mientras
esto no sea vivido, cualesquiera que sean las convicciones que tienes, son
errores.
Silencio...
Pregunta: ¿hay una vida efímera dónde hay que hacerlo, cuál es el acceso
a la vida eterna del ser?
¿Qué es el acceso? ¿Qué quiere decir esto?
Pregunta: ¿cómo acceder a eso, cambiar el chip?
Deteniendo la identificación con el cuerpo, con la historia, con el
personaje. Me parece que me expresé decenas de horas, y millares de horas
cuando estaba encarnado, siempre sobre lo mismo. No hay solución en el seno de
lo efímero. Dondequiera que vayas, hay sólo callejones sin salida. Acepta ya
esto, y comprenderás que no sirve para nada el « ¿cómo actuar? ». Justamente,
no es posible. Hay que soltar la pretensión de creer que desde la persona vas a
encontrar lo que Eres, el Impersonal, lo Sin - Forma, Parabrahman, lo Absoluto.
No hay nada que buscar, no hay nada que encontrar. Esto ya está ahí, es sólo
verlo, y no es un « cómo actuar ». Nada de vuestra persona puede liberaros.
Sólo lo Sin Forma que sois puede hacerlo, el Fuego, el Espíritu, el Coro de los
Ángeles, el Impersonal. Pero vosotros, por vosotros mismos en el seno de la
persona, es como si me pidieras ¿cómo tu coche puede volar?
La Verdad no está en este cuerpo, tú estás dentro, sí, pero a partir del
momento en que dices 'mi cuerpo', sabes bien que no eres tú. ¿Qué es este
principio?, una vez más, apropiación de lo que no es verdad. Compruebas que el
cuerpo está ahí, que tiene necesidades, que otros cuerpos están ahí y que hay
que organizar esto. Eso es completamente exacto. Es por esto que no hay mejor
analogía que el sueño. Si ves la analogía, como acabo de decir, entonces lo has
conseguido. Es siempre la persona quien busca. ¿Qué busca? La Verdad, pero ella
nunca conocerá la Verdad, todo lo más puede ser el testigo de que vosotros mismos
sois la Verdad.
Es por esto que la meditación, mientras el Sí mismo no haya aparecido,
es primordial. ¿Pero acaso el Liberado necesita meditar? ¿Acaso necesita probar
algo ante sí mismo? Recordad, cuando estuve encarnado, con los consejos de mi
maestro tardé tres años. Hoy, en todo caso sobre mi continente de origen,
tenéis hermanos y hermanas que son liberados, sin conocer nada del karma, de la
espiritualidad, tan rápido como yo. Una vez más, el problema fundamental es la
identificación con el cuerpo, no hay otro. La identificación con el cuerpo, es
la identificación con una historia, con unos apegos, con posesiones, con
relaciones, por más que ellas pertenecieran a Cristo. Pero así como lo decía
estando encarnado, incluso si vivís con Cristo, en un momento dado, hay que ver
bien la Verdad. Y las mujeres tienen más facilidad para esto, porque como
esposas de Cristo, es mucho más fácil fusionarse, y desaparecer.
Por otra parte, como se dice, lo dije cuando estaba encarnado, o os ha
sido dicho en ocasiones innumerables: no es la persona quien es liberada, sois
vosotros los que sois liberados de la persona. Poned estas dos frases ante
vosotros. Mirad, todo está ahí. No necesitáis a nadie más, ni a Cristo, ni al
Buda, ni a María. No dije que no existieran o que no valieran nada, sino que en
un momento dado, hay que, de forma totalmente simbólica, matar al padre y a la
madre. ¿Cómo queréis ser autónomos? ¿Cómo queréis veros?
... Silencio...
El tiempo concedido se ha acabado.
¿Me has hablado?
El tiempo concedido se ha acabado.
Entonces Bidi va dejaros descansar los oídos, y os digo hasta luego.
***