lunes, 7 de octubre de 2013

RECOMENDADO LEER HERMANO K 29 DE OCTUBRE DE 2012


HERMANO K
29 de Octubre del 2012
Yo soy HERMANO K. Hermanos y Hermanas encarnadas en humanidad, acojámonos mutuamente en la Fusión de los Corazones, antes de que exprese lo que he venido a exponer.
...Comparto del don de la Gracia...
La presentación que he venido a darles se inscribe en la progresión lógica de lo que he podido expresar concerniente a la Libertad y la Autonomía (Nde: ver en particular las intervenciones de HERMANO K del 18 de febrero http://mensajes-del-espiritu-2010.blogspot.com/2012/02/18-de-febrero-del-2012-hermano-k-autres.html y del 17 de marzo del 2012 http://mensajes-del-espiritu-2010.blogspot.com/2012/03/17-de-marzo-del-2012-hermano-k-autres.html).Voy por lo tanto a proponerles una mirada un poco diferente, sobre lo que representa la Libertad. Cada uno de nosotros, en encarnación, va a concebir y a imaginar, la libertad, en función de su propia agenda de lectura. La libertad en la vida cotidiana, es no estar ya limitado por un elemento exterior a sí, cualquiera que sea este elemento (fuera representado por una situación, por un Hermano o una Hermana, o aún por una obligación). Quien no se hace la pregunta de la Libertad (en términos generales) está, evidentemente sometido a sus condicionamientos, a sus auto-condicionamientos y a los encerramientos creados por la conciencia disociada. Hacerse la pregunta de la Libertad, es por lo tanto ya considerar que puede existir una posibilidad de otra cosa que lo que es conocido. Lo conocido (por definición) los lleva a las nociones de libertad que son relativas. Que eso esté directamente vinculado a vuestras actividades y al hecho de poder privilegiar algunas, en detrimento de otras, la libertad, tal cual en un primer tiempo es concebida, concierne exclusivamente a las circunstancias de la vida encarnada: salir de su trabajo, salir de la escuela, liberarse de un compromiso. La libertad es siempre concebida en relación a una situación anterior y a una situación posterior, donde el elemento que parecía privar de libertad ya no está presente. Esta libertad, concierne, por supuesto, exclusivamente, a lo relativo de la personalidad.
La Libertad de la que quiero hablarles es de otro género, porque esta Libertad no depende del sentimiento de estar privado de libertad sobre este mundo, en relación a un evento o a una acción. La libertad de la que les hablo es la de la conciencia. El conjunto de las reglas de este mundo crea los condicionamientos, las reglas, las obligaciones. En estos condicionamientos, estas reglas, hay la posibilidad de entrever o reivindicar, una libertad. La Libertad de la que hablo no tiene nada que ver con el conjunto de las circunstancias de vuestra vida. La Libertad de la que quiero hablarles es la que se vive en la propia conciencia, desde el instante donde la conciencia no se siente ya tributaria de los límites, de las reglas, de los condicionamientos y de las obligaciones, creadas por la propia personalidad. La Libertad deviene un problema fundamental que incorpora, de alguna forma, la madurez espiritual, es decir el momento donde va a hacerse la pregunta del sentido mismo de la vida, del sentido mismo de la encarnación. Cuestionamiento en que las respuestas dadas en este mundo no encuentran ya eco en ustedes. Que esto concierna a las leyes de evolución, que esto concierna al karma, que esto concierna a las responsabilidades en las cuales estén involucrados, una liberación de cualquiera de estos aspectos no los hace Libres. El problema de la Libertad se coloca al momento de la madurez y de la interrogación, no ya sobre el sentido de la vida sino sobre el sentido de lo que es la Vida, fuera, precisamente de esta vida que es vivida.
Hay, por supuesto, innumerables libertades. La Libertad de la que hablo, ya no es, la libertad de pensar, ni la libertad de crear, sino más bien, una vez más, la Libertad de la propia conciencia. No puede existir Libertad desde que exista un marco. Durante nuestra encarnación, estamos en un marco, en el cual los límites están naturalmente formados por los límites de este cuerpo y la conciencia subyacente (consciencia de este cuerpo, como consciencia de la misma persona). La cuestión de la Libertad ocurre, de manera ineludible, en el momento de la madurez y en el momento donde las diferentes libertades, vividas o buscadas, no satisfacen ya la conciencia encarnada, y donde se plantea entonces, directamente a nivel del alma, la cuestión fundamental de una Libertad incondicional (no dependiente obviamente, de ningún compromiso, de ningún pensamiento y sobre todo de ninguna circunstancia). Esta Libertad allí no puede ser encontrada en la materia, la materia estando basada (que esto sea en los objetos o en las conciencias) sobre el principio de la delimitación, de la separación y de la distanciación. Desde que existe una delimitación, una distanciación, la libertad no es más que una idea o un pensamiento. La Verdadera Libertad no puede concebirse en un mundo de Acción/Reacción. La Libertad llama a la Gracia porque la Libertad no puede estar en ningún caso, vinculada a una circunstancia, a una cualquiera evolución que, por definición, es limitante y encerrante. Esta libertad no es por lo tanto una Libertad que pueda buscarse, ni incluso encontrarse y aún menos concretarse, en las circunstancias de la misma vida, sobre este mundo.
La única Verdadera Libertad es aquella que concierne exclusivamente a la conciencia y a lo que ustedes Son, más allá de la conciencia. No puede haber Libertad mientras que la conciencia esté restringida o encerrada (en una circunstancia, en un cuerpo, en una relación). La Libertad por lo tanto no depende absolutamente de las privaciones de libertad, de las circunstancias exteriores ni incluso de vuestra libertad o capacidad para pensar Libremente, es decir liberados de las creencias y de lo conocido (incluso si ya no estar sujeto a las creencias o a lo conocido es una etapa mayor hacia la Libertad). Esto no es suficiente (por su erradicación) para hacerlos Libres. La Libertad de la que hablo es por lo tanto la de la conciencia que no está ya subordinada a un cuerpo, a una función, a una vida, a este mundo, o a lo que les sea conocido. La Libertad por lo tanto recupera la madurez y la Gracia. Porque, sin Gracia, no hay Libertad. Esta Libertad va a traducirse por una ruptura. Una ruptura de todo lo que es condicional y encerrante.
Esta Libertad, que solo concierne a la conciencia (y ya no a los mecanismos del pensamiento o aún a los mecanismos de la vida, tales como todos los hemos vivido), esta Libertad está, por supuesto, vinculada a la Autonomía, porque no puede existir Libertad sin Autonomía (teniendo mucho cuidado de no confundir la Autonomía con la negación de cualesquiera de las circunstancias de la vida). Porque la Libertad de la que hablo no dependerá nunca de cualquier libertad de las circunstancias de este mundo. La Libertad de la que les hablo es bien la de la conciencia, Libre de todo compromiso, Libre de toda forma, Libre de toda emoción, Libre de todo mental y yo diría incluso, libre de todo condicionamiento, como de toda experiencia. La Libertad es un elemento que es omnipresente, para aquel que es Absoluto, porque ninguna circunstancia de este mundo (fuera ella la más traumática, las más invalidante), no le concierne de ninguna manera. La Libertad confiere, en efecto, una especie de distanciamiento, real y objetivo, con la libertad de este cuerpo, en la expresión de esta vida, en la expresión de vuestras relaciones e interacciones. Esta Libertad no puede ser comparada (y no es incluso ni comparable ni concebible, como elemento de comparación) con la libertad, al sentido común, concerniente a la manumisión de un sometimiento, de una obligación (como lo he dicho) o de una circunstancia, cualquiera que ella sea.
La Libertad de la que hablo no es por lo tanto una libertad de pensar, ni incluso una libertad de elegir, sino concierne exclusivamente a la misma conciencia. No puede haber Libertad sin madurez. No puede haber Libertad sin Autonomía. No puede haber Libertad sin Gracia. Porque todo lo que la personalidad llamará« libertad », no se definirá, finalmente y en definitiva, que con relación a ella misma, con relación a una circunstancia anterior (o a una circunstancia posterior), en resonancia con un cambio de vida (o de las propias circunstancias). Yo diría incluso que esta Libertad (esta Libertad de la propia conciencia) no tiene que ver nada de las circunstancias de este mundo, ni de las circunstancias de esta vida. La Libertad les hace descubrir el Amor, no expresado a través de una condición (incluso en el llamado incondicional). Pero la Libertad del Amor es tal que el que se instala en la Vibración del Amor, a través del conjunto de los elementos que conocen (como el Fuego del Corazón, pero este no es restrictivo), provoca, en la conciencia, una Libertad sin precedentes. Esta Libertad-allí los conduce de manera abrupta y a menudo la más directa, a ya no vivir como, simplemente, la expresión de una encarnación sino les hace darse cuenta que todo esto solo es pasajero, solo es efímero y no concierne, en nada, a lo que ustedes Son, en Verdad. Por supuesto, vivir y experimentar esta Libertad, es colocarse directamente bajo su égida. Esta Libertad es Amor porque la naturaleza del Amor es Ser la Libertad. No puede haber Amor sin Libertad. Es en este sentido que el amor, empleado en el sentido humano, experimenta todas las limitaciones que todos hemos conocido (que esto sea a través de las palabras pronunciadas, que esto sea a través de una relación corporal, afectiva, familiar u otra).
La Libertad no es por lo tanto únicamente escapar a los condicionamientos, nos es por lo tanto solamente concebir la existencia de una prisión y salir de la prisión. La Libertad es mucho más que esto: es el momento donde la conciencia no está ya inferida (ni en desacuerdo) con cualquier circunstancia de vuestra vida (como la vida, en general). La Libertad crea por lo tanto una forma de distancia. Pero esta distancia es, simplemente, un cambio de profundidad, un cambio de visión, un cambio de percepción también, que no está sometido, ni sujeto a cualquier circunstancia de este mundo. La Libertad de Ser (y la Libertad del ser) se vive desde el instante donde se manifiestan ciertos estados de la Conciencia Ultima. Por lo tanto, ella es un mecanismo condicionado del Interior pero cuya traducción, en lo que llamaría el exterior (es decir las circunstancias de vida), es incluso de pacificarlos, de transformarlos, sin ninguna voluntad propia, personal, sin decisión alguna. Por lo tanto, el establecimiento de la Libertad no deriva de una elección de vida (aún menos de las circunstancias de vida). El establecimiento de la Libertad es independiente del conjunto de las circunstancias anteriores.
La Libertad, es ya no estar condicionado por cualquier elemento conocido, por cualquier elemento de creencia, por cualquier elemento social o afectivo. Sin embargo esto no quiere decir, renunciar a las circunstancias sino vivirlas de una manera y por mecanismos profundamente diferentes de lo que eran anteriormente. La Libertad rima también con el no-miedo. Porque toda expresión de miedo solo es una privación de Libertad (de la Libertad de la que hablo). Toda manifestación de miedo y toda manifestación de los elementos perteneciendo a la conciencia separada solo son los frenos a la Libertad. Por lo tanto, para recobrar esta Libertad no basta quitar los frenos. La Libertad está profundamente relacionada también a la noción de Sacrificio y de Resurrección. Los Mundos Libres son los mundos donde no existe ninguna regla, ninguna presión. Las Reglas y presiones expresándose también sobre el plan que llaman material (allí donde están), de las reglas y presiones ejerciéndose sobre las diferentes etapas de la propia conciencia. La Libertad es, muy exactamente, lo que va a ser propuesto. Esta proposición puede parecer, en un primer tiempo Inadecuada. Inadecuada debido a la existencia de las creencias, debido a la existencia de los condicionamientos, del conjunto de las circunstancias de la propia vida encarnada. La Libertad no puede expresarse, de manera exterior porque la Libertad es un estado Interior que, necesariamente influye sobre el exterior, pero sin la intervención de cualquier voluntad o de cualquier decisión.
Ser Libre no depende de ninguna circunstancia exterior. Ser Libre es por lo tanto una emancipación: Una emancipación del conjunto de los condicionamientos, una emancipación del conjunto de las creencias, una emancipación del conjunto de lo que ha sido llamado “Líneas de Depredación”, teniendo en cuenta que la Libertad no se obtiene sustrayéndose a estos elementos (ni incluso a ninguna ley) sino mas bien observándolos por lo que ellos son (Nde: referencia a las Líneas de Depredación), en ese aspecto justo de aquel que Es Libre. El conjunto de las circunstancias de este mundo solo refleja, en definitiva, el miedo de la Libertad. El miedo es estructurador. El miedo es encerrante. El miedo pone los límites. La Libertad pone fin a los límites y por lo tanto a los miedos. Entiendan bien que esa Libertad no es el resultado de una acción, aún menos de una reacción y, aún menos, la acción de una voluntad llevando a modificar las circunstancias exteriores.
La Libertad de la que hablo solo llega en el momento preciso, de lo que ha sido llamado la Transparencia total. La Libertad deriva de la Humildad. La Libertad deriva de la retracción. Esta retracción no es en ningún caso (como lo he dicho), evitar las circunstancias de la vida sino más bien un mecanismo mucho más sutil e Interior concerniente a la propia conciencia. La Libertad es también considerar, y vivir, y darse cuenta, que para ser Libres no dependen de ninguna circunstancia de vida, como de ninguna circunstancia espiritual. Mientras que exista una creencia de que van a Liberarse y a encontrar la Libertad (por una acción en las circunstancias de la vida, como en la vida llamada espiritual), se engañan. La Libertad nunca es un trabajo. La Libertad nunca es un ascetismo. La Libertad nunca es otra cosa que un renunciamiento a lo efímero, que un renunciamiento al miedo. Muchas enseñanzas han insistido en relación a la Libertad sobre el aspecto limitante del miedo y el aspecto privativo del miedo. El miedo, cualquiera que este sea, no tiene necesidad de ser combatido: El tiene simplemente que ser mirado. Esta es la actitud la más justa que les permitirá descubrir la Libertad o al menos de hacerse la pregunta de la Libertad. Mientras que esta pregunta no les aparezca (y no les hablo, una vez más, de las circunstancias de la vida encarnada), mientras que la Libertad no los llame en la conciencia, no pueden tener más que una definición y un enfoque condicionados, ellos mismos, por la existencia de las condiciones de este mundo donde hemos estado encarnados y donde ustedes lo están.
Los agentes de la Libertad y de la Liberación son múltiples. Algunos de ellos se os han explicado. Representan los Elementos. El despliegue de esos Elementos (realiza el despliegue del Corazón Ascensional), la muerte (de alguna forma) las Líneas de Depredación personales (por el Abandono de la Luz y el Abandono de Sí), así como la subida de la Onda de Vida, son las circunstancias previas a la Libertad (Nde: encontraréis en la rúbrica “protocolos para practicar” las informaciones sobre los Elementos y el despliegue del Corazón Ascensional). Pero incluso esas circunstancias previas (como he dicho), como circunstancias espirituales, deben ellas mismas, desaparecer totalmente, para dejaros descubrir lo que Sois, en la Libertad. La Libertad no puede resolverse por una modificación de las circunstancias exteriores, ni siquiera de circunstancias Interiores, aun si ciertas circunstancias Interiores os llaman a vivir los signos, de alguna forma, de lo que se ocurre en vosotros (como por ejemplo, la Última Presencia).
La Libertad es ver claramente, todas las circunstancias exteriores e Interiores que pueden llegar a frenar la Libertad. Es ver claramente los pormenores (Interiores como exteriores) de lo que se juega en relación a la Libertad. Como he dicho, los elementos más limitadores de vuestra Libertad, serán siempre los miedos. Que esos miedos conciernan a lo Desconocido por venir, que esos miedos conciernan a este cuerpo, o si no, a uno de los elementos o circunstancias de vuestra vida, alimentan todos, lo mismo: el refuerzo del miedo y la limitación de la Libertad misma. Ser Libre es mucho más que la Libertad de pensar o la libertad de viajar a otras Dimensiones, conservando siempre este cuerpo. Ser Libre, es no sufrir de ninguna manera, la ley de Acción /Reacción. Ser Libre, es evidentemente, no ser ya afectado por una circunstancia de este mundo, como por una circunstancia espiritual.
La Libertad en suma, pone fin de manera definitiva (si no es el caso antes), al total de depredaciones, al total de encierros existentes previamente a la Libertad. El simple hecho de ver claramente las cosas, el simple hecho de ver los mecanismos de la conciencia en marcha (cuando está sujeta o cuando ésta es Libre) os permite claramente, identificar dónde estáis en relación a la Libertad. La Libertad os conduce por tanto, a vivir otra cosa. La Libertad os conduce a experimentar y a instalaros más allá de los límites y contingencias, Interiores como exteriores. La Libertad no puede venir acompañada de ninguna pertenencia. Ese sentimiento de pertenencia desaparece totalmente, cuando la Libertad está ahí, acompañándose por otra parte, de la más absoluta Transparencia. Solo la conciencia que ha realizado esto, es definitivamente Libre y Liberada. La Libertad no es siquiera función de lo que hemos llamado “la Liberación”. La libertad es una actitud, de alguna forma, de la conciencia. La Liberación no hace sino daros la posibilidad de Ser, realmente Libres. Pero Ser realmente Libres, no es ya dar peso y consistencia a otra cosa que a la Libertad misma. Yo decía que el Amor es Libertad porque el Amor no puede precisamente, dejarse encerrar en ninguna circunstancia, en ningún lazo, en ninguna carencia, como en ninguna plenitud. Esta Libertad está por supuesto, vinculada a la Autonomía. Pero eso Libertad es ante todo, la desaparición total de todo miedo, en los campos de expresión de la conciencia. En ese momento, el ser que vive esto, ya sea tributario de un cuerpo (en las circunstancias de este mundo), no tiene que ser afectado por dichas circunstancias. Ser Libre es no estar ya condicionado y sobre todo, no ser influenciable. No puede existir Libertad tampoco, mientras que en vosotros haya el mínimo juicio sobre las circunstancias de este mundo. Toda condenación, todo juicio, relativo a una circunstancia (sea un acontecimiento o una persona), os aleja de la Libertad. Porque el juicio en sí mismo, lleva en él sus propios barrotes y su propio encierro. Aquél que quiera permanecer Libre, una vez que ha encontrado la Libertad, no puede permitirse ejercer cualquier juicio, igual que cualquier discriminación, sobre las circunstancias de este mundo como en circunstancias espirituales. El que vive la Libertad, no puede de ninguna forma, encerrar a nadie. Porque desde el momento en que existe una depredación o una sujeción de una persona, sea la que sea (aun la más cercana a vosotros), no hay más Libertad. Y esto se siente. Ese sentir no es Vibratorio. No está asociado por ejemplo, a una respuesta del Corazón o a una subida de la Onda de Vida o a la percepción del Canal Marial. Es un Estado indecible que se asocia lo más frecuentemente, a la Morada de Paz Suprema. Pero una Morada de Paz Suprema que no tiene que vivirse en Intasis o Éxtasis sino que se expresa espontáneamente, sean las que sean las circunstancias de vuestra vida.
Ser Libre no es una reivindicación ni un objetivo. La Libertad se vive, sean las que sean las circunstancias y las condiciones de este cuerpo, como de vuestros pensamientos. La Libertad es el elemento que os hace ver la realidad ilusoria de este mundo, el peso de lo efímero. La Libertad hace crecer la Alegría. La Libertad hace crecer la Paz y la Tranquilidad. No serán una Paz y Tranquilidad que se buscarán de manera activa sino que son más bien una Paz y Tranquilidad que se establecen por sí mismas, para el que se hace Libre. La Libertad viene acompañada de una desaparición pura y simple, de los pensamientos (salvo cuando éstos, por supuesto, son solicitados por las necesidades de las circunstancias de la vida). La Libertad es por tanto, una vacuidad. No es lo mismo que una expansión Dimensional, un viaje en Êtreté o una instalación en Absoluto. La Libertad es mucho más que un sentimiento interior. Es un Estado del Ser donde no se puede concretar ninguna atadura, donde no se puede manifestar ninguna toma de poder (en un sentido como en otro). La Libertad, por supuesto, es fuente de Gracia y satisfacción. No de una satisfacción de un trabajo que se hubiera realizado sino, más bien, la satisfacción del que al fin se ha encontrado. La Libertad en fin, es Ligereza en relación a este cuerpo, como en relación a las circunstancias de la vida. El que es Libre no puede ya ser afectado por las circunstancias duales, por las manifestaciones de una conciencia encerrada. El que es Libre no puede considerar constreñir la Libertad de nadie. Esto podría llamarse un borrarse o una humildad. Y es el caso. Porque el que es Libre no puede reivindicar nada, en las circunstancias de este mundo como en las circunstancias espirituales. La Libertad se basta a sí misma. El que es Libre, lo sabe. El que es Libre, lo vive. Y esta Vida, no es afectada por las circunstancias. Plantearse la cuestión de la Libertad debe evitar el hecho de pensar en la libertad en este mundo (como la libertad de un empleo del tiempo, la libertad de hacer lo que queráis). La Libertad de la que hablo no es una libertad de hacer sino una Libertad de Ser, más allá de cualquier hacer. Ser Libre, es estar lleno de Alegría, sin objeto, sin soporte y sin objetivo. La Libertad no es una dimisión, si no es una dimisión de la Ilusión de este mundo, de las propias ilusiones Interiores relativas a este mundo.
La Liberación de la Tierra, vivida actualmente conforme a lo que os han anunciado algunos Ancianos y sobre todo SERETI (Nde: su intervención del 30 septiembre 2012 en la rúbrica “mensajes para leer”), os conducen a vivir en los próximos días, esta Libertad. Recordad que la Libertad es ausencia de señales, ausencia de límites y ausencia de contratiempos, ausencia de referencias a una experiencia de vida, ausencia de conexión con una circunstancia de vida (Interior como exterior). Cuando la Libertad se presenta, la vivís. Esta Libertad no es la sede de una pregunta sobre las circunstancias, o sobre “cómo mejorar lo que sea”. Porque la Libertad es, o no es. La Libertad que hay que vivir es la del Corazón y la de la Luz. No es tributaria de ninguna forma, de ninguna ley. La Libertad es nuestra Naturaleza y nuestra Manifestación, nuestra Esencia más allá de lo que es limitado. La Libertad puede dar miedo, porque se presenta como una desaparición de los límites establecidos e incluso de las referencias de vida, en el momento en que se vive. Superar ese miedo establece la Libertad de manera definitiva. Esta Libertad no presenta ninguna posibilidad de ser afectada por las libertades de este mundo (que ya he descrito). Vivir la Libertad y Ser Libre, es algo que se siente directamente en la conciencia. Es el momento en que el verdadero sentido de la Libertad es comprendido y vivido. Es decir que no depende precisamente, de ninguna circunstancia material ni espiritual. La Libertad es pues, por muchos lados, coincidente con la Infinita Presencia o la Última Presencia.
Aquél cuya conciencia se queja de una falta de libertad (se exprese esa falta de libertad, en relación a otra persona, en relación a un empleo del tiempo, en relación a una profesión), solo revela la ausencia de Libertad. Porque aquél que es Libre no tiene nada que hacer con la privación de libertad, la más total, de este mundo. La Libertad es pues, totalmente independiente de todo lo que os es conocido en este mundo y no tiene nada que ver con la libertad del tiempo, o la libertad de moverse de un cuerpo. En esta Libertad, por supuesto, no puede existir el mínimo miedo relativo a este cuerpo, como a otro ser humano, o aun a la sociedad misma. No es tampoco, una indiferencia. No es tampoco, un rechazo. Plantearse la cuestión de esta Libertad y vivirla, es seguramente, lo que se abre en muchos de vosotros a través de mecanismos particulares en que os parece que desaparecéis, sea en la percepción del cuerpo, sea en vuestra conciencia misma, sea de manera inopinada, espontánea o decidida, por la meditación o el Alineamiento.
Descubrir la Libertad es no ser ya afectado, es no ser más sensible a las circunstancias. La Libertad se desacopla pues, de todo lo que puede constituir la conciencia ordinaria. Crea (en la propia conciencia, como en el cuerpo mismo) una Paz nueva, una Liberación nueva, del cuerpo, como del pensamiento. Esta Libertad no deriva jamás (como he dicho) de una búsqueda sino de una cesación de búsqueda. Como para el Absoluto, esta Libertad deriva de una forma de capitulación, capitulación de todas las circunstancias de este mundo, en cuanto a su comprensión, en cuanto a su expresión, en cuanto a su vivencia. La Libertad es lo que propone la Liberación. La Libertad es lo que propone la Luz. La Libertad es de la naturaleza del Amor y comparte con el Amor, un cierto número de manifestaciones. La Libertad es un Don de la Gracia. Ese Don de la Gracia, se hace real y palpable por la disolución de los miedos (ya sea el resultado de la Onda de Vida o la Acción del Manto Azul de la Gracia), por el Canal Marial. Esta Libertad, viene acompañada de un estado del espíritu que, más allá del simple no juicio y de la no condenación (de una circunstancia o de un ser), va realmente a venir de la mano de un sentimiento y una percepción muy reales, de desaparición de este mundo: cosa que se produce en ciertos estados Interiores. Vivir el olvido de sí, vivir el olvido de sus propias circunstancias corporales y de pensamientos, entreabre la Puerta de la Libertad y os instala en la Libertad. Mientras que exista en vosotros, la creencia de que la Libertad dependerá de un empleo del tiempo, de una circunstancia espiritual o material, no podéis Ser Libres. La Libertad de la que hablo, no es una acomodación a las circunstancias de este mundo o de vuestra vida.
La Libertad es, en fin, Ser en Vida, más allá de vuestra vida y de cualquier vida en este mundo. Esta Libertad no puede ser la resultante de cualquier oposición a la vida habitual, porque mientras que os opongáis, no sois Libres. La Libertad no crea una indiferencia, sin embargo (aunque no haya oposición), sino que crea realmente, un desapego completo y real (afectivo, emocional y circunstancial), de lo que se vive. La desidentificación y la deslocalización de la conciencia son etapas importantes, previas a la Libertad. Son, de alguna forma, las primicias. Cuando la Libertad comienza a aparecer, antes que se instale, puede haber un resurgir, una acentuación de miedos anteriores condicionantes, que no deben alarmaros sino simplemente, mirarlos como son: emociones que pasan y pensamientos que pasan. La Libertad no está concernida por esto. La Libertad está mucho más cercana a vosotros, hagáis lo que hagáis, cuando las circunstancias de este mundo cambian de manera abrupta. Un desplazamiento de equilibrio, sea el que sea ese desplazamiento (esté asociado a los Elementos, como al propio humano), es a menudo un elemento saludable, que hace aparecer la cuestión de la Libertad. Es el rol en parte, de los Elementos y de los Jinetes en vosotros, de ahora en adelante. Esto es una forma de Pasaje, que corresponde a una metamorfosis: cosa que será explicada más adelante por ORIONIS, de vuelta entre nosotros (intervención prevista en los próximos días). Pasado el instante de la sorpresa (representado por los diferentes choques posibles de la humanidad), el desplazamiento del equilibrio, realizado por ese choque, puede conducir a una metamorfosis vital y a la instalación de la Libertad. Es el objetivo. Las circunstancias exteriores de este mundo están afectadas por los Elementos, por la Luz Vibral y las diferentes componentes de la Luz, de igual forma que hay en vosotros, esa afectación que modifica el equilibrio inicial. Ese equilibrio inicial se encontrará pues desplazado, sea por la Libertad, sea por el miedo. El resultado, por supuesto, es muy diferente. Es a vosotros a los que os corresponde estar vigilantes en los momentos de choque, momentos en que los Jinetes actúen (exterior como Interiormente). De esta vigilancia, de esta observación de vuestra propia conciencia, de la aparición del miedo o no, derivará la instalación de la Libertad (si no se ha hecho ya).
Los Elementos (sobre los que ya me he expresado) son quizá aplicables para vosotros, desde ahora, pero se harán inmediatamente aplicables (si tal es vuestra elección) cuando la Acción de los Jinetes sobre la Tierra sea masiva. En esas circunstancias (que no están ya en función, solamente de vuestra posición geográfica porque la Acción de los Jinetes va, en un momento dado, a tocar al conjunto de la Tierra, momento inminente), es a través de esta acción global como se desplegará en vosotros, la Libertad o el miedo. Acordaros, cuando esas circunstancias se os propongan, que solo hay dos elecciones: ciertas Estrellas os han hablado del miedo o el Amor, como estado. Eso se suma completamente a lo que se ha dicho (ver las intervenciones de TERESA DE LISIEUX del 3 julio 2012 y GEMMA GALGANI del 20 septiembre 2012 en la rúbrica “mensajes para leer”). La Libertad es Amor. El miedo solo es la expresión de la ausencia de Libertad. Plantearos pues, la cuestiones correctas. Plantearos pues, observar objetivamente, eso que ocurre en vosotros, eso que ocurrirá en vosotros. Yo os invito a poner en paralelo lo que he dicho sobre la Libertad (Nde: sus intervenciones del 1 abril y del 27 noviembre 2011, en la rúbrica “mensajes para leer”), igual que la enseñanza de las Estrellas, relativas al miedo y al Amor. Rememorando lo que se ha dicho (realizándolo), yo espero os daréis cuenta de la trama (cada vez más visible, dicho esto) de lo que se realiza actualmente, en las circunstancias de la Tierra, como en vuestras circunstancias Interiores. Lo que pasa fuera, pasa dentro. Y lo que pasa dentro, pasa fuera. Recordad que la Libertad y las circunstancias de la Libertad, son afectadas por vuestra capacidad, más o menos grande, de estar en Paz y de estar Tranquilo. Voy a parar las palabras de mi intervención y os propongo, antes de de dejar vuestro Alineamiento, un momento de Comunión, de Gracia y Fusión.
…Compartamos el Don de la Gracia…
Soy HERMANO K y os digo hasta pronto. Con todo mi Amor.